Radiantes Pasiones

129 83 54
                                    

Radiantes pasiones
Bajo el seguro de mi puerta y tu entraste con mucha degeneración en tus ojos, caliente ya tenía mi miembro fuera del pantalón, desde que tu te acomodaste en el asiento no dejabaz de mirarme a los ojos, tus manos fueron a mi miembro y me masturbaste un par de veces, no pude evitar hacer lo mismo y de un golpe mi mano fue hasta tu vaginade vello recortado, gemiste sutilmente mientras que en las yemas de mis dedos, un poco de tu humedad se quedaba impregnado, llevé mi mano a mí y profundamente inhalé descargándome unas ganas de cogérmela ahí mismo en el carro. Encendí nuevamente el auto y a mi izquierda un auto pasaba con la ventana abajo. Te rayaste amigo, esa mujer está bien buena. La mujer solo le mando saludos y con mi mano enseguida subí los vidrios. Nos vamos calentando. Le dije que abriera todo mi pantalón. Me dijo ella estaba acomodándose el cabello, se fue mi pene a esa boca deliciosa tuya y me comenzó a chupar con exquisita maestría. Llegamos al hotel y subimos llenos de lujuria, en la puerta nos quitamos la ropa y nos fuimos a la cama a follar como locos, una y otra vez hasta que me cansara de penetrarte.
Y hoy estamos aquí, dando mis llaves al chico del ballet parking, entro y pido unas bebidas, la noche está fría, la lluvia apenas se escurre y los nervios me tienen impaciente en esto. Me siento en una de las mesas, me tomo una cerveza de golpe y pido otro de inmediato, ya es la hora pactada y ella aún no llega, me siento como adolescente en busca de placer. De pronto, me dan la bienvenida a ti, hermosa, de piel tersa y clara como pocas, ese cabello rizado en capas rebota en cada pisada que dan sus zapatos altos de tacón en aguja. Envuelta en un vestido gris con cierto vuelo por encima de la rodilla, se sienta en la barra, cruza sus piernas y saca su teléfono para comprobar si ha llegado a tiempo, que ha llegado el tiempo de que nuestros cuerpos se unan para disfrutar este momento donde podemos saborear lo profundo de nuestros cuerpos.

Relatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora