Capítulo 11.

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-No quise decirlo como una ofensa –se apresuró a aclararle ella- solo lo decía porque se supone que son los hombres los que mas le ven el doble sentido a las cosas.

-Pues yo no.

-Ya veo, y créeme eso es muy bueno en muchos sentidos.

-Entonces gracias.

-¿No sales a menudo no es cierto?

-Nunca he salido –ella comenzó a reír sin parar, pero poco a poco su risa se fue apagando.

-¿Lo dices en serio?

-Sí, ¿porque mentiría?

-¿Nunca has salido de esta casa?

-No –volvió a negar el chico.

-Y ¿porque no?

-Nunca me dijeron con exactitud por qué, pero mi madre siempre me dice que es por mi seguridad, acaso ¿no te asusta lo que hay allá afuera?

-En la vida no todo es bueno, hay cosas malas y cosas buenas, y ya tienes ¿cuantos? ¿19, 20?

-20 Años.

-¡20 años! Tienes 20 años y ¿nunca has salido de aquí?

-No, por eso fue mi reacción en cuanto te vi, por cierto, siento eso no estoy acostumbrado.

-Espera, espera –lo detuvo- nunca has salido, y aparte de tú madre y tú nana ¿no has visto a ninguna otra mujer?

-No.

-y todo esto es porque tu madre no te deja –concluyó ella.

-Se podría decir...

-Ella ¿quiere protegerte, o volverte gay?

-No eso nunca –se defendió el, de pronto ella lo miro con ternura y rió dulcemente para tormento del chico.

-Siento que estoy hablando con un niño de 12 años, sin ofender -detuvo ella su queja- eso es muy dulce, nunca había conocido a ningún hombre así, de tierno e inocente… inocente –pensó ella- ese no es un término que se use para describir a un hombre.

-Supongo que soy la excepción de todo lo común.

-Eres un diamante Justin, eso es lo que eres, un diamante cuya madre a sabido guardar muy bien…

-Ya esta lista tu habitación linda –interrumpió la nana.

-Gracias, bueno Justin fue un placer conocerte, gracias Mamá Jan –se despidió- los veo a todos mañana –antes de irse, la chica se atrevió a besar la mejilla del chico, haciendo que enrojeciera al instante.

-Yo tu dormiría con un ojo abierto –le dijo la nana mientras disimuladamente le guiñaba el ojo al muchacho.

-Tendré eso en mente –rió la joven, la nana la detuvo.

-Lo digo enserio, Patricia está muy enojada.

-Usted acaso cree…

-De ella todo, cuando se trata de su hijo no hay nada que la detenga.

Pequeño Inocente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora