Poco a Poco

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Poco a poco
He estado unos meses algo raro donde casi no he podido tocar la belleza de tu cuerpo. Si bien es cierto que yo soy un chico atractivo que quiere más que para una noche a tu lado. No estoy familiarizado con este tipo de cosas de estar sin ti y en mi cabeza hay una infinidad de dudas; no sé que debo hacer o como llevar esto, pero los deseos me tiemblan y sé que si pronuncio una palabra la voz se me volverá más aguda, no me queda más que ponerme serio y con un gesto invitarte a que gozes.  Es la primera vez que vienes a mi casa y estoy algo desubicado en cuestiones de coqueteos y esas cosas, pero es lo que sucede cuando uno al fin está sin tiempo con alguien y sin gozar mucho. Las caricias me van relajando y disfruto con furgor cuando me haces algo hermoso, ya llevamos una botella de vino encima y ya estas abriendo la segunda. Vas a la cocina me doy cuenta de que me llama mucho la atención tu vestimenta y tus pensamientos.  La blusa azul de ti se notan muy bien en tu cuerpo y tu pantalon se acomoda a tus nalgas eróticas y bellas. Te sigo a la cocina y me amarró a la idea de volver a saborear lo hermoso de una mujer. Es cierto que todo te queda muy hermoso, me gustas más con el cabello suelto, me dices y te acercas a olerme, luego con tu nariz me acaricia las orejas y mi cuello hasta que me haces suspirar. Mi barba te está raspando el rostro y te gusta esa sensación, vas dándome besitos en todo el rostro hasta que llega a mis labios.  Los acaricias con la punta de tu lengua y después con la nariz.  La sensación es gloriosa, mi cuerpo tiembla cuando los lames suavemente.  Las manos que antes las tenía en mi cuello, bajan por mi estomago y cuando llega a mis rodillas las separa y te acomodas entre ellas, siguiendo con tu lento manoseo y tus besos cadenciosos hasta que siento que me aprieta el miembro y te acercas bruscamente a mi, tu lengua entra en mi boca, la sensación de sentir esto cerca me hace arquear la espalda y pegar mi pecho al tuyo. Tus pezones están delicioso y duros y deseo poder saborearlos. Te quito los pantalones de tus nalgas rápidamente y me ayudas, continúo con el sostén y después sigo con el con tu bluma hasta que meto mi mano debajo y me das una erección, mi pene se comienza a mojar y mi mano empieza a frotar tu clítoris de arriba abajo, te alejas un poco y miras lo que le estoy haciendo; abres la boca, cierras los ojos, suspiras y tira la cabeza atrás, yo me acerco y te beso el cuello y el pecho, el olor femenino y glorioso que me vuelve loco, te muerdo por donde va pasando mi boca y te gusta.  tus manos llegan hasta el bajo de mi pene y lo sacas de un solo movimiento, acaricia mi cuerpo mientras yo sigo tocando su laberinto, me arde tu presencia y tu aliento tibio se acerca a mi y me provoca succionar tus montañas, yo grito despacio, mi pene se excita más y necesito que estés siempre a mi lado, me pego a tu escultura y con mi mano introduzco mi pene en tu vagina, haces un sonido gutural en mi oído y con un movimiento de caderas introduzco mi miembro hasta el fondo, me acerco a tu boca y le muerdo los labios, estoy pegada a mi y froto tu fruto en tu pelvis, la sensación me embarga, mis manos en tus nalgas las aprieta y eso me hace estar generarte esos orgasmos en un instante.  Mis manos te sostienen en la encimera y las piernas las tengo alrededor de ti , tus caricias son duras y tiernas a la vez, juegasmuy bien con la dualidad de la chica mala y el chico que solo deseas que goze a tu lado.

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