La tarde, como era de esperar, pasó entre denuncias y algún robo, al terminar, la joven fue al badulaque como el azabache le dijo a si que ahí esperó mientras miraba su reloj de muñeca.
— Vaya, llegas un poco tarde – dijo la menor al ver como el que siempre llegaba temprano se retrasó excasos minutos.
— Gustabín y el tontito de la cresta solo querían llamar la atención, lo de siempre – el mayor la miró de arriba hacia abajo. — Tienes que cambiarte.
— ¿A dónde piensas llevarme hoy? – arqueo una ceja mientras caminaba detrás de él hasta el coche.
— Vamos a cenar – dijo mientras conducía.
La joven, perdida en sus pensamientos admiraba al azabache de perfil, le encantaba ver como sus pestañas chocaban con el cristal de las gafas de sol, también le encantaba ver el grosor de sus labios los cuales había mordido más de una vez.
— ¿me estás escuchando? – la áspera voz la sacó de sus pensamientos.
— ¿eh? Sisi, claro – dio una sonrisa aún a sabiendas de que no sabía lo que había dicho.
Al llegar a la casa ambos salieron del coche, el azabache se apoyó en la puerta y sacó un cigarro.
— Ve entrando tu, te espero aquí – dijo con el cigarro en la boca, lo ultimo que vio la chica fue como encendía en cigarrillo.
Nada más entrar no pudo evitar sonreír, le encantaba ver cada faceta de él en todos los sentidos y con esos pensamientos decidió cambiarse. Debido al traje que llevaba el azabache dio por echo que había que arreglarse a si que decidió ponerse un vestido ajustado que se soltaba en la cintura de color rojo.
Al salir se puso un mechón de pelo tras la oreja y caminó hacia él posicionándose enfrente con una sonrisa, esperaba que le dijera algún piropo o algo parecido.
— ¿Qué quieres, fea? – masculló hechandole el humo que le quedaba en la cara haciendo que empezara a toser.
— Pensé que me dirías cosas bonitas – dijo entre toses mientras apartaba el humo frente a ella.
— ¿Qué quieres que te diga? Si lo sabes ya – soltó un gruñido, tiró la colilla y entró en el coche, la menor hizo lo mismo.
El camino fueron canciones en la radio y tarareos de parte de la menor hasta llegar a un aparcamiento oscuro.
— ¿Por qué me has traído aquí? – preguntó la fémina antes de bajar del coche.
— ¿Es qué te molesta? – preguntó mirándola por el rabillo del ojo.
— No es eso es que. . . Pensé que sólo me querías para hacer eso. – ambos se quedaron en silencio.
— ¿Tu eres tonta o qué? ¿Crees que yo trataría a una mujer así? – se le notaba enfadado. — Y menos a ti. . . – murmuró poniéndose la mano en la nuca.
— Entonces. . . ¿Qué sientes por mí? – se giró con un brillo en los ojos, pensaba que le diría que la quería.
Este le correspondió la mirada a y salió del coche, no pensaría aceptar o negar sus sentimientos. . . Todavía.
Al salir el azabache la miró por encima del hombro ofreciendo su brazo para que se agarrara, una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro y corrió tras él hasta entrelazar sus brazos empezando a caminar de forma animada.
Aún que no lo dijera, se notaba en ese caminar que le hacía feliz tratarla como su mujer.
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Se viene lo chido, voy a meter un poquitin de trama uwu.
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❍領袖┆ 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐁𝐮𝐲 𝐌𝐞 𝐀 𝐍𝐨𝐫𝐭𝐡 𝐊𝐨𝐫𝐞𝐚.
FanfictionLa única fémina en el cuerpo de policía era la segunda mano del súper intendente Jack Conway el cual por muy fuerte que la gente cree que era no podía resistirse a las curvas de su compañera de trabajo la cual calló en el mismo agujero. ©Mika. P/eph...