»Vacaciones y Navidad con los Longbottom pt. 2«

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—Lo siento.. no es nada. Te ves extraño en la nieve.

—¿Extraño? ¿De qué hablas? -preguntó paranoico, intentando ver su reflejo en el cristal de la ventana.

Comencé a reír, y gracias a ello Longbottom me vio con un gesto confundido, para luego preguntarme:

—¿Es algo en mi cara?

Mis manos se helaron tocando el suelo. Entonces le arrojé a mi amigo una bola de nieve enorme.

—¿Qué..? -me dijo luego de sonreír.

—¡Es un juego!

—¡Espérame entonces! -exclamó y formó con sus manos cubiertas por guantes otra bola de nieve para tirármela.

Acto seguido comencé a correr, y como si fuera un niño pequeño él me siguió por detrás fascinado. Llegué a lo primero que vi: un pequeño jardín, y allí me escondí tras una pared.

Los momentos siguientes fueron muy divertidos y hermosos para recordar. Neville cada vez que me veía me lanzaba más nieve, y yo cuando él siquiera me notaba lo golpeaba en la cabeza con un poco de ella, dejando su cabello algo blanco. Reíamos, corríamos, saltábamos, nos escondíamos, todo ello helándonos por completo; pero resultaba tan bonito el momento que no le dábamos la más mínima importancia a ello.

Por el cansancio terminamos sentados en una banca del lugar, suspirando y riendo todavía.

—Me duele el estómago.. -exclamó Nev muy extrañado.

—Debe ser por reír tanto, sabía que te encantaría.

—Así fue.. -confirmó; y me vio con una sonrisa, provocando como múltiples veces que yo tuviera que sonreír también. Esos segundos tan cortos en los que Neville me hacía sentir con total felicidad siempre me habían encantado, por más que nunca los hubiera entendido.

Desvié la mirada y me arrodillé en el suelo.

—¿Qué haces? -preguntó mi amigo con curiosidad.

Yo me limité a seguir acercándome al suelo, para recostarme boca abajo y ya allí comenzar a escribir en la nieve. Estaba por la mitad de mi nombre, y entonces Nev se recostó junto a mí e hizo lo mismo pero formando el suyo.

Acabé, y él igual. Después, se me ocurrió algo, y acerqué mi dedo una vez más a la nieve. Ahora estaba completo: "Neville y Josephine". Sonreí otra vez, y sentí lo frías que estaban mis manos.

—Creo que debería haber traído un par de guantes..

—¿Quieres los míos?

—No, estoy bien..

—¿Segura? -se preocupó Neville, y me vio como si le inspirara esperanzas.

—Sí Nev, estoy bien. Es que mis manos estuvieron en contacto con la nieve, pero se me pasará.. -expliqué, y las comencé a frotar con mi abrigo.

Durante esos tres o cuatro segundos, Longbottom había tomado mis dos manos y las había abrigado con las suyas. Me pareció muy dulce de su parte, y no pude evitar sorprenderme. Él estaba decidido a hacerme sentir de esa forma, mientras me veía a los ojos y acariciaba mis manos como si fueran a romperse; simplemente lo lograba.

El extraño sentimiento que antes no identificaba, y seguía sin hacerlo me hacía tener esas locas ideas. Sin embargo, en ese momento no se me vino nada a la mente, ya que estaba demasiado ocupada perdiéndome en sus pupilas.

Fue un escalofrío el cual me sacó de eso, junto a las palabras de Nev.

—La abuela va a matarme por esto..

•|Ollivander y Longbottom|• {Libro 3}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora