Nuevas reglas

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Se abrió la puerta y lo vi, estaba hay plasmado mirandome en el marco de la puerta. Mi cara decia todo lo que estaba sintiendo, era una mezcla entre el asco que le estaba teniendo y el miedo que me causaba, empezó a hablar, tenía una voz muy masculina, demasiado firme y calculadora tanto que llega a sonar sensual.
Se acercó a mi al darse cuenta de que no le estaba haciendo ningún caso, me agarró la cara con muchísima fuerza y brusquedad, y con los ojos más serios que pudo haber puesto me dijo " esto no es un juego" tan claro y tan consiso que me hiso estremecer de solamente oirlo.
Soy experta en reírme en las situaciones más inadecuadas, y no se ni el porque era el motivo de mi inoportuna risa, pero esto molesto bastante al " amo". Este que estaba a punto de marcharse se dio media vuelta, yo seguía riéndome sin saber porque, creo que de los nervios que sentía por todo lo que estaba pasando, pero aun así esto no fue válido para el, al ver su cara deje de reírme al instante, se inclino cerca de mia, me miro muy fijo a los ojos y de un momento a otro, me dio una bofetada tan fuerte que pense que me quedaría  marca,en ese momento senti una impotencia, antes hubiera saltado y le hubiese dado una buena contestación, pero me quede petrificada. Se levantó pero antes de irse me dijo de una forma entre burlona y fría " no me hagas ser malo, estoy aquí para enseñarte".
Me quede hay sentada, tapando me la zona enrojecida por culpa de mi inoportuna risa ¿ porque sere asi?
Horas mas tarde una mujer, que supongo que trabajara para el me trajo la comida, le di las gracias y me dispuse a comer, tenía una pinta grandiosa. Estaba apunto de terminar cuando volvió a bajar el "amo" se sento al lado mia, en la cachambrosa cama que tenía y me pidió disculpas, yo me quedé perpleja, primero me abofetea y luego me pide disculpas, bipolar pensé.
Me dijo que lo acompañara,que me daría una nueva habitación que estaría más cómoda allí, le seguí manteniendo las distancias. Era cierto la habitación era más acogedora y bonita, me sente en una silla mientras el hablaba, esta vez si le atendí, no quería que me diese otra bofetada.
Me dio tres reglas básicas;
1) su nombre no estaría en mi vocabulario, yo lo llamaría "señor" "amo" o "jefe" como preferiría.
2) sus órdenes para mi serían sagradas, y jamás lo podría incumplir.
3)si mi comportamiento no era el que quería, recibiría un castigo, el cual estaría merecido.

Después de esto se levanta, y se marcha no sin antes avisarme de que está noche cenariamos los dos juntos. Mientras podría hacer lo que quisiera pero dentro de la habitación. Me tiré en la cama y me quedé pensando como podría escapar de allí¿ alguna forma abría?
Estaba completamente segura de que escaparía de hay, quizas no hoy, quizas no mañana pero escaparía.
Llamaron a la puerta era el, eso significaba que era la hora de cenar,baje tras el y me dio mi sitió en la mesa, a su derecha, decía que quería tenerme controlada, me sirvió un plato enorme de comida, era carne con verduras, odio demasiado las verduras, no las soporto saben horrible y encima su textura es repugnante, pero que a mi no me gustasen no era su problema y el quería el plato vacío. Yo no iba a comerme las verduras, las odio y encima cada 5 minutos lo tenía a el diciéndome" que te comas toda la comida" llegue a mi límite, me levanté de la mesa y de un grito le relique que me obligase a comer esas verduras, con la misma rebeldía que siempre he tenido cogí el plato de verduras y se lo eché por toda la camisa, color blanco. Sabía que me había pasado, el se levantó, se desabrocho la camisa y me dijo que me marchase a mi habitación, sali disparada de hay, no quería desafiarlo más.
Paso una hora desde que había subido a la habitación, cuando escucho tocar la puerta, su cara se notaba bastante enfadada, me asusté, se sentó en la cama sin decir nada, pensé que hablaríamos de lo sucedido, pero no fue así. Me agarró con muchísima brusquedad y me coloco boca abajo encima de sus piernas, me subio la falda turquesa que llevaba puesta, me bajo las bragas y antes de empezar con el dolor mas grande que he sentido, me dijo con la voz más seca del mundo " a ver si así me empiezas a hacer caso" después de esas palabras empezó el sufrimiento, 20 nalgadas seguidas, cada una más fuerte que la otra, cada nalgada con más dureza, nalgada tras nalgada me dejaba un dolor descomunal pero el no paraba, en sus ojos no veía arrepentimiento alguno por lo que me estaba haciendo.
En cuanto termino me dejo boca arriba y se marchó sin decir nada, en ese momento decidí que yo me iba a escapar de allí lo antes posible.

  Soy su objetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora