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Volvamos a la actualidad. Frisk te acababa de dar el medallón, se encuentran en la casa de Toriel frente al demonio de ojos rojos.

Los recuerdos que habían venido a ti por fin hicieron eco en tu mente, había fuego en tu alma, bigor en tus ojos y conocimiento en tu corazón, todas tus preguntas habían sido resueltas en cosa de segundos, el medallon en tus manos no hacia más que oscurecer dudas, estabas lista a tus siguientes movimientos. Ahora podias ver claramente al demonio parado junto a la humana -¡Frisk, aléjate de él!-

Seguías enfrentándote a una difícil situación, Chara, tu peor enemigo con el que apenas habías cruzado palabra se encontraba frente a ti, quien manipulo a Frisk, una pobre chica que se lanzó a una gran apuesta "resetear la partida por su propio bien" una humana manipulada dejándose llevar por sus deseos más íntimos dispuesta a sacrificar los de los demás.

No estás dispuesta a perderlo todo de nuevo, no sin luchar.

Frisk te escucho poniéndose detrás suya. -Lo lamento- le dijiste sin dirigirle la mirada, despegar los ojos de Chara parecía peligroso, así que no podías hacer nada más que mirar detenidamente a sus movimientos.

-Ese medallon no hará más que traerte desgracias ***, bajo aviso no hay engaño- Chara te sonreía sin pena ni gloria, sabía que aquí terminaba todo, porque su única oportunidad de aferrarse al mundo era el odio y resentimiento de Frisk.

La humana detrás tuya lo miraba triste, de verdad sentía que Chara había sido un compañero todo este tiempo, estás semanas y días había sido guiada por un demonio de ojos rojos con terribles intenciones y sed de diversión sobre la desgracia ajena, pero a final de cuentas no la abandonó, y eso la hizo sentir especial, era su triste forma de ver las cosas.

El demonio la miró también, habían llegado a una dependencia terrible, y pudiste notarlo.

La frágil Frisk dio unos pasos hacia delante -Nos separamos Chara- No podías evitarlo, confiar en ella es peligroso, estabas alerta hasta de los movimientos de la temblorosa humana -Dime que hay una forma de ayudarte sin lastimar a nadie- casi le ofrece su mano, pero lo pensó y la alejó.

-No seas penosa Frisk, ¿Acaso crees que los mounstros y esta mujer te valorarán como yo lo hice? Estas equivocada-

-Eso no es cierto- reprochaste, pero Frisk te ignoró por completo, entendías que era algo entre ellos, pero en el momento en el que se metieron con tus memorias habías formado parte del problema. -Basta, niña, esto no es un intento de redención, es el destierro de un demonio que acabo con todo, te lo dije, cuentas con mi apoyo pero el primer paso es acabar con eso- apuntaste a Chara, de verdad estabas molesta, jodidamente molesta con todos en la habitación, necesitarías tiempo para perdonar.

La de ojos rasgados y el de ojos rojos se miraban mutuamente -Sabes cómo encontrarme, esperaré hasta verte regresar arrastrandote ¡¡JAJAJA!!- Terminó por desaparecer entre risas con un eco aterrador.

El ambiente había vuelto a un color normal, apretaste el medallon en tus manos, tenias personas a las cuales deseabas ver, pero antes...

Habia un montón de coraje en tus venas y un cosquilleo y calentura en tus manos con ganas de dar un movimiento.

Caminaste rápidamente hacia Frisk, la giraste hacia ti y le diste una bofetada.

-No... no merezco el perdon de nadie- se sobó la mejilla.

Su victimismo te enferma pero... -No lo mereces-la tomaste del hombro en apoyo -Tendrás que ganartelo- 

Apretó sus manos en sus ojos estallando en lagrimas, es una complicidad que deseabas compartir hace mucho tiempo, aunque se siente terrible y aliviante, todo tu progreso, tu dedicación e investigación habían sido tirados a la basura, pero ¿sabes? a la mierda, este reinicio te había dejado darte cuenta lo importante que es la gente que conociste aquí, su agradable actitud y familiaridad con la que te sentías cómoda, todo eso persistió con tu memoria en blanco, y eso ya es decir bastante. Derramaste una que otra lágrima frente de la traidora chica a la que tendrías que darle una oportunidad, estabas siendo muy dura, ignoraste por completo que tenía problemas en el pasado, y si había una moraleja en todo este maldito alboroto era el que no puedes dejar a la gente que necesita ayuda de lado, es lo peor que se puede hacer.

-Me esforzaré- la escuchaste murmurar -pero...-

-Se que tienes miedo- la entendías, entendías el porqué de las cosas, lo aborrecías pero había empatía de por medio -Hagamoslo juntas, tienes que hablarme ¿deacuerdo? cuéntame lo que sea- te apartaste, ella asintió y talló sus ojos por ultima vez.

-Quiero hablar con mi madre- caminó hasta la puerta hacia las ruinas -dije algo horrible- casi se ponía a llorar de nuevo, y así salió en soledad, pero determinada a arreglarlo todo.

Estabas más tranquila, tenias el medallon en tus manos, hay cierta Flor a quien agradecerle, pero antes, había alguien con quien necesitabas arreglar cierto asunto.

Te colgaste el medallon y lo metiste dentro de tu sudadera, empezaste a correr bajando las escaleras de par en par ¡Es ahora o nunca, es ahora o nunca, es ahora o nunca! girabas a toda velocidad las esquinas del pasillo hacia la puerta de Snowdin, agarraste toda la fuerza que habías retenido y la abriste de golpe, la fría ventisca enfrió tus piernas ¡Que agrdable sentimiento! Seguiste tu camino corriendo entre la nieve con una enorme sonrisa en tu rostro, y es que no podía fallar ¡Ibas a volver a encontrarte con el amor!

De camino te encontrabas con esos mounstros con los que alguna vez tuviste largas conversaciones y conociste uno a uno ¡Es imposible imaginar la cantidad de bromas que puedes hacer con tanta información que creen que no conoces pero en realidad te la contaron antes del reinicio!

-¡Hey!- gritabas sin parar moviendo de un lado a otro tus brazos saludando de par en par -¡Holaaa!- Tus zancadas eran espectaculares -¿Qué tal?- no dejabas de encontrar viejos amigos.

Viendo a los alrededores no pudiste evitar ver una flor dorada escondida entre la nieve, observandote a lo lejos. -¿Asriel?- tus pies se detuvieron en seco, miraste a todos lados en busca de un lugar vacio, ahora sabes lo incomode que le pone la presencia de gente agena al principe.

Se escondio de nuevo en la nieve, eso quiere decir una cosa "buscame" y por mas desesperada que tu alma se sentia pos buscar al esqueleto, Asriel seguia siendo tu mejor amigo, alguien con quien debias reencontrarte.

Caminaste a aquella direccion en la nieve, entre los gigantescos pinos que rosaban tu sudadera, no dejabas de mirar el suelo donde deptonto habia una flor dorada mirando hacia otro sitio.

-¡Asriel!- sonreiste.

-¡TONTA!- 

-¿Asriel?- ese grito sonaba desgarrado. Te acercaste confundida, jamas lo habias escuchado en ese tono.

-¡No te acerques!- te miró, su rostro parecia molesto -¿¡No eres conciente de lo que haces?, pudiste correr peligro, no sabias a lo que te enfrentabas, Chara es un demonio poderoso!- Oh, habia estado preocupado.

-Claro que no sabia a lo que me enfrentaba, tonta flor- Sonreiste cautivada -No me lo dijiste- Tomaste asiento frente a él.

-Y no te lo volveria a decir si pudiera- mufó.

-Tambien me alegra verte, amigo-

Te miraba con clara molestia, pero era notable el como trataba de contenerse -¿Sabes que de todas formas no podemos confiar en ella, verdad? Hay que tenerla vigilada-

-No te preocupes, conozco al chismoso perfecto para ese trabajo-

-¿Tu novio?-

-¿Novio?... pft-n...no... de, de ¿de que novio hablas?- dijiste en notable nerviosismo. A lo que te miro con aburrimiento -Me referia a ti-

-¡¿YO?! NO SOY UN CHISMOSO-

-¿Entonces como te enteraste que retome mis recuerdos?-

Silencio.

-Esta bien, pero lo haré porque no quiero a Chara de vuelta, no por otra cosa-

-Tranquilo amigo, recuperaremos tu cuerpo, como la ultima vez-

-¡Yo jamas dije que queria mi cuerpo de vuelta!- Desapareció en el suelo.

Sonreiste por ultima vez palpando la tierra -Tambien te extrañe, Asriel- Te pusiste de pie y retomaste tu camino.


𝘿𝙚𝙟𝙖 𝙫𝙪 • 𝙎𝙖𝙣𝙨 𝙮 𝙏𝙪  [[EN EDICIÓN]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora