Capítulo 1

659 35 3
                                    

Las lagrimas corrían por mis mejillas mientras lo recordaba. ¿Cómo todo pudo terminar tan rápido? ¿Cómo pudo dejar de amarme después de todo lo que le dí? No entiendo como las personas pueden mentir con tanta facilidad, sin titubear, sin remordimiento ¿No ven el daño que le hacen a las personas con tantas mentiras? Solo deseo conocer a alguien que no mintiese, que sea honesto, que sea diferente... por una vez.

(...)

-Ya estoy en camino, no te preocupes. – Respondí por mensaje mientras apresuraba mi paso, como siempre, iba tarde.

Soy lo que se puede decir un constante punto medio, muy linda para los feos y muy fea para los lindos, muy fresa para los rudos y muy ruda para los fresas, muy callada para los desmadrosos y muy desmadrosa para los callados. Quizá es por esto que nunca termino de encajar en ningún lado pero tampoco estoy completamente sola, se puede decir que tengo algunos amigos con lo que puedo pasar el rato, sin embargo soy a la que consideran al último. Pero el ser un constante punto medio no es del todo malo, después de todo me ha permitido vivir diferentes experiencias y conocer muchos tipos de personas distintas, he tenido novios completamente opuestos, y he ido a lugares completamente distintos. No encajo completamente en ningún lado pero esto me permite encajar superficialmente en todos. No me gusta definirme en algo específico, tal vez es por eso que intento un poco de todo, y eso me lleva a un completo punto medio. 

-Al fin llegaste. – Su profunda voz me sacó de mis pensamientos.

-Ya no te enojes Diego, si la otra vez yo te esperé más de media hora. – Me crucé de brazos haciendo un pequeño puchero. Diego es mi novio hace algunos meses, sinceramente es la persona en la que más confío, es un chico muy bueno aunque muchas veces le cuesta expresar lo que siente.

- ¿Me dijiste Diego? – Me fulminó con sus oscuros ojos café.

- Perdón amor, sabes que te amo. - Respondí para luego tomar su mano y comenzar a caminar. Diego es un poco más alto que yo, tiene el cabello negro oscuro y los ojos más lindos que haya visto.

- X2 – Rió. Yo lo dije, es un hombre de pocas palabras, lo que muchas veces me ha hecho cuestionarme si él realmente me quiere, sin embargo a pesar de decir poco me demuestra mucho con acciones. - ¿En qué capítulo vas? – Me preguntó rompiendo el silencio, sin duda alguna, lo mejor que Diego había traído a mi vida era Naruto.

-Ya lo terminé. – Sonreí.

-Te tardaste demasiado. – Rió, Diego me hablaba constantemente de Naruto desde que iniciamos la relación, sin embargo a pesar de que yo veía anime nunca había pasado de los primeros capítulos de Naruto, hasta que un día decidí verlo para poder entender lo que Diego me contaba con tanta emoción.

-Es que yo, a diferencia de ti, sí disfruto cada parte de la historia. – Me defendí, aunque sinceramente me tardé menos de lo que pensaba en terminarlo.

(...)

Podía recordarlo como si fuese ayer, cuando él si me amaba, o al menos eso me hacia creer. Las lagrimas corrían por mis mejillas como cada noche desde hace ya un par de semanas, no había terminado con Diego aún , pero él me respondía cada vez menos, nos veíamos cada vez menos, y lo único que él decía cada vez que yo le preguntaba por qué había cambiado era:

"-Estoy estrasado, nada más, nada cambio, solo quiero estar tranquilo ¿Sí? –" Al comienzo quise creerle, pero como hacerlo cuando te encuentras con tantas frases de "el que te quiere te busca" "Si te ama debe hablarte" y muchas más. No puedo entender como pudo cambiar tanto, como de pronto pudo dejar de hablarme, como pudo olvidarme tan rápido.

Lloré hasta quedarme dormida nuevamente. Ya hace dos semana que no podía dormir una noche entera sin que estos pensamientos inundaran mi mente haciéndome suplicar que pueda olvidarlo que pueda dejar de amarlo, aunque lo única que esperaba era que Diego me llamara.

-No... No podrás... - Una voz profunda acompañada con una toz interrumpió mis sueños, sin embargo no podía despertar por completo, después de todo había estado llorando y me fue muy difícil conciliar el sueño por lo que estaba muy cansada. – No, no... Tengo que... destruirte. – Susurró la profunda voz junto a mí, seguro solo eran mas pensamiento míos.

La canción que tenía de despertador comenzó a escucharse en toda la habitación, la apagué sin abrir los ojos.

-Solo cinco minutos más. – Dije para mí misma dándome la vuelta en la cama, estiré mi mano sobre la almohada, mis dedos se enredaron con lo que parecía ser cabello. ¿Cabello? Pero el mío no es tan largo, abrí los ojos rápidamente encontrándome con un chico dormido junto a mí. Me levanté de golpe por el susto ahogando un grito con mi mano para no despertar a nadie. - ¿Qué... Qué pasó? – Intenté acercarme a él silenciosamente para no despertarlo, pero ¿Cómo había llegado hasta mi cama? Lo miré un par de segundos, realmente era muy guapo, tenía los ojos cerrados y sus largas pestañas descansaban sobre sus pálidas mejillas, el cabello negro oscuro le caía encima de la frente y en parte de la almohada, sus labios casi no tenían color, si no fuese por su respiración pensaría que esta muerto.

Yo lo había visto antes, estoy segura que había visto ese rostro antes ¿Pero dónde? Seguramente sigo dormida, sí, eso debe ser.

-¡No! – Gritó de pronto para luego abrir los ojos desorientado, tomó asiento en la cama mirándome asustado.

Quedé helada cuando lo vi parado frente a mí, su mirada fija en mí, observando detenidamente cada espacio de mi rosto con esos oscuros ojos, su cabello tan negro como la noche, cayéndole ligeramente sobre la frente, sus labios formaban una línea recta manteniéndose así , inexpresivo, distante, frío.

- No puedes ser tú. - Articulé intentando salir de mi estado de asombro. Su mirada pasó a mis ojos sin cambiar la expresión sombría en su rostro, parecía no entender que pasaba, aunque sinceramente yo tampoco lo hacía.

- ¿Donde esta Naruto? - Pregunto serio con una voz ronca y espesa, mis ojos se apresuraron a buscar un poster en mi pared de uno de mis animes favoritos, pestañeé repetidas veces mientras suplicaba a mi inconsciente que se despierte. - ¿Me escuchaste? - Insistió un poco más molesto.

- Hasta en mis sueños eres igual. - Solté más relajada para volver a sentarme en mi cama segura de que ya despertaría en un par de minutos.

- ¿De qué hablas? - Preguntó molesto. - ¿Quién eres? y ¿Por qué estoy aquí? - Empezó a caer en cuenta de que su entorno se veía diferente, paso su mirada por todo mi cuarto para luego mirar sus manos frente a él y llevarlas a su cuerpo examinándolo, el miedo se apoderó de su mirada mas él luchaba por no perder por completo el control sobre si mismo.

- Tranquilo, esto solo es un sueño y tú eres una creación de mi subconsciente. - Solté sin prestarle mucha atención. - Soy Cassidy, pero puedes decirme Cassy y estas dentro de mi cabeza. - Respondí a sus preguntar sin despegar la vista del manga que tenía en mis manos.

- ¿Un sueño? - Parecía no entender aún lo que pasaba. - Y me puedes decir ¿Cuando me sacarás de tu sueño? Estaba en media pelea, si no te importa.

- Para empezar no me grites, porque este es mi sueño, no el tuyo. - Me enojé. - Y ahora mismo me despierto. - Dije para luego levantarme y avanzar hasta la mesa de noche donde encontré un vaso con agua, sin pensarlo dos veces arrojé el agua en mi rostro esperando despertar sobresaltada, sin embargo al abrir los ojos, el chico de cabello negro seguía ahí mirándome con un rostro de que ya no me soportaba.

- No puede ser, eres mas insoportable que Naruto. - Rodó los ojos y tomo asiento en mi cama poniendo sus manos frente a su rostro manteniendo el semblante frío que lo caracteriza. Entre en cuenta de que no era un sueño, pero no podía ser cierto, como podía ser cierto que él este aquí, sentado en mi cama, en mi cuarto.

- ¿Sasuke? - Pregunté subiendo mi temerosa mirada hacia él, quien esbozó una sonrisa de lado en gesto de saludo. Sonreí al pensar que lo imposible se volvió posible, era Sasuke Uchiha, era el amor de mi vida el que estaba frente a mí, era lo que tanto había pedido. De pronto mi vista se nubló y todo se volvió oscuro.

Un Shinobi fuera de la aldeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora