Capítulo 12.

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-Pero, ¿por qué su madre lo protege tanto? –preguntó la chica a la nana una vez que ambas habían entrado al cuarto de invitados.

-Porque ella simplemente no soporta la idea de que otra persona que no sea ella tenga el amor de su hijo.

-¿Está bromeando cierto?

-Ni un poco, veras todo comenzó cuando Justin tenía 4 años, Patricia siempre había sido una madre normal, común y corriente, que salía al parque a pasear con su bebé, un día en el parque Justin quiso un helado, y Patricia como toda madre consentidora no pudo negárselo, dejó el coche con el bebé a su lado para girar su mirada al heladero, al tener ya su pedido en mano, se giro de vuelta a su hijo el cual para su sorpresa y preocupación no estaba.

-¿Lo habían secuestrado? –dijo entre horrorizada y preocupada la chica.

-Nada de eso, él solito se había salido, Patricia se desespero y comenzó a buscarlo, pasado aproximadamente 5 minutos llamó a su esposo, Jeremy, quien inmediatamente acudió a su encuentro igual de preocupado, lo buscaron por 10 minutos mas y no aparecía, justo cuando iban a llamar a la policía, una señora de no más de 28 años llego con dos niños de la mano, su hija y una preciosa criatura con dos adorables moños y con Justin, luego la misma escena se repitió tres veces más; un día estábamos Patricia y yo en la cocina, mientras Justin veía televisión, al ir a buscarlo nos dimos cuenta de que no estaba.

-¿Había escapado? ¿Con 4 años?

-Sí, así fue, Justin había escapado por la puerta trasera, no una, si no seis veces más en esa semana, Patricia como cualquier madre preocupada mando a quitar definitivamente la puerta trasera, y a poner el muro que hoy en día puedes ver desde afuera.

-Y no hubieron mas salidas sin permiso –concluyo ella.

-No tan rápido linda, aún no termino, Justin al verse encerrado y sin ninguna salida al exterior que no fuera la puerta principal, comenzó a llorar, durante toda una semana, día y noche, y siempre entre sollozos repetía una y otra vez “trenzas, trenzas”, mientras pasaba esa semana Patricia se sentía preocupada por su hijo, e intentaba calmarlo, pero este a pesar de tener tan corta edad parecía odiar a su madre, cada vez que ella intentaba acercarse el lloraba y gritaba aún más.

-Y ¿no trataron de hacer algo?

-Por supuesto, yo cansada de tantos lloriqueos hablé con Patricia para decirle que sacáramos a pasear otra vez a Justin, ella un poco temerosa aceptó, y así salimos aquella tarde, la sonrisa de Justin no cavía en su pequeña boquita, iba de la mano conmigo, ya que a pesar de su sonrisa no quería que su madre lo tocara, y como las veces anteriores Justin escapó otra vez, Patricia me hecho toda la culpa, yo me preocupé unos minutos.

-¿Unos minutos? –Preguntó confusa la joven.

-Así es, solo unos minutos, porque enseguida supe en donde lo íbamos a encontrar, corrí con Patricia de la mano y la lleve a donde sabía que estaba.

-Con la pequeña y su mamá –terminó la joven por ella.

-Así fue, ese día antes de irnos, Justin le había obsequiado a la pequeña un dibujo muy bonito de ellos dos de la mano –la muchacha sonrió con ternura- fue lo más tierno que había visto, pero para Patricia no fue así, días después trato de llamar otra vez la atención de su hijo, pero este parecía solo tener ojos para su pequeña amiguita, cosa que desarrolló unos celos horribles en ella, y así fue como todo esto del encierro comenzó; pero Patricia nos hizo jurar que nunca se lo diríamos ni a Justin, ni a nadie, así que tu de mí, no has sabido nada.

-Nada en absoluto –dijo la chica cerrando un cierre imaginario en su boca aún sorprendida.

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2015 ⏰

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