𝓱𝓮'𝓼 𝓪 𝓽𝓸𝔂

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Lo último que recordaba era un macabro rostro adornado por una gigantesca sonrisa absorta en locura y unas pequeñas pupilas piradas apenas iluminadas por una tenue luz que parecían haber salido de una película de terror. El susurro en su oído resonó en su cabeza por lo que parecía según él una eternidad pero que en realidad solo fueron algunos minutos.

Y cegado por el fragante aroma químico se desvaneció sin fuerza alguna para luchar contra él. Cayó en un abismo oscuro los cuales eran los brazos  de la bestia que alguna vez se atrevió a llamar amor. Su mente fue bloqueada al estar bajo un profundo sueño del cual por más que quisiera despertar no podía. Había sido atrapado en sí mismo.

Hasta que finalmente pudo despertar, aunque no fue tan lindo como creyó que sería. No fue recibido por las luz del sol a través de las cortinas de su hogar sino por una cegadora luz a poca distancia de su débil rostro.No estaba envuelto en sus cálidas cobijas o por brazos fornidos sino por cintas y cuerdas que lastimaban dolorosamente su anatomía por la fuerza con la que lo abrazaban. No despertó con el alivio de que todo fue un sueño al ver su desordenada habitación confortarlo porqué el miedo de ver nada más que cuatro oscuras paredes con polvo y telarañas en las esquinas, con algunas cajas en las esquinas y una pequeña mesita a su alrededor apenas lo dejó respirar. Un dolor de cabeza impresionante, los músculos latiendole del dolor y el frío insoportable clavándose a través de su piel lo llevaron a un terrible pánico que avisó al aprehensor del desgraciado Hongjoong que por fin había despertado.

Yeosang se encaminó hasta la habitación tranquilamente.  Era el sótano del cual apenas y sabia de su existencia. Seonghwa lo descubrió un día que estaba muy mareado, se apoyó en la pared que sostenía a las escaleras implacablemente y por la fuerza de su cuerpo cayó por las empinadas escaleras que dirigían al tétrico cuarto. Ese día se ganó una herida en la espalda y en la cabeza, burlas de Yeosang y un sótano. Sin embargo apenas y recordaba de la existencia del lugar por lo que era completamente ignorado. O lo era, hasta ahora. El triste y olvidado sótano se había convertido una habitación de huéspedes dispuesta a encerrar el horror en su máxima expresión para toda la eternidad.

Kang abrió la puerta lentamente mientras escuchaba golpes dentro. Habían transcurrido tres días desde que tomó la libertad de Hongjoong y apenas había dado señales de vida, incluso ya lo había dado por muerto. Cosa que no hubiera sido tan divertido como Yeosang planeaba pero esa pacífica tarde mientras tomaba un poco de té grande fue su suerte al escuchar fuertes golpes provenientes del lugar. Así que con una extraña felicidad se dirigió sereno hasta la habitación dispuesto a darle la bienvenida que Hongjoong merecía a su humilde hogar.

Al llegar al lugar su sonrisa creció significativamente. La escena que tenía la dicha de presenciar era simplemente magnifica. Hongjoong estaba atado a la silla como lo había dejado, con la boca cubierta por una mordaza de cuero negra, en ropa interior, moviéndose como un loco intentando escapar en vano. La silla se tambaleaba de un lado al otro golpeteando el suelo y la mesa que se encontraba cerca. El amordazado cuerpo del joven brillaba cual oro por la gruesa capa de sudor que lo cubría,rebeldes pero grandes lagrimas corrían por su rostro, los intentos de parase por Hongjoong causaban heridas en su piel por el brusco roce de las cuerdas y cintas,las manos le temblaban como a un viejo pero se quejaba como un niño. 

- Al fin despiertas, lindo. - Dijo Yeosang poniendo en orden el caos que Hongjoong había causado a medida que se acercaba hacia el inquieto muchacho hasta llegar frente a él deteniéndolo con solo poner su mano aparentemente débil sobre su muslo apretándolo con una fuerza inesperada. Así mismo fijo su vista en los ojos del chico y los estudio detenidamente. Rebosantes de miedo y angustia que a pesar de estar callado sus preguntas se desbordaban de ellos. La fisonomía del chico le parecía maravillosa en ese momento. Desesperación, terror, pánico y confusión. Era lo más hermoso que Yeosang podía ver y quería más. Sin embargo guardo la poca compostura que le quedaba y con una compasión inexistente decidió dejar hablar un poco a Hongjoong. Así que lentamente con la misma mano con la que había apresado el muslo del mencionado retiró con delicadeza la mordaza que lo tenia mudo pero advirtiéndole con señas que si hacia mucho ruido la cosa no terminaría bien para él.

𝐌𝐈𝐍𝐄 ❛𝓢𝓮𝓸𝓷𝓰𝓼𝓪𝓷𝓰❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora