Lo bueno de estar enamorado

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BaekHyuh

Cuando digo que la paciencia no es mi mejor virtud, estoy hablando muy en serio.

El sábado en la noche juré que me estaba volviendo loco. No paraba de pensar en ChanYeol. Su imagen saltaba a mi mente incluso cuando intentaba distraerme con la tarea o la televisión. Estaba comportándome como una persona obsesiva, y cuando me di cuenta de que estaba empezando a parecerme a Kasper, me obligué a tomar una decisión: debía enfrentar el problema. «Tomar el toro por los cuernos», como había dicho JongIn.

Si mi mejor amigo no quería venir a mí, entonces yo iría hasta él.

Tuve que haber esperado unas horas antes de actuar. Esperar a que mi cabeza estuviera fría y segura de lo que iba a pasar era lo más sensato. O bien pude pedirle a mi mamá que me llevara hasta la casa de ChanYeol en el auto. Ella estaba acostumbrada a que yo hiciera las cosas más raras en medio de la noche, así que al final aceptaría.

También pude haber salido por la puerta principal y pedir un taxi. No era ilegal estar afuera un sábado en la noche, pero mis nervios estaban tan afectados que no podía pensar con claridad.

En lugar de planear bien las cosas, me paré de la cama el domingo en la madrugada como un zombie y me puse el primer abrigo que mis manos alcanzaron en medio de la oscuridad. También tomé este estúpido diario y salté por la ventana de mi habitación. Caí sobre un arbusto y quedé lleno de hojas, pero en lugar de pensar que lo que estaba haciendo era raro, salí corriendo como alma que lleva el diablo.

Quiero creer que lo hice porque necesitaba ser «valiente» antes de que se me acabara la seguridad. La verdad es que tenía mucho miedo de andar por la calle a esa hora. Si alguien me mataba, mi mamá se iba a enojar conmigo. Jamás me perdonaría por dejarla sola en este mundo, y estar muerto no sería una excusa aceptable para ella. Ella encontraría la manera de castigarme desde el más allá.

Así que atravesé las calles como un fantasma sin detenerme siquiera a respirar. Lo único que pasaba por mi cabeza era que yo me iba a morir si no llegaba rápido donde ChanYeol. Cada ruido y cada movimiento me parecía amenazante y sospechoso. Corrí sin aminorar la marcha en ningún momento. Miraba hacia todos lados como un loco recién escapado de un hospital mental.

Debido a la paranoia excesiva que la situación me provocó, me asaltó un miedo extraño por pensar que el universo intentaba decirme algo. Era una advertencia para que yo me detuviera, diera media vuelta y fuera a mi casa. Me sentía al borde de un gran abismo, sólo que ese vacío estaba en mi interior. No quería mirar hacia abajo.

Conocía tan bien la casa de ChanYeol que no me costó mucho seguir el camino en su dirección. Había hecho ese recorrido infinidades de veces. Ya me faltaba un tramo muy corto para llegar y, debido a que llevaba varios minutos corriendo muy rápido, tuve que detenerme para recuperar el aliento. Que vaya al gimnasio algunas veces por semana no significa que pueda aguantar cualquier tipo de actividad física sin quejarme.

Siempre que tenga la oportunidad para quejarme, la tomaré.

Puse las manos sobre mis rodillas y respiré con dificultad. Tenía una par de gotas de sudor en mi frente a pesar del frío, lo cual indicaba lo mucho que me había esforzado y lo poco contento que estaba con esa idea. Tuve que quitarme el abrigo de encima porque ya me estaba incomodando, y ahí fue cuando me di cuenta de que me había puesto una chaqueta de mi mamá.

Volví a iniciar la marcha, todavía con la determinación nublando cualquier otro pensamiento racional. Incluso si estaba aterrado por lo que pudiera ocurrirme, nunca pensé en volver a mi casa y esperar que saliera el sol para visitar a ChanYeol.

Lo bueno y lo malo de las cosas [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora