Dos días después, las actividades que tenía con mi querido jefecito fueron a mayores, me mandaba a contestar llamadas, firmar papeles e incluso a asistir a una junta donde el faltó y yo tuve que estar ahí como suplente. Me estoy haciendo casa vez más rico, pero tengo planeado donar un par de mi dinero a un hospital o algo así.
Últimamente mi comunicación con el jefe ha sido muy cercana, pero, he notado algo, se me quedé mirando fijamente y con una sonrisa, hubo una vez que lo descubrí que me miraba el trasero cuando se me cayó una pluma... Qué pervertido, pero... No sé... ¿Me gustó? Agh... Estoy algo confundió.
- Emanuel... - dijo el jefe caminando hacia a mi.
- ¿Si, jefe?
- Hoy por la mañana me informaron que mi jefe, nos invitó a mi y a otros jefes de edificios de diferentes estados del país, y me dieron permiso de invitar a alguien y ese alguien quiero que seas tú...
No pude evitar sonrojarme un poco y emocionarme.
- Será un placer, señor... Pero, ¿Por qué a mi? Y no a un miembro de su familia, tal vez su esposa... O algo así.
- Eh... Creo que no te conté. Vivo con mis familiares y soy el único de cuatro hermanos que no se ha casado... Prácticamente, aún vivo con mis papás - mi jefe se rascó la nuca y me sonrió.
- ¡Oh! Entonces, estoy de acuerdo.
- Muy bien, cuando se acabe nuestra jornada y todos se vallan yo te voy a llevar a tu casa para que... - lo interrumpí.
- Espere... ¿A mi casa? - imaginé el jefe viéndome raro, ya que, casi todo es rosa y blanco y muy femenino...
- Si, para que puedes cambiarte de ropa, se que también te castra llevar ese traje ajustado...
- ¿A... Ajustado...? ¡Ah! Si claro... Aveces no puedo respirar.
- Si, te llevaré para que te cambies y te pongas algo más cómodo pero formal.
- O... Ok jefe.
Las horas pasaron volando, no podía pensar en otra cosa más que la cena con mi jefecito... Estaba algo nervioso al saber que dirá de mi, ¿Cómo me verá? Estoy algo asustado...
- Emanuel... Emanuel... ¡Emanuel! - me decía el jefe mientras chasquea sus dedos en mi cara.
- ¡Ah...! ¿Si jefecito...? - me di cuenta de lo que dije - ¡Digo! ¿Jefe?
- ¿Con qué jefecito...? - mi jefe hizo un gesto de confusión - ¿Sabes...? Me gusta, llámame así si gustas - dijo dándome una sonrisa, que hizo que me sonrojara.
- Está... Está bien... - dije sonriendo.
El tigre blanco me mandó a un encargo como cada día desde que llegué aquí, el tiempo se fue volando prácticamente para mí, me di cuenta cuando todos guardaban sus cosas y otros se iban hablando con sus amigos. Mi jefe me tocó el hombro, me dio risa porque era más pequeño que yo, por unos sentimientos, pero, parecía un niño tomado de la mano de su padre.
- Ya es hora Emanuel, podemos irnos, el conserje cerrará.
- ¿Tan rápido paso el día? - dije caminando junto al jefe hacia el estacionamiento.
Algunas fursonas se iban, otras se quedaban en la acera para esperar el autobús. Mi jefe y yo entramos al estacionamiento, tomó sus llaves y percionó un botón de un llavero suyo y el auto hizo un pitido, el camino, abrió la puerta del copiloto y me hizo una seña indicándome que podía entrar.
- Ay, jefe... - dije mientras caminaba, entre y tuve que flexionar las piernas y agachar la cabeza, apesar de que era un lugar y situación incomoda, no quería quejarme, el tigre se subió y me pidió que me indicará la dirección de mi casa.
Al llegar, me dijo que me esperaría.
- ¿No quiere... Una taza de café mientras me espera?
(¡Seré idiota!) Me dije a mi mismo cuando me di cuenta de que lo invite a mi casa cuando y no quería.
- Muy bien, de echo tenía sed.
Sonreí incómodo, y ambos salimos de su auto. Entro en mi casa y se llevó una grata sorpresa al notar que todo era muy femenino.
- Emanuel...
- Eh... ¿Si...? - pregunté incómodo.
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Jefecito - [Furry yaoi]
FanfictionEmanuel es un Dragón alto, un cuerpo envidiable, un aspecto que hasta el mismo diablo le tendría miedo, escamas oscuras con una mancha roja que cubre parte de su pecho hasta el vientre y parte trasera, espalda, y un poco de su mentón, tiene unos cue...