Lo bueno de la escuela

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BaekHyun

A estas alturas lo único que me falta hacerme en el cabello es quitármelo de raíz, pero no quiero llegar a ese punto tan crítico. No es como si estuviera tocando fondo, a pesar de que sí me siento muy desesperado.

Tengo un talento innato para arruinar las cosas. De verdad, hasta yo me sorprendo con esa capacidad. Es mi mayor don. Es decir, al fin logré volverme valiente y besar a ChanYeol, ¿por qué tenía que rematarlo diciendo que era mi mejor amigo? Lo es. ChanYeol es mi mejor amigo. Y si algún milagro ocurre y nos volvemos novios, él seguiría siendo mi mejor amigo. Con él no me guardo los secretos; soy auténtico porque me da la suficiente confianza para hacerlo; no me avergüenza nada frente a él.

El problema es que usé esas palabras en el momento equivocado y él se molestó por ello. Creo que está muy confundido por lo que pasó. La verdad no tengo idea por qué él reaccionó así, pero claro que puede ser frustante. Es una ley tácita universal no besarse con tus mejores amigos. Todo sale mal después de eso. Es como una bola de nieve cuesta abajo que se va llevando por delante cualquier sentimiento de tranquilidad que antes guardabas con esa persona.

La bola de nieve me está haciendo las cosas imposibles. Primero, ChanYeol me trata como una persona normal, como si se hubiera perdido la magia entre los dos. Me trata igual que a cualquier idiota que pueda acercarse a pedirle ayuda con sus estudios. Para ser más específicos, le valgo tanta mierda ahora que prefiere pasarse los descansos en la biblioteca ayudando al tal Do KyungSoo que reírse conmigo de otras personas en el comedor.

¿Cómo se atreve a prestarle atención a alguien que no soy yo?

Se siente horrible. Es decir, yo puedo aceptar que no seamos novios. Al menos pude besarlo. Eso ya es un milagro navideño para mí. El problema real es que estoy perdiendo mi amistad con ChanYeol porque él no quiere darme la cara para aclarar el problema. He intentado abordarlo un par de veces, pero siempre me devuelve una mirada tan melancólica que me provoca echarme a llorar.

—Oye, ¿quieres ir a mi casa esta tarde? —le pregunté el viernes a primera hora.

—Le prometí a NaYeon llevarla a la piscina olímpica. Va a encontrarse con otras amigas del colegio.

En ningún momento me miró a la cara. Estaba organizando los libros en su casillero a pesar de que ya todo estaba en su lugar.

—Está bien —dije con una sonrisa—. ¿Quieres que te acompañe? Puedo ir a...

—BaekHyun, estoy muy triste —soltó de repente y puso su cabeza sobre mi hombro. Tuvo que doblarse casi a la mitad para hacerlo.

Yo lo consolé un rato hasta que se calmó. Incluso lo abracé al final sin sacudirlo como a un muñeco de trapo ni le solté una de mis nalgadas asesinas. Odiaba verlo tan decaído. El ChanYeol que yo conocía de toda la vida le sonreía hasta a las ratas de alcantarilla. Ese que estaba frente a mí se veía gris y sin vida.

Sin embargo, no quiso contarme a qué se debía su tristeza y tuve que volver a mis clases después de que sonó la campana. Entré a física sintiendo que el azul de mi cabello me estaba volviendo la piel azul también, y que si seguía sintiéndome tan miserable, me volvería una bola de chicle azul que alguien agarraría y —después de probarme y hacer una mueca de asco— me tiraría a la basura.

JiSoo se percató de mi grado de desesperación por la forma en la que empecé a golpearme la frente contra el escritorio.

—¿Y ahora qué te pasa? —preguntó ella.

Ese día fue mi turno de echarme a llorar.

De nuevo el profesor paró la clase y nos pidió a JiSoo y a mí que fuéramos donde la señorita TaeYeon. Me pareció buena idea tener una charla motivacional con psicóloga de estudiantes, pero no habíamos caminado mucho por el pasillo cuando JiSoo me detuvo y me dio una bofetada.

Lo bueno y lo malo de las cosas [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora