Lo bueno de ser solo amigos

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BaekHyun

Antes de comenzar, quiero aclarar que esto no es un diario.

La psicóloga de mi escuela, la señorita TaeYeon, quiso que comenzara un diario para «desahogar mis sentimientos» —lo cual no tiene ningún sentido gramatical— y yo terminé comprando este estúpido cuaderno para que cerrara la boca. Bueno, en realidad mi mamá lo compró. Yo solo me he paseado con el cuaderno por los pasillos para asegurarme de que la señorita TaeYeon crea que estoy escribiendo este bendito diario.

Al principio esa era mi intención: pretender que le seguía la corriente. Sin embargo, un día estaba aburrido en clase de matemáticas y lo que comenzó como un garabato en la esquina de una hoja, terminó siendo... esto que leen acá. Eso significa que en este momento estoy en clase de matemáticas, el profesor está dando su mayor esfuerzo por explicar algo a toda la clase y yo no puedo dejar de lamentarme por estar enamorado de mi mejor amigo —quien, por cierto, está justo en el asiento de adelante—. Este es el momento perfecto para comenzar a escribir un diario porque él me está dando la espalda y porque no estoy molestando a nadie con mis sentimientos.

Mi mamá ya está cansada de escucharme hablar del tema. Cree que no estoy haciendo ningún avance con él y que solo dedico mis días a lamentarme por eso. Como he dicho, fue ella quien me compró este cuaderno para que yo le siguiera la corriente a la señorita TaeYeon. Pasaron varias semanas en las que me negué y dije que era estúpido escribir lo que pienso en un bloc de hojas amarillas, pero mírenme ahora, sumergido en la escritura y sin saber cómo detenerme. No sé lo que me pasa. ¡Ya nadie escribe a mano, siquiera!

Esto es ridículo, pero sigo haciéndolo.

¡Auxilio, que alguien me detenga!

Bien hecho, mamá. Tu hijo es un perdedor.

A ella no le bastó con que yo fuera enemigo de la existencia en general. No. Ella tuvo que ir y meterse en mis asuntos personales. No lo pensó dos veces antes de colarse en la oficina de la directora Seulgi y hablarle de lo preocupada que estaba por mí, como toda una chismosa.

Según mi madre, yo había estado flotando en las nubes todo el semestre y mis notas no estaban sido tan buenas como antes. Mis calificaciones casi siempre son buenas —y no es que estudie para los exámenes, sino que me va bien de milagro. Creo que mi mamá reza mucho en mi nombre—. Así que cuando en un examen de inglés no supe deletrear bien una palabra, ella en seguida dijo:

—BaekHyun, cariño, de ahora en adelante tienes que ir todos los lunes después de clases al despacho de la señorita TaeYeon.

Es decir, la psicóloga de la institución.

Yo no tengo nada en contra de estas tres mujeres: mi mamá, la directora Seulgi y la señorita TaeYeon. Todas son jóvenes, alegres y, de alguna manera, siempre saben qué es lo correcto. Pero ahora no estoy de acuerdo con ellas. Si yo no pude traducir al inglés la palabra «abdomen» en mi examen, es porque no tengo uno con músculos definidos y porque, la verdad, acababa de fumar marihuana.

Señorita TaeYeon, si alguna vez lee esto, quiero que sepa que esa fue mi primera y última vez en el mundo de las drogas.

Al menos eso espero.

No me gustó la sensación. Sentía que mi pecho estaba frío y que mis pezones sabían a fresa. Eso hubiera sido genial si alguien —más específicamente mi mejor amigo— los hubiera probado, pero por supuesto que eso no pasó. Lo único que pasó fue que tuve que ir a clase con el cerebro apagado para presentar el examen de inglés.

Así que, gracias a eso, fui por primera vez a la oficina de la señorita TaeYeon quien, por primera vez, me escuchó hablar sobre mi enamoramiento unilateral. Su consejo de llevar un diario y el hecho de que mi mamá no supera cómo lidiar con su propio hijo me trajeron a esto.

Lo bueno y lo malo de las cosas [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora