Capítulo 1.

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-Bueno Justin para terminar con tus clases, podemos hacer un ejercicio de practica para tu próxima evaluación – explico Max Gwen, profesor privado, a su alumno.

-Eso estaría muy bien señor Gwen.

-Aquí lo tienes- dijo el hombre entregándole el ejercicio al muchacho, quien en un minuto había acabado- siempre me sorprendes Justin.

-Gracias señor.

-Y como siempre está todo muy bien, te felicito- dijo el profesor levantándose- es todo por hoy me despido.

-permítame acompa…

-¡Justin Bieber! –Grito reprendiéndole su madre- te he dicho millones de veces lo peligrosa que es tu cortesía.

-Lo siento madre.

-¡Mama Jan! –Llamo a la nana levantando una vez más la voz.

-¿Si señora? –Atendió enseguida la mujer de unos 50 años.

-Acompañe al señor Gwen a la puerta.

-Como usted diga.

-Justin –le miro su madre una vez que la nana y el profesor se habían retirado- ¿acaso no te he advertido ya lo peligroso que es salir afuera?

-No iba a salir madre, solo lo acompañaba a la puerta, lo siento –se disculpó una vez más el joven- de todas formas no me iba acercar a la puerta.

-Es casi lo mismo, pero está bien –le beso la frente al objeto de su adoración- ya es tarde, deberías ir ya a la cama.

-Eso haré –dijo el devolviéndole el gesto a su madre- dale las buenas noches a papá cuando vuelva de su reunión.

-Por su puesto tesoro- se despidió de el para caminar hacia la sala.

-¿Acercarse a la puerta? ¿En serio?

-Sabes que solo quiero protegerlo, si se acerca a la puerta y ve la luz querrá salir.

-Que horror –dijo la nana fingiendo terror- querrá salir a la calle como una persona normal.

-Ya déjame tranquila, además es mi hijo y yo lo criaré como quiera –miro despectivamente a la nana- y no necesito que la nana venga a decirme como hacerlo…

-¡Patricia! –Levanto la voz Jeremy Bieber llamando la atención de ambas mujeres- ¿no pueden dejar de discutir? ¿Es muy necesario?-

-Esta mujer no deja de meterse donde no la llaman.

-Patricia ya basta –le advirtió el hombre ya cansado de las constantes discusiones- Mama Jan, puedes ir a tu habitación a descansar.

-Buenas noches señor- sin más nada que decir se giró y caminó rumbo a las escaleras.

-Es una maleducada –expreso ofendida Patricia- ni las buenas noches me dió.

-Y le doy la razón.

-¡Jeremy!

-Si una persona, cualquiera se acerca a mí prácticamente todos los días con ánimos de discutir, yo también lo hago.

-La mujer esta empeñada en decirme como criar a mi hijo.

-Nuestro hijo –recalcó- y también tiene razón en eso.

-¡Jeremy!

-¡No! Nada de Jeremy, hasta los presos tienen más libertad que Justin.

-Solo quiero protegerlo –se cruzo de brazos disgustada.

-¿De que? ¿De conocer a una mujer, casarse y tener hijos? ¡Wow! Tienes razón es horrible.

-Ponte de su lado si quieres.

-Que mujer más obstinada –exclamo mientras subía las escaleras tras ella- estoy del lado, del que tiene la razón.

-¿Y yo nunca la tengo? –Se detuvo para mirarlo- y no te molestes en subir puedes dormir en el cuarto de huéspedes ésta noche –retomó su caminar con paso orgulloso.

-Algún día se va a ir de aquí y tu no vas a poder evitarlo.

-Sobre mi cadáver compartiré el amor de mi hijo con otra mujer, nadie lo va amar tanto como yo.

-Eres su madre, es lógico.

-Ya basta te digo ahora yo a ti, esta discusión de acabó –cerró la puerta de su habitación sin darle tiempo al fastidiado y algo enojado hombre a responder.

Pequeño Inocente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora