La pulga y el acróbata

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            Dustin relataba lo que había sucedido con Once y Troy la mañana anterior mientras Stephanie intentaba anudar su corbata.

-Hizo que se orinara en los pantalones.- Le contó emocionado, moviendo los brazos en el aire.- Deberías haberlo visto. ¡Fue increíble!-

-Me hubiera gustado estar con ustedes.- Dijo ella con una sonrisa.- Listo. Vámonos, Dust.-

                La mayor permaneció detrás de su hermano todo el tiempo, siendo ellos los únicos que no prestaban atención a lo que decía el sacerdote. Dustin señaló a una chica rubia que estaba en su clase.

-Solo esperen a decirle a Will que Jennifer Hayes lloró en su funeral.- Dijo con una sonrisa, recibiendo un "shh" por parte de Karen y un empujón de Stephanie, el cual devolvió sin dudarlo.

      Cuando los presentes se disiparon, Nancy, Jonathan y Stephanie se sentaron en una banca para observar un mapa de Hawkings.

-Aquí es donde estamos seguros que lo han visto, ¿Verdad?- Preguntó Jonathan, señalando un punto en el papel.

-Entonces ese es...- Nancy apuntó la marca rojiza arriba.

-La casa de Steve.- Asintió la otra chica.

-Y ese es el bosque donde encontraron la bicicleta de Will y esa es mi casa.-

-Está todo muy cerca.- Comentó Nancy.

-Exacto.-

-Están a una milla aproximadamente.- Añadió él.- Sea lo que sea esta cosa, no... no viaja muy lejos.-

-¿Y si... si tiene una especie de guarida? Para moverse sin que nadie lo vea.-

-No vimos nada en el bosque.- Le recordó Jonathan.

-Sí, pero quizás no buscamos lo suficiente o... es algo que aparece y desaparece.-

-Quieren ir ahí fuera.- Stephanie le sonrió a la otra chica y Jonathan suspiró rendido.

-Quizás no encontremos nada.-

-Ya encontré algo.- Apuntó Nancy.- Y si lo vemos... ¿Entonces que?-

-Lo matamos.

               Después de robar el revólver que su padre ocultaba en la guantera del auto, Jonathan y las chicas se separaron para que ambas pudieran ir a sus respectivos hogares y buscar armas para ellas.

     Mientras, él vació el tambor intentando derribar alguna de las latas que había ordenado a unos metros frente suyo.

-Se supone que deberías darle a las latas, ¿Verdad?- Preguntó Nancy mientras se acercaba a él con un bate de béisbol y un bolso en cada mano. Jonathan le sonrió sarcástico.

-No, de hecho, ¿Ves los espacios entre ellas? Ahí estoy apuntando.- Ella dejó sus cosas en el césped.- ¿Alguna vez usaste un arma?-

-¿No conoces a mis padres?-

-Si, no he disparado desde que tengo diez años... Mi padre me llevó de caza en mi cumpleaños, hizo que mate una liebre.-

-¿Una liebre?-

-Si, creo que pensó que me haría más hombre o algo parecido. Lloré por una semana.-

-Cielos...

-¿Qué? Me encanta Tambor.- Nancy rió por lo bajo.

-Me refería a tu padre.

-Si...

THE GUARDIAN || Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora