Relatos

Escultura

Escultura
Contemplo tu superficie y el largo camino de ascenso. El sol comienza a alzarse, inexorable, sobre la cima de tu monumento, pero no te importa. Tienes tiempo. Tanto tiempo… Tiempo concedido por desafiar a la muerte, a los dioses, y sobretodo a mi. Tiempo otorgado como una bendición que llego a mi vida. Sonríes Tiempo. Nadie sabe que lo único que necesito eres tu. Recorre con mis dedos por cada poro, cada hendidura, cada grieta y cada lugar oscuro de tu obra de arte. Siempre pareces igual, pero siempre me impresionas. El tiempo, el camino, sus manos han hecho mella en mi cuerpo. Descubro nuevas estrías, nuevas aristas, nuevas muescas, y nuevos caminos para seguir disfrutando de ti. Sonríes de nuevo. Tiempo, camino, y tus manos son lo único que necesito. Apoyas tu mejilla, tus precioso senos, y tu pelvis contra la superficie que palpita. Siente los latidos de tu corazón, la vibración de su energía, el estremecimiento de tu belleza que contiene, de la mujer que le aguarda, de la mujer que lo recibe y se entrega a mis manos que se demoran en tus pechos, en tu cadera, en tu vientre, en tu sexo… despacio, despacio, despacio hasta que brota el agua y filtra en tus poros brillando como una estalactita. Sísifo, Sísifo, Sísifo… ámame, tómame, libérame, susurras como la mujer que la habita retorciéndose de amor, de deseo insatisfecho, de anhelo. Y me desespero, retorciéndose de amor, de deseo insatisfecho, de anhelo y golpea tu cárcel con los puños intentando quebrar los muros, introducirme en ellos, derramarse hasta filtrar los poros y brillar dentro de la superficie como una estalagmita. Pero no puede. No puede….Y golpea, golpea, golpea hasta despellejarse la piel de los nudillos, hasta desgarrar la carne, hasta desprender una esquirla y tintar la nueva grieta con el líquido carmesí que se desliza entre sus dedos. La piedra lame, absorbe, se nutre, pide más, más, más. Siempre quieres más. Siempre quieres más hasta más no poder ,mientras nuestras energías se unen poco a poco para formar el paraíso del gozo infinito.