Capítulo 1. Chico cup cakes

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Hola soy yo otra vez ¿Cómo han estado? Yo bien y muy ilusionada; este fandom me da muchas ideas y dios ¡No puedo con tanto!

Como siempre los invito a leer mis demás trabajos, y a comentar siendo respetuosos.

Disfrútenlo

YYY

Capítulo 1. Chico cup cakes

Anémonas, claveles amarillos, crisantemos amarillos, montonales de jacintos morados, muchísimas lilas violetas, y un solitario narciso; eran lo que estaba en el excusado de porcelana de ese frio baño. Ahí, entre los pétalos casi marchitos y el desagradable aroma oxido de su igualmente ya impura sangre, la pobre chica solo se sostenía de este, con sus prácticamente nulas energías. Temblaba mucho y la tos cruel no disminuía, lastimándole el pecho de nueva cuenta y haciendo que se quedase sin aire.

En sus épocas donde la enfermedad apenas había hecho aparición solo eran lilas violetas y jacintos morados lo que ella vomitaba, también en esa época eran vibrantes de luz y vida. Como si acabase de comprarlos de la florería para ponerlos ahí, mezclados con su sangre. Ahora dos años después, su vitalidad se había llevado igualmente la belleza de los pétalos, apareciendo otras flores al conjunto aunque aún siguiera siendo en su gran mayoría color morado y lila. Que le resaltaban su situación de manera cruel. Estaban tan marchitos y cubiertos de sangre que el sabor de por si algo ya desagradable, había empeorado considerablemente, haciendo que las arcadas a la hora de expulsarlos fueran peores, de por si siempre era doloroso sacarlas de su cuerpo. Llevándose toda su energía y era consciente de que con cada día vomitando estas cosas, parte de su vida escapaba de entre sus manos también. El doctor se lo advirtió. Esto solo empeoraría gradualmente, no importando que igualmente estuviera yendo al psicólogo o que incluso fuera una chica obediente y se tomase los medicamentos. No habría nada que evitase su trágico final, el que estaba segura estaba cada vez más cerca. Se abrazó a sí misma, intentando recomponer sus pedazos; no podía permitirse llorar ahora, Rubén no tardaba en llegar. Por eso, con un trozo de papel higiénico; limpió con ahínco su ropa de la sangre y pétalos, para igualmente limpiar el excusado y el piso. Tiró todo al váter, jaló de la cadena, echó aromatizante para disminuir el aroma y salió de ahí.

YYY

Un sonriente castaño entró en el edificio donde se pasaba metido el 80 por ciento de su tiempo. Caminó a través de la puerta, con un par de cajas medianas en sus manos, ambas rosas con blanco de esas que se usaban en las pastelerías y del hombro llevaba colgando lo que al parecer eran un par de loncheras.

─ Hola Rubius.

Saludó un señor de la intendencia que limpiaba la entrada del hospital, sonriéndole. El recién llegado sonrió para acercarse.

─ Hola boomer ¿Qué tal todo, tío?

El hombre, que si bien no era un anciano tampoco era joven. Solo sonrió ante el apodo que el chico delante de él solía usar para cualquiera que para él fuese obviamente alguien más de 30.

─ Aquí ya trabajando, como de costumbre.

─ Pues para que te tomes un descansito.

Dijo al tiempo que sacó un hermoso cup cake que estaba adorablemente decorado con una carita de un osito, viéndose apetitoso y tierno.

─ Muchas gracias, tú siempre tan considerado.

Sonrió el mayor para tomar el postre entre sus dedos y alegrándolos a los dos, se despidieron. Con esto el chico castaño siguió su camino, pues haría un par de paradas más antes de llegar a su destino.

YYY

─ Realmente este hospital es la ostia ¿verdad?

─Cuida el lenguaje, estamos en horario laboral.

Las flores bajo la nieve [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora