Lo bueno y lo malo de las cosas [ChanBaek]

Lo malo de ayudar a otros

ChanYeol

Jamás me he considerado una persona celosa. Hace diez años, cuando mi hermanita NaYeon nació, yo nunca me porté mal ni hice una escenita tonta quejándome por la falta de atención. En cambio Jennie lloró como tres meses seguidos porque ya no le comprarían tanta ropa a ella como a la bebé.

Jennie: ¿Qué pasa si es más bonita que yo? Los tíos me lo van a señalar.

Se quejaba de eso todo el tiempo. Por eso creo que ella no debería ser psicóloga sino, al contrario, paciente de un hospital mental. También, cuando mi papá nos abandonó para irse con otra familia, yo nunca le deseé el mal. Eso nos condujo un tiempo a una época oscura en la casa, pero mi mamá decía que no íbamos a ganar nada esperando que mi papá fuera miserable. Eso sólo nos iba a volver malas personas.

En cambio con BaekHyun era imposible no sentir celos. La primera vez que lo sentí fue cuando, hace un par de años, él dijo que estaba enamorado de su helado. En la actualidad, me intimida la idea de que él pueda desarrollar una vida social más interesante con otras personas y no me prefiera.

Estuve pensando eso todo el fin de semana pasado (tuve demasiado tiempo para montarme películas completas), así que llegué el lunes a la escuela y lo primero que hice fue buscarlo entre el mar de estudiantes. Cuando estoy muy nervioso mi cara se pone toda seria y parece que ando enojado, pero en realidad sólo tengo ganas de echarme a llorar. Por eso cuando miré a BaekHyun a los ojos después de no vernos por dos días, él se asustó.

Yo: Tú y yo. Este viernes. En el lugar donde proyectan películas.

Le golpeé el pecho más fuerte de lo que esperaba.

BaekHyun: ¿El cine?

Él estaba muy confundido. Volví a estirar mi brazo y le agarré la cara, apretándole los cachetes hasta que ya parecía un pescadito.

Yo: Eso. Me gusta cómo se te ve esa camiseta.

BaekHyun (con mi mano en su boca): Gracias. Estaría bueno que me lo dijeras como si no quisieras matarme.

El resto de la semana fue igual. Siempre que encontraba la oportunidad, le hacía comentarios halagadores sobre su apariencia o sobre su humor inteligente, pero yo me ponía tan nervioso que a veces era más brusco de lo necesario y BaekHyun se asustaba.

Yo: Cuando te peinas así te ves bonito.

Le dije el miércoles y terminé jalándole el cabello.

BaekHyun: ¡Ouch! Gracias por notarlo, supongo.

Me veía más enojado que coqueto, y eso no me estaba ayudando en lo absoluto. Pero de alguna manera él volvía a reírse conmigo y, cuando notaba que iba a golpearlo, detenía cualquier impulso dándome una de esas nalgadas que me deja el cerebro paralizado.

Llegó el viernes y tuve que leerme las primeras veinte páginas del Buddhavaccana* para que nada raro fuera a pasar y nuestra cita no se cancelara. Le pedí a mi madre que rezara por mí. Le pedí a Jennie que no terminara con su novio ese fin de semana. Lo probé todo. Algo tuvo que haber funcionado porque, después de la última clase de la semana, BaekHyun salió corriendo en mi dirección y prácticamente me arrastró hacia el centro comercial más cercano.

BaekHyun: Veámonos una película de terror. Necesito gritar, soltar esta tensión de los hombros.

Yo: No se supone que debas gritar en el cine. No quiero que nos saquen otra vez.

Dejé que él escogiera la película y los asientos. Al final pagué por las boletas y él se quedó mirándome como si me hubieran crecido alas. Me sentí enorme e importante. Me gustó que él me viera de esa manera. BaekHyun siempre lograba hacerme sentir así. Escuchaba todo lo que yo decía y jamás lo encontraba estúpido. Él, por el contrario, era más inteligente y audaz de una manera difícil de explixar, pero seguía eligiendo ser mi mejor amigo todos los días. Tenerlo cerca era prueba de que yo debía tener algo especial porque BaekHyun es muy especial, y de alguna manera podía reconocer lo mismo en mí. Sin embargo, aquella tarde en el cine él me miró como si yo hubiera crecido más. Era la primera reacción genuina de su parte hacia mi primer acercamiento arriesgado. La señorita TaeYeon tenía razón. Comportarme diferente con él era nuevo y ya nos dirigía hacia un lugar más prometedor.