Lo malo de conocer personas

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ChanYeol

Hay una frase budista que dice que hay tres cosas que no pueden ocultarse por mucho tiempo: el sol, la luna y la verdad. Bueno, pues eso es una gran mentira. Tuve ganas de decirle eso a mi mamá cuando me lo explicó, pero al tiempo me dio miedo que ella me regañara por ofender a Siddhartha Gautama, así que me quedé con esa idea para mí mismo. Y digo que esa frase está mal porque, con respecto a la verdad, he querido dejar de esconderla desde hace mucho tiempo, pero siempre pasa algo que no me deja ser honesto.

Esta vez fue mi papá. Él llegó el martes en la noche y me dijo todo emocionado que íbamos a estar juntos el resto de la semana. Yo no quería lastimarlo, así que acepté sin dar pelea cuando prometió traerme de vuelta el viernes a primera hora. No me pareció justo que mis hermanas estuvieran libres de este compromiso, aunque era mejor de esa manera. Ellas eran afortunadas por no tener que pasar tres días seguidos con una familia completamente desconocida. Estoy seguro de que Jennie se la hubiera pasado peleando con la nueva esposa de mi papá y NaYeon no pararía de llorar porque no puede ver a sus "crushes" en la escuela. La peor parte es que ni siquiera pude avisarle a BaekHyun lo que estaba pasando. Todavía no he comprado un teléfono nuevo y, cuando le pedí a Jennie que llamara a casa de BaekHyun y le avisara la situación, ella se rió.

Jennie: Ese niño no se va a morir si tú faltas a la escuela un par de días.

Yo conozco BaekHyun desde hace mucho tiempo. Claro que él puede morirse por una cosa como esta. Primero me odiaría por haberlo abandonado. El segundo día se preocuparía por mi ausencia. Finalmente, le pediría a su mamá que le cortara todo el cabello.

Viajé a la casa de papá en silencio porque no tenía ánimos para hablarle. En mis cumpleaños, él suele llevarme a almorzar en algún restaurante aleatorio y me regala ropa que siempre termino dándole a BaekHyun porque a mí me queda pequeña. Hay algo más que nunca cambia y es que cada vez que estamos juntos, nos quedamos en un eterno silencio incómodo.

Papá: Gracias por aceptar venir conmigo.

Le sonreí en respuesta porque no tenía fuerzas para hablar. Prefería estar en ese silencio incómodo que hablando con él, porque la verdad es que no tenemos nada de qué hablar.

Papá: Te invité porque mi esposa también tiene un hijo como de tu edad, y él quiere aprender baloncesto. Yo sé que tú juegas muy bien y, en lugar de contratar un profesor, es mejor que tú le enseñes y conozcas a mi familia.

Yo: No puedo enseñarle baloncesto a alguien en tres días.

Papá: HoSeok es tan malo que no podrá aprender ni en tres años, pero haz un esfuerzo. Te agradará.

Mi hermanastro sí es horrible para el baloncesto. Tiene gracia al caminar, no es muy bajito y yo hubiera apostado que puede ser profesional en cualquier deporte que no tenga que ver con despegarse del suelo. Apenas saltaba, su motricidad se iba volando y yo tenía que verlo caerse de cara. Intenté darle algunos consejos y tomarme en serio mi trabajo de profesor la primera media hora que lo conocí. No quería entrar a la casa y tener conversaciones incómodas con la nueva esposa de mi papá o con mi papá, así que me refugié en HoSeok, pero no tenía caso. Él pasó más tiempo en el suelo que de pie. Cada vez que veía el aro para encestar, se le enredaban los pies y terminaba escupiendo tierra. Hasta que se cansó de intentarlo y me pidió que lo dejáramos un rato.

HoSeok: ¿Quieres dejar melones frente a las puertas de los vecinos?

Al parecer es de ese tipo de personas que se toma muy en serio el rol de tener ideas extrañas. En todos los lugares del mundo siempre hay al menos una persona que las tiene. Y a veces tú mismo las tienes también, pero la diferencia es que tú no sucumbes al impulso de las ideas extrañas y por eso te callas la boca. Esa es la actitud más cómoda para mí.

Lo bueno y lo malo de las cosas [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora