Lo bueno de tener hojas extra

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BaekHyun

El otro día me puse a pensar que mi vida está repleta de mujeres. Eso no me infla el pecho con orgullo machista. Al contrario, creo firmemente que eso es lo que me hace gay. Y no, no estoy diciendo que odio a las mujeres gracias a que ellas gobiernan mi vida. Todo lo contrario. Si no fuera por ellas, ChanYeol y yo chocaríamos nuestros pechos como gorilas a modo de saludo. O peor: seríamos como Kris.

A lo que quiero llegar es que gracias a mi mamá, la señorita TaeYeon, un tanto por JiSoo y la influencia feminista de la familia de mi mejor amigo, yo tengo sensibilidad. A veces parece que no es así porque mi pasatiempo favorito es fastidiar a las personas, pero sí la tengo, sólo que es un poco selectiva.

Por ejemplo, soy sensible ante los problemas de las personas y el calentamiento global. Quizá por eso atraigo a tantos ambientalistas. El problema es que no todas las personas se me acercan a contarme sus problemas y tampoco me voy a volver vegetariano como ChanYeol. También me parecen adorables los bebés —no todos, hay unos muy feos—, pero no me interesa verlos llegar al mundo.

Olvidé mencionar antes que mi mamá trae bebés al mundo. Bueno, no los trae, más bien ayuda a otras mujeres a hacerlo.

Lo que pasa es que mi mamá me dijo que en el hospital donde trabaja estaban intentando promover el tiempo en familia. Básicamente todos los doctores tienen una cosa en común y es que ganan mucho dinero a cambio de abandonar a sus hijos. En este caso soy sólo yo. Puede que en algunos hogares sea diferente y haya más de un hijo solitario vagando por la casa, pero yo he escuchado varios testimonios —y he visto suficientes películas— para saber que es un factor común.

El «Día de Traer a Tu Hijo al Trabajo» me pareció una completa estupidez —sobre todo si estamos hablando de un hospital lleno de mujeres a punto de escupir bebés fuera de su sistema—, pero entonces le dije a ChanYeol que fuera conmigo al hospital porque él es casi un hijo de mi mamá también. Llevan conociéndose tanto tiempo que mi mamá ya lo tiene asegurado como su adolescente favorito de la ciudad. No la culpo, yo le he dado más trabajo del que ya tiene.

—Chicos, están a punto de ver uno de los momentos más hermosos y mágicos de la especie humana —dijo.

Pero las madres mienten. Les va incluido en el sueldo.

Ver niños nacer es tan hermoso como que una ballena azul pueda ser delgada o como que Bangladesh pueda ser rico. ChanYeol y yo, parados al otro lado de un vidrio que nos permitía ver cómo una mujer luchaba para dar a luz unos gemelos, nos dimos cuenta de la verdad. Se me bajó la presión lo suficiente como para mandarme al suelo.

Estoy escribiendo todo esto porque estoy al final de mi diario y, a pesar de que odié la idea de escribirlo al principio, hoy lo agradezco. En pocas palabras, quiero finalizar este relato con un inicio. El inicio de mi relación con mi mejor amigo y la vida de muchos bebés morados que nacieron frente a mis ojos. De alguna manera creo que ambas cosas están muy relacionadas.

Cuando desperté en el suelo del hospital vi que ChanYeol estaba agachado a mi lado, mirándome preocupado. Pero eso su atención y su compañía fueron suficientes para sacarme la bruma de encima.

—¿Crees que cada vez que comienza algo, otra cosa termina? —pregunté sobre las baldosas heladas.

De vez en cuando doctores y enfermeras se acercaban a preguntar si necesitábamos ayuda, pero yo decía que estaba bien y ellos seguían con sus trabajos. Sabían que no tenía caso ayudarme; me conocen desde que tengo memoria. De todas maneras debía verme muy mal, con los labios pálidos y las mejillas sin color, porque ellos seguían lanzándome miradas extrañas.

Lo bueno y lo malo de las cosas [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora