Jefecito - [Furry yaoi]

"El tiempo pasa..."

Ese día volvimos a casa sanos y salvos, me agrado ver a mi familia de nuevo. Francesco se ve feliz, muy feliz conmigo, eso me alegra demasíado.

2 meses después.

Mi hermoso tigre y yo hemos estado luchando y trabajando por la compañía, remodelando mi casa, darle una buena pintada y muebles nuevos.

4 meses después.

Últimamente he notado algo... Dos de los empleados ha estado faltando mucho, y las pocas veces que viene, se me queda observando con odio, al igual que su amigo mapache, pero, el me mira con vergüenza.

6 meses después.

Alguien le mando un mensaje a mi tigre coqueteando con el. Fue muy lindo porque el me mostraba todas las conversaciones y me dejó checar su teléfono, es totalmente fiel. También le dí el mío sin miedo y tampoco encontró nada, ambos somos una pareja feliz y sin secretos. Me preguntó ¿Quién habrá enviado ese mensaje? ¿Y por qué?

8 meses después.

La tierra reclamo parte de la ciudad, un gran terremoto azotó a la ciudad. Mi tigre y yo donamos para poder dar una buena despensa a cada uno de los afectados, la mayoría eran trabajadores de la empresa del tigre, por lo cual, Francesco tenía cada vez más reputación. Mala suerte que el terremoto fue el día de mi cumpleaños número 29.

10 meses después.

Mi tigre estaba apunto de cumplir años, solo faltaba un día para que ni tigre cumplirse 31 años, también se acerca nuestro primer años juntos.

10 meses y un día después.

– ¡Feliz cumpleaños Francesco! – dije dándole un pequeño beso en la mejilla en frente de su pastel, estábamos en un restaurante al aire libre privado.

– Gracias, amor, no debiste molestarte.

– Claro que sí, es el cumpleaños de mi hermoso novio ¿Cómo no le voy a hacer algo? – el río tiernamente, y me miro con ojos de enamorado.

– Aún recuerdo la primera vez que te vi... Sigues igual de guapo... Hay veces que siento que estoy soñando.

– Awww... Pues... N... No es un sueño... – comenzaba a sentirme cansado. Muy cansado y con sueño.

– S... Soy yo... O... O... – Francesco cayó en el pastel dormido completamente.

– Q... Que... Sueño... – dije para hacer la misma acción.

El dragón y el mapache abrieron la puerta de enfrente con unos trajes elegantes.

– Dulces sueños a la pareja... ¡Randal! Ahora... – señaló nuestros cuerpos durmiendo para envolverlos en una bolsa y llevarnos a una camioneta.