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                                                                              (Narrador omnisciente) 

El desconocido, se sobresalto al escuchar la voz del castaño detrás suyo. En un momento rápido, el desconocido, acorralo en una pared al pequeño omega. El omega, sonrojado, intento apartarlo. 

-¡Un furro gigante!- 

-No soy un furro. Soy un lobo- Respondió con acento francés. (No escribiré con G, porque seguro no se tomaran enserio las cosas si lo hago)

El de orejas de oso, miraba a los ojos al supuesto lobo. Sentía que esa mirada la había visto antes. Sentía que no era la primera vez que se encontraban.

-¿Como te llamas?- 

-Soy Lobo Nocturno. Un placer, hermoso- Dijo sonriente. Ante el apodo y su hermosa sonrisa, el menos se sonrojo levemente. 

Sus dientes eran perfectos. Blancos, perfectos y sobre todo.. simétricos. No pudo evitar soltar una pequeña risita al pensar que a su amigo, el loco de la simetría, le encantarían los dientes de aquel desconocido. 

El chaval, vestía un traje negro. Un antifaz que resaltaba sus ojos morados. La parte de arriba, marcaba su sensual e increíble cuerpo. Unos pantalones que seguramente, marcaban su trasero. Digo seguramente, ya que nuestro osito, no vio su trasero y unas botas que cubrían su pantalón hasta poco mas arriba de sus rodillas. El menor, paso un dedo por el hombro del de ropas oscuras y comprobó que su traje, era de muy buena calidad. O por lo menos, mejor que la del suyo y sus hermanos oscuros. 

-Oye.. ¿Nos hemos visto antes?- Pregunto. El lobo, parecía nervioso ante la pregunta. 

-No lo creo, Beau- ¿Beau? ¿De donde le sonaba? 

-Esos ojos.. me recuerdan a alguien- Dijo de pronto -Y ese apodo también me suena haberlo escuchado- Prosiguió

El lobo parecía nervioso. No sabia como actuar. Así que, lo que hizo, fue dejar de acorralarlo. Se acerco a la ventana abierta, se sentó en el borde y antes de saltar, miro al menor. Sonrió y dijo: "Hasta luego, Beau"  Y salto. El menor se asomo por la ventana, horrorizado por ver saltar al supuesto lobo desde un tercer piso. Pero cuando miro el suelo, no vio nada. Ni una macha de sangre o huella. Se acostó en su cómoda cama y quedo profundamente dormido. 

No soñó nada. Todo era negro. Oscuro y desolado. Ni una pizca de luz. No sabia si estaba soñando o solo era de esas veces que no sueñas absolutamente nada. Estaba preparado para luchar o algo. De pronto, en ese lugar completamente oscuro, vio una pequeña luz. Se acerco a ella poco a poco. La luz cada vez se hacia mas y mas grande. Y cuando llego.. Solo vio al furro gigante. Mirándolo. El de ropas oscuras, se acerco a Rubius y le susurro con voz seductora: "Se que eres de la hermandad.." 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------El siguiente capitulo, planeo que sea re picante. O eso espero lograr.

La verdad, me gusta como esta quedando la historia. Aunque intentare hacer los capítulos un poco mas largos. 


Bueno, descansen perras <3 


Pense que seria un Omega mas en tu vida (Rubegetta &lt;3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora