𝐌𝐈𝐍𝐄 ❛𝓢𝓮𝓸𝓷𝓰𝓼𝓪𝓷𝓰❜

𝓱𝓮'𝓼 𝓪 𝓬𝓻𝔂𝓫𝓪𝓫𝔂

- Oye...¿Estás bien? Suenas un poco distraíado.-

Seonghwa reaccionó.

-  ¿Qué? Ah ai,si, claro que sí. Estoy bien no te preocupes, me perdí...en algo. Te llamo después-

- Ok... Ten cuidado,te amo-

- Ajá,si yo también-

Seonghwa miró por doceava vez a su alrededor verificando que no hubiera nadie. Y efectivamente como en las doce veces anteriores no había absolutamente nada cerca aparte de la profunda oscuridad del estacionamiento desierto. Suspiró cansado, la cabeza le dolía y una intensa ansiedad lo atormentaba. Se recostó en el asiento y miró una vez más a través del retrovisor. El espejo solo reflejaba la frondosa oscuridad causada por las luces delanteras encendidas del auto. Forzó demasiado su vista hasta en el más mínimo detalle para ver si encontraba algo en el exterior que le dé alguna respuesta sin embargo por más que buscase no hallaba más que eso, abismal y perturbadora oscuridad sumida en silencio. Removió sus cabellos y salió del lugar hartó de esa sofocante sensación de ser observado. Estaba alerta pero no había nada. Gritaba por lo inexistente. Al salir miró atentamente las puertas del aparcamiento hasta que se cerrarán completamente, para verificar si algo salía de ahí pero nada. Abandonó su domicilio  intentando despejar su ajetreada mente en el camino hacía el trabajo como todos los días.

Desde hace un par de meses Park tenía una intensa sensación de ser observado en todo momento. Ya sea en el trabajo, en salidas con Yunho, en encuentros con Hongjoong o en cualquier maldito lugar, hasta en su propio hogar se sentía asquerosamente acosado. Al principio creyó que era algo pasajero, una más de esas turbias sensaciones que solía tener de vez en cuando. Sin embargo con el paso de los meses esa impresión se incrementó insondablemente, el tiempo se sentía cada vez más lento, la ansiedad era cada vez más constante y  tenía los nervios a flor de piel casi todo el tiempo. Ni siquiera podía dormir sin sentirse sofocado por una mirada. Pero no había nada y eso era lo más inquietante. Por más regresara a ver a todas las direcciones posibles detenidamente un millón de veces lo único que encontraba era el vacío en lo ordinario; nada fuera de su sitio y todos actuando con la misma normalidad de siempre. Eso era lo que lo tenía con un pánico abrumador, la perturbadora nada. Le tenía miedo a la nada, literalmente.

Cuando salía la sensación se volvía más profunda y ya no podía andar en la calle sin ser considerado como un paranoico por el resto al estar mirando a todos lados a cada rato mientras que en su hogar se sentía ligeramente más tranquilo, pero no era la gran diferencia. Si creía que era Yeosang a la distancia, no lo era. Cada que regresaba a ver el chico estaba ocupado en otra cosa totalmente diferente. Sin embargo apresar de estar volviéndose loco de a poco, no le había dicho a absolutamente nadie por temor a ser juzgado como un demente. No lo sabía Hongjoong,ni Yunho o San. Solo él. Se lo había guardado para sí mismo porque creía que podría aguantar la situación en orden él solo. Pero ya no podía soportar el miedo,ya no podía seguir callado, sabía que si seguía así terminaría horriblemente mal.

Tomó su teléfono apurado y marcó a Yunho. Un tono,dos tonos, tres tonos que lo hicieron sentirse enfermizamente desesperado hasta que escuchó la enérgica voz saludarlo animadamente a través de la línea. Él era a quien más confianza le tenía, Jeong conocía absolutamente todos sus secretos, errores y pensamientos desde el más inocente y superficial hasta el más profundo y oscuro. Lo había escuchado tantas veces sin juzgarlo que cuando pensó en quien debería saber primero sobre su circunstancia la primera persona que vino a su mente fue Yunho y lo eligió sin dudar. Lo citó exasperado en la cafetería a la que solían frecuentar a la misma hora de siempre clavando su mirada en una camioneta gris que ya lo llevaba siguiendo por bastante tiempo pero que al pasar un semáforo se perdió en una calle alterna y Seonghwa casi atropella a una anciana histérica por estar distraído. Necesitaba tanto hablar con alguien o sino perdería la cabeza más de lo que ya la había perdido.