𝓟𝓻ó𝓵𝓸𝓰𝓸

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Había oscurecido, el reloj marcaba justamente las doce treinta de la noche y ahí estaban nuevamente, hablando de cosas triviales mientras comían pizza, esta vez era el turno de YoungHyun de llevar la comida, mientras que JaeHyung llevaba las bebid...

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Había oscurecido, el reloj marcaba justamente las doce treinta de la noche y ahí estaban nuevamente, hablando de cosas triviales mientras comían pizza, esta vez era el turno de YoungHyun de llevar la comida, mientras que JaeHyung llevaba las bebidas, optó por llevar jugo de naranja, si llevaba alcohol seguramente YoungHyun lo golpearía porque podía embriagarse y hacer tonterías. Era gracioso, ya que de todas maneras se embriagaba con el dulce olor del contrario, y tonterías ya hacía todos los días.

La noche en la que se conocieron fue la mejor para JaeHyung, de sólo recordarlo lo hacía sonreír como un idiota.

—¡¿Estás ebrio, cierto?! ¡Ya te he dicho que no debes de irte a beber con tus amigos al salir del trabajo! ¡¿Sabes qué clase de influencia estás siendo para tus hijos?!

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—¡¿Estás ebrio, cierto?! ¡Ya te he dicho que no debes de irte a beber con tus amigos al salir del trabajo! ¡¿Sabes qué clase de influencia estás siendo para tus hijos?!

—¡Tenía ganas de beber, eso es todo!

—¡Todos los días tienes ganas de beber!

JaeHyung escuchaba a sus padres discutir desde su habitación, casi todos los días su padre llegaba al rededor de las doce de la noche completamente ebrio y su madre por obvias razones se molestaba. Si él no estaba despierto para escuchar sus gritos, entonces, sus gritos lo despertaban. Le importaba una mierda que sus padres discutieran, lo que realmente le molestaba era que aquellos terribles gritos y quejas interrumpían sus perfectas horas de descanso.

Pasaban los minutos y sus padres no tenían la intención de parar de gritarse entre sí, ya harto, JaeHyung decidió levantarse de su cómoda cama y hacer lo que cualquier adolescente responsable de diecisiete años habría hecho: Tomar una chaqueta, ponerse sus gafas, salir por su ventana y dirigirse hacía ningún lugar en particular. Si no lo iban a dejar dormir, aprovecharía para dar un paseo nocturno.

Pasaba por un parque, ya no había nadie por lo que no le importó jugar un poco en uno de los columpios para pequeños, o subir a una resbaladilla y bajar como si fuera lo más extremo que pudiera existir. Revisó su teléfono, ya eran las doce veinte pero aún no quería regresar a casa, probablemente sus padres aún seguían discutiendo. Decidió seguir caminando por unos cuantos minutos hasta que algo llamó su atención, al lado de un mirador logró ver unas escaleras que bajaban a quién sabe qué lugar, el sitio era oscuro y tenebroso, y como la persona normal que era; decidió bajar. Mientras caminaba pasaba una de sus manos por todo el barandal mientras exploraba el lugar, desconocía la completa existencia de aquel sitio, no es como si saliera demasiado de casa pero de igual manera jamás había visto que esa parte estuviera en la ciudad.

Siguió caminando, sin duda era un lugar al que no muchas personas solían frecuentar. Logró escuchar un ruido extraño un poco más adelante, tal vez era una rata, por lo que JaeHyung rápidamente corrió para poder verla antes de que escapara, sacó su teléfono y cuando estuvo a unos cuantos metros de ese sonido, encendió la linterna de su teléfono y la dirigió hacia donde provenían los sonidos. Se sorprendió al ver a un chico sentado en el suelo comiendo probablemente papas, ambos se miraron a los ojos y parecía como si el tiempo se hubiera detenido, se quedaron estáticos por algunos segundos hasta que una alarma proveniente del teléfono de Jae los devolvió a la realidad, eran justamente las doce con treinta minutos, era extraño, JaeHyung no recordaba haber puesto una alarma a esa hora, aún así, olvidó el tema y la apagó.

—Tú no eres una rata. -Dijo mientras el contrario se metía a la boca la papa que tenía en los dedos, y la comía lentamente.

—Claro que no... Uh... ¿Gustas papas? -Aquel chico extendió la mano en la que tenía las papas y esperó a que el desconocido tomara algunas, cosa que sucedió casi al instante sin romper el contacto visual que ambos tenían.

Si Jae dijera que ese chico no era apuesto, estaría mintiendo tan descaradamente.

Si Jae dijera que ese chico no era apuesto, estaría mintiendo tan descaradamente

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Publicado: 30 de Mayo del 2020.

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