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Tengen y Kyomi caminaban juntos hacia la Residencia Ubuyashiki. La chica pensaba en si había hecho algo extraño después de unirse a los cazadores, pero no le quedaba muy claro. El Pilar del Sonido, como se había presentado después, le sugirió a la Kanoe que comenzaran a aumentar el trote para llegar con luz de día.

Al joven le sorprendía que una cazadora de bajo rango manejara permanentemente la respiración de concentración total, pensaba que su mentor debió haber sido un cazador muy dedicado, pero no hizo comentarios al respecto.

Después de unas horas de distancia, llegaron a un lugar escondido para la civilización. Ahí se encontraba la Residencia Ubuyashiki y a sus alrededores las asignadas para los Nueve Pilares. La chica miraba asombrada la belleza del lugar a la luz de la tarde, los grandes árboles le daban un toque vivo.

Entraron con cuidado de no alarmar a las personas que estuvieran en la finca, pues el mayor aclaró que se esperaba que su llegada fuera más tarde. Kyomi seguía maravillada mientras Tengen miraba con simpleza el lugar que no le parecía extravagante.

Un par de niñas que conocía porque se las había encontrado en la selección sorprendieron a la chica invitándola a pasar a la casa. Fue custodiada por ambas pequeñas hasta llegar a una habitación en la que se veía el atardecer por una amplia ventana. Dos siluetas eran opacadas por la intensa luz del ocaso.

—¿Está ella aquí, Amane?— preguntó una voz tranquila —Puedo verla un poco aún, pero, ¿podrías confirmármelo?

—Sí, ella está aquí.

La oscuridad se avecinaba al mismo tiempo que las lámparas del lugar se encendían, permitiéndole a la joven ver los rostros de las personas frente a ella. Se impactó un poco de la apariencia del hombre, pero no demostró ninguna clase de gesto, sería imprudente y ofensivo a su parecer.

Kyomi se arrodilló frente al Patrón para rendirle respeto, percibió dos sonrisas cálidas.

—Puedes levantarte, Tsukino, no te preocupes— mencionó la mujer que recordaba haber escuchado como Amane.

La cazadora se reincorporó y observó a ambos sin decir nada.

—Un gusto conocerte Kyomi, yo soy Kagaya Ubuyashiki y ella mi esposa Amane. Tengo pendiente una plática seria contigo—deslizó su mano hacia el hombro de la mujer, haciendo un pequeño movimiento con la cabeza— Por favor, Amane.
La bella mujer salió de la habitación, confundiendo un poco a la Tsukino, algo serio debería estar pasando.

—No me gustaría ser indiscreto, Kyomi. Pero me gustaría saber tu relación con el demonio que te entrenó.

Esa interrogante fue procesada por ella lentamente. ¿El patrón sabía de sus antecedentes? Era algo extraño de pensar, pero no respondería una mentira, sería fallarle a la organización.

—Es una historia larga, Patrón. Pero obviamente puedo contárselo.

El mayor asintió a la propuesta de la joven, dispuesto a entender aquel enlace tan extraño. Kyomi comenzó desde el día de su cumpleaños, hasta antes de la selección. Kagaya escuchó atentamente el punto de vista de la joven, comprendiendo sus decisiones a medida que avanzaba el relato.

—Y así fue como me convertí en discípula de un demonio.

—Me intriga mucho la forma en la que se dieron las cosas, Kyomi. Pero tengo una gran pregunta para ti— enunció el líder de los cazadores— ¿Eres realmente fiel al Cuerpo de Exterminio de Demonios?

—Totalmente. No tengo dudas sobre lo que soy en estos momentos y jamás traicionaría a mis compañeros para poner delante a un demonio.

El hombre mostró una sonrisa más amplia a la usual, podía sentir la seguridad y sinceridad de las palabras de su seguidora. Se compadeció a no someterla a ningún juicio, pues creía fielmente en su palabra. Entonces se le ocurrió poner en práctica la propuesta que había ideado al conocer el trasfondo de la joven.

—Kyomi, ¿no te gustaría entrenar con los pilares? Mi cuervo me contó que tú sola mataste a una Luna Demoníaca. A pesar de ser una “novata” tienes una amplia habilidad y mucho camino por delante.

Se dedicó a pensarlo un momento, tal vez no quería ser pilar aún, sentía la necesidad de ser justa con los demás de la organización, tomándose el mismo tiempo que ellos entrenando y perfeccionando sus técnicas.

—Me encantaría, pero no me gustaría asumir el puesto de Pilar pronto.

—Está bien. Amane, ¿puedes venir?

La fémina de rasgos lindos entró a la habitación con el tenue llamado de su esposo, se colocó a su lado, transmitiéndole que estaba ahí.

—Permite que la joven Kyomi se asiente en la última habitación de nuestra casa temporalmente. Después podrían llevarla a la finca Mariposa.

—Está bien, Kagaya.

Después de la afirmativa de la mujer, las dos pequeñas niñas albinas entraron a la habitación, solicitando que la joven las siguiera. La cazadora les ofreció una reverencia a sus superiores antes de retirarse tras las gemelas.

—Amane, ¿lo sientes?— preguntó el jefe de los Ubuyashiki— Tiene una gran fuerza, puede ser un gran apoyo.

Las chicas recorrieron un pasillo para llegar a una sala algo distante de donde habían partido. Una de las niñas le informó a Kyomi que esa sería su habitación temporalmente.

—Mañana deberás asistir a la reunión con padre y los pilares— dijo la pequeña albina de la derecha.

—Será temprano, procura estar lista— recomendó la otra.

Ambas dieron una reverencia y se fueron de ahí dejando a la chica algo consternada. Se sentía extraña de estar recibiendo este trato a pesar de haber contado su verdadera historia. No pensó más en la situación, se le notaba muy agotada. Acomodó el futón para recostarse y dormir plácidamente.

Fue despertada por el fino brillo de la mañana que se infiltraba por unas ranuras decorativas de la habitación. Acomodó su ropa y cabello, colocando correctamente el broche de mariposa y su Nichirin en su cinturón.

Salió con cuidado para buscar la puerta al exterior. Encontrándose de nuevo con las niñas que le provocaban un poco de recelo, pues sus actitudes eran extrañas para ella. La condujeron hacia afuera, donde se encontraban 3 personas que identificó como los pilares.

La de rango bajo se acercó lentamente hacia ellos, provocando que Tengen se girara rápidamente a su encuentro. Le ofreció una sonrisa altiva y la invitó a unirse a la conversación. Una persona en particular se ganó toda la atención de Kyomi, era Kanae, la muchacha que le obsequió el broche de mariposa que llevaba puesto en ese mismo instante.

Kanae pareció reconocerla de igual forma, pues su expresión denotaba contento. Tengen no entendía absolutamente nada, creyó que el punto de atención sería la altura de Gyomei.

—¡Kyomi! Pero qué sorpresa, no creí que te volvería a ver— exclamó la Pilar— Es un gusto que aún portes ese broche.

—De igual forma me alegra verte Kanae, es extraño que aún recuerdes mi nombre.

Después de ese corto reencuentro, Kyomi fue presentada ante el Pilar restante, Gyomei, quien desprendía algo de desconfianza hacia ella, cosa que captó. Después de unos momentos, el Patrón llegó y los cuatro se arrodillaron ante él.

—Mis niños, me gustaría que incluyeran a Kyomi en sus entrenamientos. Les aseguro que tiene la fuerza y habilidad necesarias para ser una Tsuguko. Ella sola derrotó a la Luna Inferior número 3.

—Perdone la interrupción, ¿por qué no la hizo un Pilar? Es una hazaña admirable— preguntó confundida Kanae.

—Eso es algo que les podrá responder ella misma. Por el momento, pueden retirarse— terminó el jefe.

El camino hacia la finca Mariposa era esperado por la Tsukino.

Aliento de la Luna | Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora