Garras escarlata

capitulo 12 "luna de sangre"

La fatídica noche había llegado, aquella que tanto temían los hermanos Kou, la luna de sangre aparecería y ahora que Endimion tenia a Serena en sus manos realizaría el ritual con el cual traería a este mundo a la reina de los demonios y así gobernaria a su lado.
Taiki corría a toda velocidad llevando a Rei sobre su espalda la cual guiaba su camino hasta el lugar del sacrificio, la luna estaba por llegar al punto mas alto del cielo y cuando eso pasara seria demasiado tarde.
Mientras tanto en aquel lugar en una gran mesa de piedra se encontraba serena recostada, se encontraba en un profundo sueño, tras ella Endimion comenzaba a pronunciar el hechizo para despertar a la reina.

Endimion: fuerzas del mal yo las invocó, seres de la mas profunda oscuridad del infierno, escuchen mi llamado, yo el poderoso Endimion les ordeno vengan a mi y bridenme su poder para despertar a su ama y señora, poderosa reina de los demonios despierta de tu sueño eterno, abre tus ojos en esta nueva era y toma el cuerpo de esta mujer la cual ofrezco como sacrificio para ti.

Seiya: cierra la boca maldito y devuelveme  a Serena.

Endimion: valla así que el pequeño cachorro pudo llegar hasta aquí, pero es demasiado tarde vez allá arriba los seres de l oscuridad han escuchado mi llamado.

Sobre sus cabezas una gran nube oscura se formaba, en su interior podían escucharse cientos de lamentos y gritos aterradores que hacían estremecer al más valiente, de su interinos salio un rayo que callo con fuerza sobre Serena haciéndola gritar de dolor.
Seiya intento correr hacia ella, pero Endimion lo sostuvo por el cuello evitando que diera un paso, mientras el cuerpo de su amada se elevaba en el aire, su cabello se torno en un color rojo como la sangre y su piel palideció, abrió sus ojos lentamente y soltó una fuerte carcajada, que resonaba en cada rincón de aquel bosque.

Serena: jajajaja al fin e vuelto, yo soy Beryl reina de los demonios y al fin este mundo sera  mio.

Yaten: no puede ser hemos llegado tarde.

Taiki: maldición ahora nada, ni nadie podrá detener a ese maldito.