Salgo de la casa de Raúl.
Por desgracia está lloviendo.
Me subo al taxi que pedí hace 10 minutos y le doy la dirección de la casa de Mateo.
Lo único que necesito ahora es estar con él.
Llego después de 15 minutos.
Le pago al taxista y me bajo.
Me quedo bajo la lluvia mirando la puerta.
¿Qué le voy a decir?
¿Que podemos estar juntos pero tengo que entregarme a otros hombres para hacerlo?
Las lagrimas no tardan en salir.
Estoy desesperada y no sé qué hacer.
La lluvia moja todo mi cuerpo y me hace frío.
Pero no tengo el valor para tocar esa puerta y dar la cara.
Veo una sombra por la ventana y segundos después las puerta se abre.
—¡Agustina!—exclama Mateo y sale de ahí.—¿¡Qué haces en la lluvia!? Amor...—se acerca y sostiene mi rostro para mirarme a la cara.—¿Donde estabas? ¿¡Qué te hicieron!?—exclama desesperado y me abraza.
Yo no paro de llorar.
Lo abrazo y entierro mi rostro en su cuello.
—Tranquila... vas a estar bien...—susurra.—No llores...—escucho que su voz se quiebra un poco.—Por favor no llores más...
Me seco las lágrimas y lo miro.
—Te amo mucho...—susurro y le doy un beso en los labios.
—Yo también te amo mi amor... un montón.—me suelta y seguido de eso agarra mi mano.—Vamos adentro que te vas a enfermar así...
Entramos a la casa y me saco el buzo mojado, al igual que él.
Mateo agarra los dos buzos y los lleva al lavadero.
Yo me quedo parada en la puerta cruzando mis brazos porque me hace frío.
No sé qué hacer... no sé qué decirle a Mateo. No sé ni para qué vine.
—Amor...—aparece Mateo de nuevo y se acerca, agarra mi cara con sus manos y me mira a los ojos.—Decime que ese tipo no te tocó ni te hizo nada, por favor...
Niego con la cabeza y bajo la mirada.
—No me tocó...—susurro y siento un suspiro de alivio de su parte.
—Bueno... entonces vamos a ponernos ropa seca y después hablamos sobre esto...—levanta mi mirada apoyando su dedo pulgar en mi mentón.—¿Si?
Yo aprieto los labios y asiento.
Él acerca su carita y me da un beso en los labios.
—Tranquilízate amor... te juro que todo esto se va a solucionar.
Rodea mi cuello con su brazo y caminamos hasta su habitación.
Veo que él se saca la remera y el pantalón mojados y empieza a sacar ropa seca del ropero y la tira en la cama.
Me mira y se da cuenta que yo no me saqué nada. Él resopla.
—Si queres me voy para que te cambies...
—No.—digo y me acerco.—Es que no puedo dejar de mirarte...
Humedezco mis labios inconscientemente.
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rain » trueno
FanfictionEs que todavía no me creo nada, antes mi vida no valía nada. Ahora sigo no me importa nada, o gano todo o me voy sin nada. Baby yo quise quererte, muero por volver a verte. Se que las cosas terminan y que nada de esto dura para siempre. Perdón si me...