𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐. (𝕊𝕥𝕒𝕣𝕜𝕖𝕣)

XII

Ya pasaron tres días desde la última vez que vi a Tony y la verdad es que lo extraño mucho, hemos estado hablando de muchas cosas, que no son tan importantes pero que igual está bien saber.

No sé cómo es que hay personas que nunca se ponen a pensar que palabra les da risa, Tony es uno de ellos, le dije que pensara, que eso era muy importante para mí, a veces me siento tan inmaduro, pero Tony me hace sentir seguro, en fin, me hace muy feliz.

Me encontré a Quentin al llegar a la oficina, no quería ser grosero ni nada, pero no quería hablarle, solo le dije hola y salí huyendo, me daba mucha pena verlo después de ese beso, pero era pena porque yo no quería que pasara de nuevo, y tampoco quería salir de nuevo con él.

Cuando llegué a mi oficina me sentí seguro hasta que vi el ya acostumbrado desayuno, y me sentí incomodo, no puedo engañar a nadie, de verdad estaba muy ilusionado de que fuera Tony el que me dejaba todos esos regalos, pero eso ya no importa mucho, tendré que hablar con Quentin para pedirle que deje de hacerlo, no me siento cómodo recibiendo todo eso, obvio no le iba decir que en realidad no los quería porque no venían de la persona que yo deseaba.

Al pensar en todo me doy cuenta que no puedo estar más perdido y más sumergido de amor por Tony, me hace muy feliz, su compañía me hace mucho bien, no quiero que esto se convierta en una dependencia emocional, porque si no llega a pasar nada entre nosotros, sé que me dolerá mucho, porque no quiero perderlo, no quiero perder su amistad.

No saben el miedo que siento cuando me llama para salir y hablar, se abren tantas posibilidades ante mí, la más recurrente es él diciéndome que ha pensado mucho y que solo me ve como un amigo, la otra es donde me dice que no puede corresponderme de ninguna forma y es mejor no volver a vernos, ni hablarnos.

Ambas no las quisiera, pero si me dan a elegir una, elegiría el ser solo amigos, al final seguiría a mi lado, no de la manera que quisiera, pero a mi lado.

Al salir del trabajo decidí que ya era suficiente de estarme escondiendo de Quentin, lo busque hasta que lo encontré.

Le dije que habláramos quizá pensó que le diaria algo más porque tenía una gran sonrisa, eso hasta que le dije que ya no me dejara ningún regalo, que no estaba interesado en iniciar una relación ahora —falso, si quería, pero no con él— él solo bajo la mirado y dijo que estaba bien, pero que igual le gustaría que fuéramos amigos, dije que sí, tener un amigo más no hacía daño.