capítulo 2

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-¡HARRY!- una maraña de cabellos castaños cubrió la visión del Chico de Oro tan pronto entró a la Sala Común de Gryffindor.
 
-¿Estás bien? ¿No te duele nada?“- Hermione hacía una observación rápida al estado físico de Harry, pero éste sólo sonrió y se fue hacia donde estaba su amigo Ron.
 
“-¡Quien como tú!, todo el día holgazaneando en la enfermería, con las faltas justificadas- decía Ron mientras le hacía espacio a su amigo en el sofá y le entregaba una serie de pergaminos que supuso serían los deberes de fin de semana.
 
-Y sólo por un desmayo, me pregunto ¿què te entretuvo tanto?- continuó Ron mientras abrazaba a Hermione, quien se había ido a sentar en su regazo.
 
-Madame Pomfrey me dio un sermón…ya sabes...debes cuidarte más, te faltan vitaminas, mira que flaco estás y cosas por el estilo- dijo el moreno sonriendo a sus amigos frente a él.
 
-Y con sobrada razón, te dije que esos mareos tuyos últimamente no eran normales, además de tus nauseas y faltas de apetito- dijo Hermione en reproche.
 
-Si además de que últimamente no has dormido lo suficiente- dijo Ron, pero después se arrepintió de hacerlo al ver la mirada de reproche de Hermione hacia Harry y la cara de Harry por agregarle más cosas al asunto.
 
-Aun así es bastante raro, mira que desmayarte en pleno partido, Harry, casi me matas de un susto- Hermione abrazó de nuevo a Harry como lo había hecho cuando entró
 
-Más susto me dio mí al ver que Malfoy era el que te tenia en brazos, ¿Qué se trae ese huroncito, eh?- Ron soltó finalmente la pregunta que traían rondando en la cabeza él y su novia desde el incidente.
 
Harry sintió que el calor subía a sus mejillas, no quería sonrojarse pero…su mano se fue directamente a su abdomen de forma inconsciente, mientras murmuraba un tímido  -Nada, ya vez como es él-
 
Hermione se le quedo viendo fijamente, Harry no pudo evitar sentirse algo incómodo así que se puso de pie.
 
-Voy a pedirle al profesor Dumblendore que me justifique con Snape, ya que es el único maestro que no he ido a ver”-dijo el moreno mirando hacia cualquier otro lado con tal de escapar de la mirada de sus amigos.
 
-¿Tienes que ir a hablar con Snape?- preguntó Ron siguiéndole la conversación a su amigo al ver su incomodidad. No sabía el por qué se había puesto así, pero debía apoyarlo, después de todo, si no quería decirles…sabía como era su Hermi cuando quería sacar información importante.
 
-Sí, pero primero iré con el director, ya sabes como es Snape, si voy solo capaz de que me baja puntos, bueno me voy- Dijo Harry esperando que con su platica la chica dejara de mirarlo de esa forma estilo Dumbledore.
 
-¡Ah! Lo olvidaba antes debo ir por unas cosas a la habitación, por eso vine a verlos- continuaba Harry cada vez más intrigado con la mirada fija de la chica en todos sus movimientos, y fue cuando notó que su mano estaba en su abdomen.
 
 -Bueno, tú no te preocupes por el tiempo que te lleves- Ron guiñó un ojo a su amigo, mientras acariciaba la pierna de la chica que estaba en su regazo.
 
Harry, agradecido en el fondo de que Ron entretuviera a Hermione (aunque eso le costó un buen pellizco por haber metido su mano un poco más arriba de la falda de la chica), decidió huir en el momento en que una sonrojada castaña miraba con ojos de asesina a su novio.
 
Cuando Harry salió de la Sala Común suspiró aliviado, ahora sólo se debía dirigir al corredor principal para ver a Draco e ir después con Snape.
 
-Esto va a ser peor de lo que me imaginé- dijo Harry, mientras un escalofrió le recorría la espalda al imaginarse en el despacho de Snape.
 
-Por aquí James- dijo una voz por uno de los pasillos que llevaban al Gran Comedor, el aludido se giró y logró ver al chico rubio que lo llamaba, se acercó esperando que nadie lo viera, aunque a estas horas, o estaban jugando en los jardines o revisando libros en la biblioteca, ya que se hacercaba el fin de semana.
 
-Ya estás listo- dijo el rubio mientras lo tomaba de la cintura y lo acercaba hacia su cuerpo.
 
-La verdad es que n... no..- terminó de decir Harry en los labios del otro muchacho, mientras éste sonreía, ante la cara de resignación de su pareja.
 
-Anda ¿dónde quedó el valor Gryffindor del que siempre me presumes?- dijo Draco con el fin de animar un poco la situación.
 
-Al lado de tu orgullo Slytherin después de enterarme de esto, Malfoy- contestó Harry separándose del abrazo del otro muchacho, quien puso cara seria ante el gesto del otro.
 
Harry lo miró por un momento y el rubio aprovechó para hacer un pucherito, de los que mataban de risa a Harry, ya que, según él, parecía un niño mimado de 5 años a punto de hacer un berrinche.
 
-Anda ya, no pongas esa cara- dijo Harry recuperando un poco más la confianza y sonriéndole al chico que amaba.
 
-Venga, vamos y terminemos rápido con esto- continuó mientras tomaba la mano de Draco y lo acercaba para besarlo al mismo tiempo que se cubrían con la capa de invisibilidad.
 
Cuando llegaron frente a una pared de las mazmorras, que parecía no dar a ningún otro lugar, Draco salió debajo de la capa de invisibilidad.
 
-Recuerda, no digas nada hasta que yo hable con él ¿de acuerdo?- el rubio que aún tenia la mano de Harry descubrió la cara que se escondía bajo la capa, con el fin de ver esos esmeraldas que le revelan lo que realmente sentían o pensaban.
 
-¿Por qué tenemos que decirle a él?, de todas las personas del colegio, ¿por qué a él?- decía Harry aún no muy convencido de querer entrar.
 
-Ya habíamos hablado de esto James- dijo el rubio mientras acariciaba la mano de Harry y tiraba tiernamente de él para tenerlo cerca.
 
-En primer lugar, por que necesitarás el uso de pociones mensuales para este embarazo, y no nos podemos arriesgar que cualquiera las haga; sabes que mi padrino es el mejor en pociones, te guste o no- dijo Draco como defensa a la mirada asesina de las esmeraldas.
 
-Y en segundo lugar porque sabes que no puedes estar en contacto con ciertas pociones que pueden ponerlos en peligro- Draco acarició el abdomen de Harry, a lo cual el chico se sonrojo.
 
-Sobre todo, no puedes ingerir ninguna de las que se supone haremos este año, y conociendo el lindo trato que tienen ustedes dos, serás el conejillo de pociones tan malas como las de tu amigo el pelirrojo, o peor, las de ese regordete compañero tuyo.-
 
-Se llaman Ron y Neville Longbottom- dijo Harry con cara de enojo.
 
-Como sea. Además te prometí que después te acompañaría para decirle al ex fugitivo y a su novio el lob…- un codazo bien acomodado en las costillas hizo que Draco no terminara la frase, mientras que Harry se volvía a cubrir con la capa de invisibilidad aún sin soltar la mano de Draco.
 
Tan pronto el Slytherin recobró el aliento, dio la contraseña para entrar al despacho de la cabeza de su casa.
 
-Draco- dijo Snape levantando una ceja en señal saludo, mientras continuaba revisando las tareas de los alumnos, al parecer, de primer ingreso.
 
-¿Qué es lo que te trae por aquí?- preguntó el profesor al ver que el chico no decía nada.
 
-Padrino, bueno…¿como estas?….sólo quería saber; ¿qué pociones llevaremos este año?- respondió Draco de forma evasiva, mientras una mano invisible le daba un apretón en forma de reclamo por darle tantas vueltas al asunto.
 
Serverus Snape dejó las tareas que estaban esparcidas en su escritorio y miró fijamente al chico frente a él.
 
-¿Ahora qué hiciste Draco?-  volvió a preguntar de manera seria, lo que causó que Harry se tensara bajo su capa invisible.
 
-Sólo me llamas así cuando tienes un problema- dijo mientras se ponía de pie y le hacía señales a Draco para que lo siguiese hacia los sillones cerca de la chimenea, ya que no se apartaba de la entrada de su despacho y esta seguia abierta.
 
-No es nada, simple curiosidad- mintió de nuevo el rubio, poniéndose un poco nervioso.
 
-Por favor, ese nada significa un algo, y por lo visto muy, muy grande- dijo Snape en un tono un tanto paternal, que Harry jamás hubiese creído que utilizara.
 
Unas tazas aparecieron en una pequeña mesita de té y unas natillas, que, como Harry sabía, eran las golosinas favoritas del rubio.
 
-Anda dímelo ya, es mejor que lo digas ahora, a que yo empieza a sacar inferencias de todo lo que has hecho este año, eso incluye tus fugas nocturnas, tus desvelos, …supongo que es un amorío ¿no es así?, ¿Quién es la chica?- dijo Snape con ojos de cómplice, pero el respingo que dio Draco hizo que Snape sospechara.
 
-Entonces no es un ella, sino un él- dijo con una cara cada vez más seria.
 
-Si- respondió el rubio, con las manos en su espalda, sin atreverse a sentarse frente a su profesor.
 
-Por eso no hay problema y lo sabes, a tu padre no le molesta que tu susodicho sea hombre, después de todo a él le da lo mismo si la persona que le guste sea hombre o mujer - dijo Snape.
 
-Pero supongo que eso no es lo que te preocupa, sino que al parecer ahora se han metido en un lío muuuuuy gordo, ¿cierto?- Draco abrió ligeramente los labios en señal de sorpresa, al parecer, su padrino había acertado.
 
-Está embarazado- dijo simplemente, no preguntando, sino afirmando.
 
-Si no ¿por qué la preocupación de las pociones y el motivo de tu visita?- dijo finalmente Snape a un muy silencioso Draco, que sólo atinó a afirmar con la cabeza.
 
-Bueno, pero supongo que Zabini sabrá qué hacer en su condición- dijo Snape mientras se sentaba y sorbía su té.
 
-¡¡¡ZABINI!!!- se escuchó una voz demasiado familiar justo detrás de Draco, y fue tan sorpresivo que Snape escupió todo el líquido que había entrado a su boca.
 
-No, por favor dime que no es cierto- dijo Snape a un muy pálido. Draco que se dio vuelta para enfrentar a un moreno rojo de ira.
 
-Va a arder Troya- fue lo único que dijo Snape al ver al Chico Que Vivió al lado de su ahijado.
 
*************************
 
-¿Por qué cree que tu pareja es Zabini?- preguntó Harry aún ignorando el hecho de que se había descubierto él mismo frente a Snape.
 
-Porque somos amigos desde pequeños, porque alguna vez me vio besarlo, y porque es un Slytherin, vamos eres el Chico de Oro, y yo un Malfoy, estás de acuerdo que no serías el primero en quien pensaría ¿o si?- respondió Draco intentando calmar el temperamento de su pareja.
 
Jamás lo había imaginado tan celoso, después de todo, casi nunca lo demostraba, excepto por Parkinson, pero eso era comprensible, ya que la chica se la pasaba alardeando de cosas que jamás en la vida pasaron entre ella y Draco, pero no pasaba de mirarla con desprecio por sus mentiras.
 
Harry finalmente recobró su postura, -lo siento- contestó muy sincero, pero al ver que había hecho un despliegue de sus celos como nunca antes, y frente a nada más y nada menos que Snape, sintió un gran mareo, que incluso su rostro palideció.
 
Draco instintivamente lo tomó entre sus brazos y lo llevó a uno de los sillones de la estancia de Snape, dejándolo enfrente de su peor pesadilla, lo cual hizo que ahora sintiera náuseas.
 
-Bueno- dijo finalmente Snape recuperando su postura fría de siempre.
 
-Supongo que es peor lío del que pensaba- dijo mirando a su ahijado, quien estaba más preocupado por Harry que por los regaños que le estaba propinando su padrino.
 
Harry no soportó más la mirada de hielo que le estaba dirigiendo Snape, y entre los nervios y las reacciones de su organismo por su nueva condición, su estomago estaba más revuelto que cuando volaba en círculos y hacia giros de 360°.
 
Draco sólo señaló una puerta que estaba pasando un pasillo y Harry salió disparado hacia ella.
 
-Draco Lucius Malfoy Black- soltó al fin Snape, aunque no pudo evitar poner una cara de asco ante los sonidos provenientes del baño a su espalda.
 
-Por Merlín, de todos los chicos y chicas de todas las edades de Hogwarts, tenias que liarte con él- dijo Snape mientras se interrumpía por otro violento ataque de Harry que continuaba en el baño.
 
-Hasta hubiera preferido que salieras con Crabbe o Goyle, de hecho hasta con esa niña tonta Parkinson-.Decia exasperado el profesor de posiones mientras caminaba histérico de un lado a otro, escuchando al chico en el baño regresar hasta su estomago.
 
Draco se sentó en el sillón, mientras que un pálido Harry salía y se acercaba a ellos lentamente, no muy convencido de quererse enfrentar de nuevo la mirada de su profesor, ahora familiar político Snape.
El rubio, al ver que su pareja no se movía del marco de la puerta, estiró una mano y esbozó una sonrisa al chico para indicarle que se acercara, lo cual no dudo en hacer y sentarse a su lado para ser rodeado por las manos del rubio en su cintura de manera muy protectora.
 
Snape no había dicho palabra, solo observaba detalladamente las acciones de ambos chicos. Debía admitir que parecían quererse demasiado, y que al parecer no era de poco tiempo.
 
Fue cuando recordó a un pequeño Draco de 11 años que le comentó haber conocido a Harry Potter en la tienda de capas, y después a un deprimido chico con ojos llorosos que le contó del rechazo que le había hecho el moreno al ofrecerle su amistad. Por mucho que lo negara, Draco siempre había estado enamorado de Harry, y al parecer a Harry le gustaba el SM (Sado Masoquismo), porque si no, ¿cómo es que le había hecho caso a su ahijado que lo había fastidiado toda su vida en Hogwarts?
 
Snape hizo recurso de toda su capacidad de calma, mientras se sobaba la cien y suspiraba, para realizar su pregunta.
 
-Entonces ¿estás seguro de que el joven Potter esta embarazado?- preguntó, rezando a todos los magos y vendiendo en el proceso su alma a Voldemort, para que no lo estuviera.
 
-Sí, sí lo está, tiene dos semanas y media de gestación- dijo Draco, lo cual terminó todas las ilusiones de Snape, aunque aún esperaba que su ahijado estuviera equivocado, así que se puso de pie y se acercó al chico que descansaba en el hombro del rubio.
 
La mirada de Snape era severa, tanto como las que le dirigía a Longbottom sumada a las que le daba a Hermione cuando contestaba fuera de turno, más las que eran habitualmente para él.
El estómago de Harry comenzó a revolverse de nuevo, sin contar que sus músculos estaban tan tensos que hasta daba la apariencia de que su cabello se había erizado.
 
-Me permite señor Potter- dijo Snape como cortesía típica de un Slytherin, aunque como tal no esperó la respuesta del chico. Le levantó la camisa y lo inspeccionó mientras tomaba su varita para conjurar algo.
 
Harry brincó y su instinto lo llevó a tratar de protegerse a él y a su bebé, pero la mano de Draco en su hombro y la mirada más relajada que Snape le dirigió lo calmaron un poco para evitar que saliera corriendo.
 
-Es solo un hechizo que me permitirá saber si es que esta o no embarazado- dijo el profesor al ojiverde, que aun seguía renuente a dejarse observar por su peor enemigo dentro de Hogwart; finalmente accedió al sentir la suavidad de las manos de Draco en las suyas como pidiéndole un poco de confianza.
 
Snape pronunció un hechizo y su varita comenzó a girar hasta que se detuvo y resplandecio de color blanco, después de eso su silencio fue sepulcral, el profesor se dirigió a un estante y sacó un vino rojo, del cual tomó directo de la botella, ni siquiera se dignó a servirse.
 
-Te dije que estaba embarazado, Madame Pomfrey me lo dijo, y sabes que nunca se equivoca en cualquiera de sus diagnósticos- soltó Draco, mientras cubría la piel desnuda de Harry con su camisa, y le daba una caricia en sus manos para que se relajara un poco más.
 
-Por todos los cielos, Draco, como crees que va a reaccionar tu padre ante la noticia, en primera me lanzará una maldición, como mínimo, por ser cómplice de tus amoríos nocturnos con… con… con él, el Niño que Vivió- decia Snape de manera seria y cargada de un tono de reproche mientras tomaba otro sorbo del vino.
 
-Y por si fuera poco su nieto será Malfoy Potter- Dijo el profesor tirándose pesado en el sillón detrás de el.
 
-¡Hey!, ¿por qué tiene que llevar primero su apellido?- interrumpió el moreno con un semblante de enojo ante la mención del bebé y su futuro apellido.
 
Snape volteó a verlo con reproche, y Harry se encogió de hombros y se hundió un poco más en el sillón, intentando esconderse de Snape, en cambio Draco lo tomaba con más calma ahora.
 
-Porque al ser tú el que tendrá al bebé representas la parte materna, por así decirlo, entonces lo correcto es que lleve el apellido del que representa la parte paterna, pero eso no importa, si quieres le ponemos Potter Malfoy- dijo al ver la cara de molestia que puso el moreno con su explicación.
 
Harry se sintió más contento, adoraba que Draco hubiese cambiado tanto sólo por él, ya que con los demás seguía siendo el arrogante, egoísta, y petulante de siempre, pero no con él.
 
No pudo evitarlo y lo besó tiernamente en los labios, lo cual prácticamente era una provocación para todas las hormonas Malfoy, ya que de inmediato respondió de forma más pasional y metió sus manos bajo la camisa del chico.
 
-¡Oh, por Merlín, Draco!, no me hace falta ver como fue que embarazaste al joven Potter, y menos en la sala de mi despacho- soltó la grave voz de Snape, que provocó que Harry prácticamente aventara al un algo excitado Draco, mientras se ponía tan rojo como una gragea de sabor sangre.
 
-Lo siento- dijo Draco con un tinte de descaro en su voz mientras lamía sus labios saboreando el sabor de los besos del otro chico.
 
-Entonces ¿harás la poción de fertilidad para Harry?- dijo el rubio sin darle tanta importancia aunque Harry estaba buscando su capa de invisibilidad para huir de allí.”
 
-¿Tengo otra opción?- fue la fría respuesta de Snape antes de dirigirse al estante de ingredientes para pociones.
 
En realidad…no. Por cierto, Padre no debe enterarse aún de lo sucedido, hasta que decida como planteárselo y tantear el terreno- dijo Draco, a lo que tuvo una mirada de aceptación de Snape.
 
-“Pero Harry si le dirá a su familia, y te agradecería mucho que tú representaras a Padre cuando sea el momento.- agrego el rubio.
 
-¡¿QUEEEE?!- fue la respuesta que dieron al unísono Snape y Harry.
 
Snape miró de nuevo a Harry como planteándole en la cabeza que él no tenia que intervenir en ese momento, aunque Harry casi nunca se inmutaba con esas miradas, sabía de antemano que debía respetarlo.
 
-¿A qué familia te refieres? ¿A ese fugitivo y su hombre lobo?- dijo Snape con desprecio, y la mirada esmeralda de Harry enegreció de ira, podía respetarlo, pero de eso a tolerarlo.
 
-Se llaman Sirius y Remius- le corrigió Draco, cosa que hizo que ambos desviaran sus miradas de odio mutuo hacia al rubio con absoluto asombro, era la primera vez desde que salían juntos que Draco los llamaba por sus nombres, de hecho, para el rubio eran el perro pulgoso y su lobito, o el perro callejero y Lupina, entre muchos apodos más.
 
-Y te agradecería Padrino que estuvieras allí, y los llamaras por su nombre, no quisiera que las cosas se pusieran más tensas, sabes- dijo el rubio tranquilo abrazando a Harry.
 
-Supongo que puedo hacerlo- dijo Snape en un tono de resignación. Mientras terminaba de mesclar las cosas que había tomado, vaciando un poco en un tubo de ensayo.
 
-Tome, Señor Potter, debe tomar esta poción cada mes, así que espero que esto sea acatado de inmediato, no pienso ir a buscarlo para darle la poción, tendrá que venir usted mismo por ella 5 días antes de inicio de cada mes, ¿entendido?- y le dio un frasquito con un líquido de color lila al moreno.
 
-Si  Profesor- dijo el moreno mirando con cierta desconfianza el frasco.
 
-Puede tomar esto ahora, le ayudara a estabilizar un poco tu organismo, pues ahora entiendo el porque tuviste que recurrir a la enfermería este día- Dijo Snape sin siquiera mirar al moreno, que se incorporo un poco más del lugar en donde estaba sentado, para proceder  abrir el frasco.
 
El aroma de la poción, no era del todo desagradable, pero era demasiado dulce, como un perfume hecho con varias flores y fruta, el aroma era penetrante y estaba mareando al moreno nuevamente, su consistencia era muy liquida y el color no le daba confianza a Harry, pero la mirada platina que estaba sobre él lo obligo a sorber de un golpe toda la poción.
 
Como era de esperarse, el sabor era entre amargo y dulce, eso causo que las nauseas reaparecieran, Draco simplemente le dio espacio a Harry para que este saliera disparado de nuevo al baño de Snape; mientras ambos ponían cara de asco al escuchar las acciones del pobre chico que seguro estaba devolviendo todo lo que había comido ese día.
 
-Oye Padrino, si se la pasa vomitando la poción no se ve afectada- pregunto el rubio con curiosidad, mientras escuchaban el lavabo y a Harry haciendo gárgaras.
 
-No, se absorbe inmediatamente- dijo Snape sin darle mucha importancia, mientras se acercaba de nuevo a su escritorio ahora con menos ánimos que antes para revisar los deberes que había dejado; mientras colocaba un insuficiente en el primer pergamino que se le atravesó.
 
 -Y no podemos hacer nada con los malestares y náuseas que tiene James -preguntó el rubio esperanzado; mientras miraba como el moreno aparecía de nuevo con la palidez que le causaban las nauseas.
 
-No, y es mejor que te hagas a la idea, ya por lo menos eso te hará pagar por llevarme con Black, te lo aseguro- dijo Snape mirando fieramente a su ahijado, quien tragó con dificultad.
 
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-¡¡¡Harry!!!, ¡¡¡Harry!!! Despierta- Hermione movió discretamente a su amigo mientras que Ron vigilaba que Snape no notara que Harry se había dormido tan pronto regresó su vista a la pizarra.
 
-Mmm, sólo cinco minutos más Lu…- antes de terminar la frase Harry reaccionó para darse cuenta en donde estaba, y como resorte se levantó tirando la silla y haciendo un todo un escándalo.
 
Ron intentó recoger rápido la silla y Hermione empujó a su amigo para que se sentase en ella, mientras Snape volteaba a verlo con ojos de pistola.
 
 No era la primera vez que Harry se dormía en su clase, sobre todo ahora que era la primera en las mañanas del lunes, sin embargo, para gran sorpresa de sus asustados compañeros de Gryffindor, el profesor se había portado accesible con su alumno menos querido en las escasas semanas que el chico había estado comportándose extraño, de hecho sólo le había bajado máximo unos 20 puntos a Gryffindor, cuando para estas alturas ya tendrían un menos cien por el extraño comportamiento del Chico de Oro.
 
-Señor Potter, podría dejar de hacer ruido en mi clase, a diferencia de usted algunos sí tienen futuro para pociones, de hecho, algunos sí tienen futuro- dijo Snape muy enojado esta vez, pero una mirada platina le evitaba desquitarse con la persona que lo sacaba de sus casillas.
 
-Muy bien en parejas, necesito que preparen esta poción, ya saben con quien deben sentarse así que no me hagan repetirlo- continuó Snape con una mirada más asesina de lo normal, lo que hizo que las sillas y los alumnos comenzaran a moverse sin decir ni pío, para completa satisfacción del profesor. Al menos aún no pierdío el toque, pensaba.
 
Harry se acercó despacio a un rubio que lo miraba atentamente, le sonrió de manera tranquilizadora y se sentó a su lado.
 
A pesar de todo, debían guardar apariencias, pero era difícil, el moreno estaba cumpliendo el mes, y sus náuseas continuas en la noche, bueno la verdad casi todo el día, no lo dejaban descansar.
 
Lo bueno de todo el asunto es que esto justificó sus ausencias en los entrenamientos de Quidditch, y Madame Pomfrey había extendido un justificante muy válido sobre su nutrición y el posible estrés provocado por la última batalla con Voldemort.
 
Las ojeras bajo esas esmeraldas le preocupaban de sobremanera a Draco, al parecer el moreno descansaba por ratos y generalmente en clases, pues eran los únicos ratos libres que le dejaban las clases extras que le implantaban, las tareas y su vida social, aunque eso no era justificación para dormirse en clase, bueno excepto en historia de la magia, ¿Qué  ser se resiste a dormir en esa clase? meditó Draco mientras su pareja tomaba asiento.
 
-Bien, necesito que tomen piel de serpiente, cabello de unicornio y sangre de dragón- decía Snape cuando vio que todos estaban en su lugar.
 
-Señor Potter, al parecer persiste en no poner atención- dijo un enfadado Snape al ver que el joven de ojos esmeraldas comenzaba a dormirse de nuevo, así que aprovechando la situación lo sacó de clase, después de todo, si no lo hacía su reputación quedaría mal frente a los demás alumnos, además de que la poción provocaría que Harry vomitara como solía hacerlo en estas ultimas clases.
 
Por si fuera poco, esto también le beneficiaba en su desempeño laboral, ya que podría ver una de las pociones más peligrosas que había en el programa de estudios sin miedo de hacerle daño al futuro hijo de su ahijado.
 
-5 puntos menos para Gryffindor por su falta de interés, y le pido que se retire de esta clase y se dirija a su Sala Común a tomar un descanso para que la próxima vez que entre a mi aula este atento a lo que se hace aquí- dijo Snape finalmente desahogando su molestia de semanas atrás, a pesar de haber recibido una mirada de reproche del rubio sentado al lado de su pesadilla Potter.
 
Draco vio como Harry se levantaba e intentaba tomar sus cosas, y no pudo evitar ayudarle a recogerlas para que no se agachara, cosa que no pasó desapercibida para una chica de cabello castaño alborotado.           
 
Tan pronto salio del mazmorra, Harry aprovecho el tiempo para ir a la enfermería una revisión rápida, ya que según Madam Pomfrey necesitaba verlo mínimo dos veces al mes.
-Joven Potter, es temprano para que pase por aquí, no me diga que lo sacaron de clases de nuevo- la enfermera generalmente recibía a Harry para que este durmiera un rato allí evitándole la fatiga de subir, además le proporcionaba el desayuno cuando por cuestiones de horario se lo saltaba, claro que lo obligaba a comer todo y ella misma se encargaba de pedir lo que necesitaba comer.
 
-Si, el profesor Snape finalmente se desespero de que me quede D..or..mido- dijo el chico entre bostezos
 
-Bueno la verdad que es impresionante que le tenga paciencia, además de que guarde el secreto de su embarazo- dijo la enfermera coloco a Harry en una de las camas mientras invocaba varios frascos y una mesa para colocarlos.
 
-No se ve que le agrade mucho, si soy sincera... pero bueno me preguntaba, ¿por qué es necesario que no le diga al profesor Dublendore acerca de esto?, me preocuparía mucho que siga en sus clases extras en esta condición y si el director lo sabe hará lo necesario para evitar que…-
 
-No, no se lo diga, además no es tanto trabajo, los profesores se han tragado esa excusa del estrés de la última batalla, y como siempre he sido delgado dan por hecho que debía flaquear de un momento a otro. Ademas las clases con el profesor Dumblendore sólo son para controlar mi magia, lo cual no requiere de esfuerzo físico- dijo Harry interrumpiendo a Madam Pomfrey, mientras la miraba a los ojos suplicante.
 
-Por favor, no se lo diga, si no él considerara que debo decirle a mis tíos, a mi padrino a Lupin a los Wesley …y yo…bueno…yo no estoy preparado para eso- el moreno bajo la vista mientras se desabotonaba la camiseta completamente consternado por todo lo que estaba sucediendo.
 
-Harry, cariño esta bien. No lo haré si es lo que deseas, pero si te sigues ocultando así tarde o temprano pasaras por un estrés verdaderamente fuerte y eso me preocupa. Dime una cosa ¿esto no es lo que deseabas verdad?- la mirada de Harry se quedo fija en la de la enfermera, no entendía bien lo que quería decir con eso y se notaba.
 
-Me refiero a que si estar embarazado de Malfoy, no era algo que hubieras querido que pasara, ¿te arrepientes de lo que paso?- Madam Pomfrey había tenido que reformular su pregunta, pues la verdad el estado de ánimo de Harry en las últimas semanas después de descubrir que estaba embarazado, era demacrante, cada día lo veía mas deprimido y alterado.
 
-No, claro que no- dijo Harry sacudiendo la cabeza con energía, con voz firme y determinante.
 
-Es solo que estoy un poco asustado, eso es todo…mis amigos no saben nada, mi padrino y Lupin tampoco, y trato de ocultarlo a todos porque no quiero que me rechacen…después de todo el hijo es de Malfoy y pues..vera…no es mucho de su agrado- Harry se frotaba las manos, estaba inquieto, pero por más que le daba vueltas no encontraba una buena forma de hacer las cosas.
 
-Ya veo, bueno en eso tiene razón, ni yo misma me esperaba que usted y el Sr Malfoy terminarían así-Harry volvió a bajar la mirada a sus manos.
 
-Pero sabe, tampoco me puse como loca ni mucho menos, después de todo el Sr Malfoy y usted fueron los que tomaron la decisión de estar juntos, porque se aman, ¿no es así?- Harry se sobresalto ante ese hecho y miro a la enfermera para luego abrazarla con fuerza.
 
-Si,  tiene razón, gracias.  Veré que puedo hacer con mi padrino y después le contare a mis amigos y al director-  dijo mas animado el moreno recostandoce en la camilla.
 
-Perfecto, entonces, permítame continuar con su chequeo y después le pediré un poco de comida, incluso le pediré algo que se le antoje ¿que es lo que quiere?- dijo la sanadora sonriendo.
 
-Pastel de chocolate- contesto entusiasmado Harry.
 
Tan pronto Draco salio de clases se fue directo a la enfermería esperando encontrar a su novio, estaba algo preocupado pero sabia que lo encontraría allí, y tan pronto abrió la puerta busco en cada una de las camas hasta encontrarse a un bello moreno completamente dormido, al lado de la cama una mesita con comida a medio comer.
 
-Acabaron las clases- la voz de la enfermera sobresalto a Draco, pronto recupero su compostura.
 
-Si, ¿Por qué últimamente deja comida?- dijo molesto el rubio, como si la enfermera tuviera la culpa de que Harry no comiera como es debido, cosa que le molesto.
 
-Creo que si le preocupa debería ser usted quien le cuide-  pero cuando Draco iba a contestar de una manera mordaz como era su costumbre, después de todo era solo una empleada de la escuela, Harry se levanto.
 
-Lucius veniste- dijo el moreno frotándose los ojos y acomodándose la ropa para ir a clases juntos.
 
-James, ¿porque no te comes todo?, últimamente dejas la comida a medias- Draco se sentó al lado de Harry y lo miro con cierto reproche.
 
-Es que me da mucho asco- dijo Harry mirando los platos colocados en la comoda al lado de la camilla.
 
-Pero las golosinas bien que te las acabas- dijo Draco mirando un plato con chocolate donde quedaban restos de migajas.
 
-Lo lamento- dijo el moreno sonriendo y tomando un poco más de comida con mucho trabajo.
 
-Déjalo ya, anda vamos a clases- dijo Draco asustado por las arcadas que le estaban dando a Harry con cada bocado.

Nine dreadful... no, wonderful months por BlacktsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora