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                                                                             (Narrador omnisciente) 

Rubius dejo de oler la ropa de inmediato. Se había mareado un poco. ¿Habia tenido un recuerdo al oler la ropa? Nunca le había pasado. Sentía sus mejillas arder ante ese recuerdo. A su lado, Juan Carlos estaba acostado mientras miraba a su amo. 

-¿Tengo algo en la cara o que?- Dijo riendo ante su propio chiste. Le hacia sentir demasiada soledad esas situaciones en las que decía un chiste en su casa y el era el único que se reía. Al fin y al cabo, vivía solo con animales que no eran capaces ni de reír ni hablar.  

Sintió una lagrima correr por su mejilla al darse cuenta que Vegetta, pasaba eso los 367 del año. Ahora que se ponía a pensar.. Desde que dejo de vivir con Willy.. ¿Estaba en su casa solo? ¿Sin poder hablar con alguien? Joder, que triste. El de orejas de oso, se puso a pensar que lo mas probable, es que sus años fueran así el resto de su miserable vida. Empezó a llorar. Mucho. Demasiado. Con todas esas lagrimas, podría llenar miles de piscinas. 

Por la noche, Rubius estaba en su cuarto acariciando el suave pelaje de Coringa. De pronto, noto que el anteriormente nombrado, se puso un poco tenso. El perro, se levanto de la cama y empezó a olfatear la habitación. Rubius empezó a ponerse nervioso. ¿Que cojones había provocado el repentino cambio en el canino? 

- Coringa, ¿Q-que pasa?- Pregunto Rubius. El canino, se detuvo en el armario y lo miro como si intentase derretir las puertas de madera de el mismo. -¿Hay algo ahí?- El perro seguía mirando el armario, listo para atacar a lo que fuera que hubiera ahí dentro. 

El castaño, se acerco lentamente al armario. Cuando lo abrió, vio lo peor.. vio.. que había sido trolleado. Dejo al canino fuera de la habitación. Se había enojado por la mala pasada que le hizo pasar ese hijo de puta. 

En la madrugada, algo se había colado por la ventana de Rubius, muy sigilosamente. Ese algo, lo miraba. Y no dejaba de hacerlo. De pronto, sintió una espada en su cuello. Una fría espada de diamante. Le habían puesto una mano en la frente tirándolo un poco hacia atrás y la espada en su cuello. Luego, el que estaba atrás suyo, rompió el corto silencio que se había formado en la habitación. 

-¿Quien cojones eres y que haces en mi habitación?- 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Nada que decir :>

Pense que seria un Omega mas en tu vida (Rubegetta <3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora