❍領袖┆ 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐁𝐮𝐲 𝐌𝐞 𝐀 𝐍𝐨𝐫𝐭𝐡 𝐊𝐨𝐫𝐞𝐚.

один

- ¡El traje pa' mi! - exclamó un hombre de chaquetón rojo.

- ¡Pa' ti serán las ostias que os voy a pegar, panda de anormales! - le devolvió el grito apoyando las manos en la mesa mientras se hechaba hacia adelante, parecía que en cualquier momento el azabache saltaría ha morderle la clavícula a los dos jóvenes.

- Venga súper indigente, no sea así - dijo con tono tranquilo el de cresta rosada.

La sala se quedó en silencio, pero los jóvenes pudieron asegurar que escucharon la guadaña de la muerte rozar sus hombros.

- ¿Cómo me has dicho? - murmuró con un tono de muerte.

- S-super intendente. - se corrigió él mismo.

- ¡Largo de aquí, nenazas! - exclamó hechandoles con la porra, estos entre esquivadas y saltos consiguieron salir del despacho del superior casi intactos.

- ¿Otra vez esos dos? - preguntó una joven apareciendo por la puerta con unos papeles en las manos.

- Me sacan más de quicio que Ivanov en sus días - acarició su sien mientras cruzaba una pierna sobre la otra bajo su mesa.

- Aquí tiene las gráficas de los índices de crimines esta semana - ignoró lo dicho dejando los documentos sobre la mesa y flexionando dejando ver su escote y su sujetador de color granate que tanto le gustaba, y Conway lo sabía bien.

- ¿Han bajado más que la anterior? - preguntó sin quitar mirada de su escote.

- No lo sé, ¿usted que piensa? - preguntó buscando su mirada ya que le había pillado mirando su escote, este reaccionó e igual la levantó.

- Supongo que si, estoy haciendo bien mi trabajo ¿no? - se recostó sobre su silla de cuero con una mirada superficial, la joven lo captó a la primera.

- Claro, daddy. . . - susurró lo último antes de acercarse y sentarse en su regazo.

- ¿me vas a premiar? - preguntó jugando con el pelo de la fémina.

- Claro, se lo merece ¿no es así? - pero desafortunado el destino que cuando la sangre se le bajaba a Jack hasta su compañero Volkov dio 3 golpes sobre la puerta.

La menor se levantó y agarró su carpeta, el Ruso ya estaba en la sala a si que solo cruzó miradas y sonrisas con él y desapareció bajo la atenta mirada del azabache.