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Aquella primera madrugada sería un tanto complicada, pues ninguna de las tres Tortugas quería intercambiar sus horas de sueño por una guardia extra que creían innecesaria.

— ya les dije que yo no lo voy a hacer, ¡ya estuve horas a su cuidado! — expuso el más alto a su favor propio.

— eso no cuenta, tú fuiste quien quiso traerlo en primer lugar, además de que eres el único que puede saber lo que sea que le esté pasando mientras esté así. — le contradijo Raphael, a la vez que cruzaba sus brazos y optaba por una postura contraposta.

Leonardo, quien no tenía argumentos a favor ni en contra para decir siquiera por su persona, comenzó a buscar una alternativa para su pequeño problema. Si no lo hacía probablemente terminarían por ponerlo a él a vigilar y tampoco lo quería.

Tras un par de segundos alzó su índice apuntando hacia arriba en reflejo de su idea.

— Calma, calma chicos, ¿y si mejor solucionamos esto como caballeros? — sugirió.

— ¿te refieres a una partida de ajedrez? 

— ¿una batalla de combate físico en el dojo?

— pensaba mejor en un piedra, papel o tijera... — sonrió apenado recargando su mano tras su cabeza.

Donnie hizo un puchero y Rapha rodó sus ojos ante los gestos infantiles de ambos, pero de todas maneras accedieron formando un triángulo entre los tres llevando una mano en puño hacia atrás de sus caparazones.

— muy bien, a la cuenta de tres: 1, 2, ¡3! — Las tres mostraron sus manos imitando una forma del mismo nombre del juego, pero pronto la sonrisa confiada de Leonardo se esfumaría tras ver los resultados. — ¡¿qué?! ¡nooo!

Raphael, quien tenía formada una piedra retiró su mano y al ver que el genio también lo imitó estalló en una sonora carcajada burlándose de la expresión del rostro del mayor.

— ¡vencido en tu propio juego, já!

— de todas maneras hubiese ganado si jugábamos ajedrez. — agregó Donnie con una sonrisa socarrona.

— bien, ya entendí, yo perdí y me toca cuidar a Leo Jr. — terminó por aceptar rendido. Quién lo diría, esto lo hizo por sus hermanos y ahora los dos se le iban encima. A veces las cosas salen diferentes a como las imaginas.

— ¿de dónde sacaste eso de Leo Jr.? sabía que eras un egocéntrico pero no un narcisista. — Raphael había ya dejado de reírse para ahora caminar hasta frente al televisor y de un salto sentarse en la piedra de la alcantarilla.

 — no soy ninguna de las dos — Leonardo se defendió fingiendo estar herido, no había necesidad de decirlo siquiera. — lo llamo así porque no encuentro otra forma de hacerlo, sólo repetía lo que le preguntaba cuando despertó.

La conversación de los hermanos mayores siguió por unos minutos más. Donnie, que llevaba ya un rato sin prestar atención al otro par, miraba su t-phone bastante entretenido, tocando la pantalla con sus pulgares insistentemente y sin apartar la mirada.

— ... por eso mismo digo que debería quedarse contigo en un ambiente que tú ya conozcas, así lo tendrías todo controlado si pasara algo y que va a pasar. — sin encontrar fallas en su lógica, Rapha habló con seguridad.

— nada de tus locas ideas acontecerá ni ahora ni nunca ¡estamos hablando de otro mutante, no de un alienígena! Por eso cada quien tiene su propio espacio.

— ¿y dónde pretendes que se va a quedar entonces?

— en el laboratorio. — afirmó el líder.

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⏰ Última actualización: May 24, 2020 ⏰

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