Paraíso

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Paraíso
Mi cuerpo rebota, y quiero es masticar tus pezones, me impulso y una de mis manos atrapan tu seno derecho, lo besa, lo chupa y lo raspa con mis manos, tiemblo aferrado a ti, cuando tus pezones están hinchados y rojos esa misma mano que antes la tenías ahora acaricia mi rostro y va descendiendo por mi cuello, me hace cosquillas, me acaricia todo el cuerpo hasta que tu mano se enreda en mi cabello, luego lo agarras hacia abajo delicadamente y con fuerza a la vez, mi espalada se apoya en tu cuerpo. Tu te alejas de mi cuerpo y te quitas toda la ropa, después acomodas mis piernas una a cada lado sobre mi también, la posición es bella y no me quejo, tus dedos me tocan , esparce tu desnudez por todo mi cuerpo y mientras lo hace acaricias mis hombros, rojos y brillantes, te veo acercandome y tu boca se abre y me lames todo el pecho, mis manos acarician tus cabellos, me besas y después sopla, luego vuelve a lamer y besar, me hacer gozar
de placer cuando siento el vino resbalar por tus pliegues, bebe, besa y me chupa mi miembro viril, me vuelve loco las caricias que me haces con su boca, aprietas tu cara contra mi miembro a la vez que mis cuerpo se  mueven buscando placer de tus lugares más inhóspitos. Estoy a punto de llegar de seguir disfrutando. Me dices, cuando me doy cuenta estas de espaldas a mi y nuevamente me he enredado con tus cabellos y te sigo penetrando sin descanso.  Las tetas te rebotan y yo las pellizco, haces que mi espalda se pegue a tu pecho y con una de mis manos le doy golpecitos al clítoris tuyo , empiezo a jadear y mi respiración es cortante, los cuerpos se bañan en una capa de sudor y en el ambiente con olor a sexo. Tus caderas se mueven desenfrenadamente y te embisto, ambos resistimos y jadeamos, pero cuando ya estoy a punto de terminar tu te separas bruscamente para abrir tus piernas y te arrodillas y empiezo a chupar tu clítoris, tus piernas me tiemblan, pero me estoy frotando contra tu cara sin ningún pudor y te tengo atada por las caderas moviéndolas también, la sensación me embarga y la exploto en tu cara con un orgasmo arrasador.  Las piernas te tiemblan y tu cuerpo se deshace, te agarro y te acomodo nuevamente, mi pene duro se resbala en tu interior y empieza a penetrarte sin compasión a la vez que siguo estimulando tu clítoris y empiezo a buscar placer el cual llega con tus orgasmos rápidamente.  Nos movemos y somos un par de locos con caricias toscas, mordidas y besos hasta que eres tu la que se retuerce y grita y mi cuerpo se siente presionado bajo la sensibilidad que desprendes con tu belleza y hermosura.

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