❍領袖┆ 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐁𝐮𝐲 𝐌𝐞 𝐀 𝐍𝐨𝐫𝐭𝐡 𝐊𝐨𝐫𝐞𝐚.

тринадцать

Meses pasaron, la joven estaba desconsolada en la misma esquina húmeda de todos los días, había recibido maltrato desde hacía unos días, no sabía por qué no la mataban de una vez por todas.

— ¡Buenos días! – se escuchó acompañado de un chirrido haciendo estremecer a la joven con miedo.

— Oh querida. . . Ya queda poco aguanta solo unas horas. . . – dijo levantando su mentón sintiendo a este temblar.

— ¿Qué me vais a hacer? – preguntó en un hilo de voz la menor.

— Shh. . . – la mandó callar con cuidado posando su dedo sobre sus labios tocando las heridas de la jóven. — Levantate – ordenó agarrando a la joven de la muñeca.

Los demás recuerdos fueron borrosos, solo un coche, máscaras y paisajes frondosos. . . ¿Acaso era eso un bosque? Que extraño cansancio inundaba los párpados de la joven haciéndola caer en los brazos de Morfeo.

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— ¡Súper intendente! ¡Tenemos una pista¡ – dijo entrando por la puerta un oficial, el azabache se levantó con rapidez.

— Han robado una camioneta de la cual no le han quitado el rastreador – le extendió unos papeles con los documentos y las fotos del coche. — ¿cree que podría ser ella? – preguntó con tranquilidad dado a que en una de las fotos de la cámara de seguridad había una melena que parecía la de ella.

— Sí es así. . . Probablemente se vayan a deshacer de ella. . . – los dos hombres se miraron entre si hasta que el de mayor rango agarró la radio sobre su hombro y habló con voz seria.

— ¡Aquí súper intendente Conway! Quiero a todos los agentes disponibles en la ubicación que voy a mandar – dijo medio gritando mientras salía a paso rápido de su despacho hasta llegar al garaje donde sacó su coche y empezó a ir lo más rápido posible que el auto le permitía.

— No voy a dejar que me arrebaten de tu lado de nuevo – murmuró con una voz gruesa mientras se fijaba en el camino.

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— Hey princesa~ – dijo acompañado de un leve movimiento una voz suave y risueña. Al abrir lo ojos lo primero que se encontró fue con el hombre de rastas rubias y otras personas a sus lados con armas y luz, mucha luz.

— ¿Has dormido bien? – preguntó sacándola del coche dejando ver una casa bastante grande rodeada de gente que se tapaba el rostro o la boca con fusiles y pistolas que la miraban.

— ¿Qué? ¿Qué es esto? ¿Qué vais a hacer? – preguntó más alterada en cada pregunta intentando echarse para atrás pero la fuerza del rubio la superaba.

— No te preocupes~ Vamos a hablar – el mayor la sentó sobre una silla en medio de lo que parecía un salón con todos los muebles a un lado mantecados por una tela de plástico casi transparente. Después de atarla a la silla el rubio depositó un suave beso sobre su frente.

— ¿Voy a morir? – preguntó con miedo la joven buscando algún rastro de vida en su mirada. Sin recibir respuesta los tres hombres que habían en la sala se giraron para vez a otro hombre con complicidad.

Lentamente la joven se empezó a dar la vuelta encontrándose con el hombre que mató a todos los otros agentes, su mirada se llenó de lágrimas de terror y miedo, el hombre con la cabeza de calavera se giró lentamente hasta estar frente a la joven.

"Conway, por favor" suplicaba dentro de ella cerrando cin fuerza los ojos mientras sentía la respiración putrefacta del hombre.

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Posiblemente el siguiente capítulo que subiré esta tarde sea el último 🌚