𝚎 𝚕 𝚙 𝚛 𝚘 𝚏 𝚎 𝚜 𝚘 𝚛.

5.6K 188 15
                                    

Sergio Marquina, El Profesor.

Sergio Marquina, El Profesor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-He tenido que improvisar.

-¿Qué? ¿Cómo dices?

-Joder Sergio, que no he podido subirme al árbol, pero no te preocupes porque hay una granja cerca de donde estoy.

-Pero Valeria, ese es el primer sitio a donde van a ir.

-No tengo otra opción. Deséame suerte.

Poco a poco me fui acercando, y cuando llegué, abrí la puerta de una patada. Me metí en una caja para esconderme y allí me quedé, mirando a una gallina que estaba conmigo.

En ese tiempo tuve tiempo para reflexionar, y se me vino a la mente los meses que estuve con el Profesor en Asia, fueron maravillosos.

Los ojos se me empezaron a llenar de lágrimas pero me intenté tranquilizar para no comenzar a llorar allí mismo. En ese momento, Sergio volvió a comunicar conmigo.

-Valeria, Marsella estará aquí dentro de un par de horas.

-De acuerdo.- Contesté.

-¿Tú cómo estás?- Preguntó un tanto preocupado.

-Asustada, y rodeada de mierda de gallina.- Respondí, soltando una carcajada al final para no preocuparle, pero a mi no me hacía ninguna gracia. -¿Y tú, vas bien?

Sergio no contestó, se quedó callado por un buen rato, pero al final se animó a hablar.

-Mira Valeria, sabes que tengo ya unos cuantos años, pero lo que no sabes es que eres mi primer amor. No sé cómo decírtelo, ni como expresarme, pero quiero que sepas que te necesito en mi vida. Me he enganchado a todo lo que me has enseñado, a cosas que jamás me hubiera imaginado. Todo es mejor porque estás conmigo, porque estoy enamorado de ti, y de todas tus manías.

Intenté controlar las lágrimas, pero al final derramé algunas, cosa que no quería.

-¿Me tienes que decir esas cosas, justo ahora?

-Te lo digo ahora porque no sé decirlo a la cara. Sólo te digo que quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, como lo hemos hecho estos meses atrás, sin preocupaciones, sin nada. Sólos tú y yo.

-Yo también estoy enamorada de ti, Sergio, como no te haces una idea. Creo que ahora podré aguantar las horas que hagan falta.

-Volvemos a comunicar dentro de quince minutos, ¿de acuerdo?

-De acuerdo.

Justo en ese momento, cuando Sergio cortó la comunicación, levantaron la tapadera de la caja donde estaba metida y me apuntaron con una escopeta.

Levanté las manos y miré a aquél hombre fijamente.

-¡Sal de ahí!

Hice caso y salí de aquella caja, sin bajar las manos.

La Casa de Papel || One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora