Capítulo 3. ¿Por qué se siente diferente?

109 9 1
                                    

Sentados en Ichiraku, Naruto veía de reojo a su amiga. Ella había dicho que sí. Y no le hizo ninguna advertencia de que esto no era una cita. ¿Acaso había sido golpeado durante la pelea y esto era un sueño? No sabía que había sido pero lo que haya hecho que sucediera, él estaba agradecido. Entonces se encontró mirándola directamente y Sakura se dio cuenta. Con un gesto de extrañeza y una sonrisa, ella le devolvió la mirada.

"Es como si..." pensó el rubio sonriendo más ampliamente.

"Es como si..." pensó la pelirrosa con un ligero rubor en las mejillas.

- Aquí tienen chicos, dos especiales de parte de la casa. Por el regreso de mi cliente favorito.

El hombre sonrió y puso los platos frente a ellos. Sakura agradeció gentilmente y tomó los palillos pero Naruto maldijo en su mente por haber perdido ese momento.

- ¡Gracias viejo Teuchi! ¡Esto era de las cosas que más extrañaba durante mi viaje, dattebayo!

La pelirrosa sonrió. Ahí estaba, había vuelto y seguía siendo él mismo.

- ¡Itadakimasu! – los dos chicos hablaron al mismo tiempo y se sonrieron.

Mientras comían, el rubio le contaba sobre algunas aventuras durante su viaje y Sakura fascinada hacía algunas preguntas que si bien, su amigo respondía feliz, no captaba la verdadera curiosidad de la pelirrosa.

- ¿Y sólo eran Jiraya-sama y tú? ¿Conociste a alguien más en tu viaje? ¿Cómo era la aldea de la miel? ¿En serio no conociste a nadie más?

El viejo Teuchi sonreía, aunque su cliente favorito no parecía darse cuenta, él podía ver un destello distinto en la pelirrosa al querer saber de él durante su ausencia. Y eso le daba mucho gusto, pues él había sido testigo del amor de Naruto por ella. Y esperaba al fin pudiera ser correspondido.

- Sí, sólo Ero-sennin y yo. Claro que conocimos a muchas personas, por ejemplo a ese ninja cartero, ¡en serio eso fue muy divertido dattebayo! Y la aldea de la miel, ¡creí que moriría por picaduras de abeja! – el rubio reía y hacía gestos exagerados con sus manos pero se detuvo de repente y un poco avergonzado se rascó la nuca. – Yo te había comprado unos dulces, porque sé que adoras los dulces pero... No sabía cuánto tiempo tardaríamos en volver y terminaron por quedar incomibles. Lo siento Sakura-chan.

Para ella eso fue un gesto muy tierno. Y no pudo evitar imaginarse al rubio cargando con el paquete de dulces esperando poder dárselos a ella. Ella le dio una gran sonrisa y luego meneó la cabeza negando.

- Está bien Naruto, no tienes que preocuparte. Son sólo dulces y tenerte de vuelta es mucho mejor. – justo cuando terminó la frase se dio cuenta de lo que había dicho y se sonrojo sin poder evitarlo, así que desvió la mirada y empezó a hablar rápido tratando de cambiar la conversación. – Entonces... está delicioso esto ¿no? Yo he venido un par de veces con Ino y...

Naruto sonrió. Ya no la escuchaba. ¿Ella había dicho lo que él creía? Su corazón estalló en emoción. Y entonces decidió arriesgarse un poco más pero...

- ¿Naruto? ¿Eres tú?

- ¿Uzumaki?

- ¡Naruto!

Su sonrisa se desvaneció y de nuevo maldijo en su cabeza. Sakura se cubrió la boca con su mano e invitó a Rock Lee, Neji y Tenten a sentarse con ellos. El mal humor de Naruto duró poco pues al ver a sus amigos felices por su regreso no pudo permanecer molesto. Verlos era grato, y aunque en su idea no se veía tan diferentes que antes, ellos no dejaban de decir lo cambiado que él era ahora. La pelirrosa sonreía disfrutando de las ocurrencias de sus amigos respecto a Naruto y por dentro se sentía un poco aliviada por su llegada. "¡SHANNARO ESO ESTUVO CERCA!"

Lo que me haces sentirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora