Habían pasado horas después del fallecimiento, Francesco no fue porqué lamentable los amigos de mi suegro eran conservadores, al enterarse de que Francesco era bisexual y mi novio, no lo querían.
El estaba en el sofa, algo perdido, pensativo, me sentía mal por el, así que, me senté a su lado.
- Oye, amor... - hablé intentando animarlo.
- ¿Qué pasa, amor? - tenía la idea de ir a presentarle a mi familia.
- Yo nunca tuve y tendré la oportunidad de convivir con tu familia, pero... Yo sí quieres... Podemos... Convivir con la mía - dije con una sonrisa.
- Uhm... Si, por su puesto... Pero... ¿Saben de lo nuestro? - dijo algo incómodo rascándose la nuca.
- No, pero, ellos me aceptaron como homosexual y te aceptarán, por favor... ¿Si? - hize unos ojos de cachorro triste.
Francesco me miro, dio una sonrisa y me plantó un beso en los labios.
- Siempre me convences, dragoncito hermoso... Pues, hay que ir... Pero, ¿Cuando y a que hora? - dijo mirando el reloj que estaba en mi pared.
- Son las... Ocho de la mañana... Ellos viven a una hora de aquí, podemos ir ahora si gustas - sonreí.
- Ok, vamonos, amor - me dió la mano y yo la acepté.
Tomo las llaves del auto, cerré la puerta y nos fuimos hacia las zonas más rurales del país.
Al llegar a un pequeño pueblo rural, yo le diriji a mi casa donde crecí, mientras miraba por la ventana, varios de los vecinos se sorprendieron al verme, era obvio, me fui cuando tenía 18 años.
Al llegar a esa cabaña, podía oler el guisado que hacía mi madre, a mis hermanitos jugando y a mi papá viendo la tele. Suspire, baje del auto y mi novio estaba más que temblando. Toque la puerta, una voz femenina grito "¡Voy!" Al abrir la puerta, una dragona con colores idénticos a los míos.
De una expresión tranquila pasó de un parpadeó a una con ojos cristalinos, boca abierta que poco a poco se cubría, mi padre, un dragón fornido y parecido a mi pero con lentes, preguntó que le pasaba, y al verme simplemente sonrió sorprendido.
- Eres tu... - mi madre levantaba sus brazos poco a poco, mi padre comenzó a carcajear para proceder a abrazarme.
- ¡Emmanuel! ¡Hijo mío! - ambos me abrazaron fuertemente, mi madre me lleno de besos en el cachete, de pronto, mi hermanito, y mi primo y mi hermana mayor se asomaron.
- A ver, lo que oímos... ¡Emmanuel! - grito mi hermana para unirse. Una dragona parecida a mi madre.
- ¡Tío! ¡Tío! - unos pequeños dragones gritaban al mismo tiempo para infiltrarse por debajo de las piernas de los mayores y abrazar las mías.
Todos se separaron y vieron a mi novio, quien esté estaba con una cara que gritaba que la tierra lo tragara.
- ¿Y quién es el hijo? - señaló mi padre.
- ¿Es soltero? - dijo coqueta mi hermana.
- Mariana... Eres casada - dijo riendo.
- Ji, ji, ji, lo siento... Pero ya en serio ¿Eres el chófer de mi hermano? ¿O algo por el estilo? -.
- Yo soy su novio... - dijo incómodo a lo que yo asentí, mi padre me dio un abrazo.
- Que bueno al fin tener un yerno... Cuídalo mucho, campeón...
- Ay hermano, si que tienes pegue desde muy pequeño, pero hasta ahora tienes un novio al fin.
- ¿Emmanuel es gay? - mi hermanito halo la camisa de mi papá
- ¿Que es "gay"? - pregunto mi primo a su papá.
- Si papi y mami son felices ¡Entonces seré gay! - grito emocionado mi hermanito.
- ¡Yo también! - exclamó mi primito.
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Jefecito - [Furry yaoi]
FanfictionEmanuel es un Dragón alto, un cuerpo envidiable, un aspecto que hasta el mismo diablo le tendría miedo, escamas oscuras con una mancha roja que cubre parte de su pecho hasta el vientre y parte trasera, espalda, y un poco de su mentón, tiene unos cue...