❛❛APOCALYPSE❜❜ [tua]¹

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.: WILL YOU LOVE ME LIKE YOU LOVED ME :.

I'll never ask for more

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13 YEARS AGO

Lyra podía escuchar a sus hermanos gritando, llamaban su nombre y el de Ben.

También escuchó un aullido de dolor, del terrorista que ahora tenía uno de los cuchillos de Diego en el cuello.

Los escuchó gritar y llorar, pero se escuchaba diferente, como si estuviera bajo el agua. O bajo una tonelada de nieve blanca.

Pasó un momento, tal vez solo unos segundos, para que ella pudiera volver a moverse, en piloto automático y con torpeza. Salió por la abertura en la pared, se tropezó con los escombros y los muebles rotos, y estuvo a punto de caer sobre los restos de un escritorio. Finalmente, resbalandose con la nieve, logró bajar hacia el jardín de la alcaldía.

Ya había estado ahí una vez, dos años atrás. Fue en primavera y las rosas rojas de veían preciosas entre los arbustos. Ese día sin embargo, el cielo estaba nublado, y todo el pasto cubierto de nieve. Todo era blanco y, en el centro, como una mancha oscura por su uniforme manchado de sangre, estaba Ben.

Lyra sintió que la nieve le humedecía los zapatos a medida que se acercaba. Pensó en llamar su nombre, pero la aterró no obtener respuesta, entonces dejó que su aliento saliera de sus labios como un suspiro, algo muy cercano a un sollozo. Sus ojos se llenaron de lágrimas y temió congelarse también.

El cuerpo de Ben, a través de la sudadera negra de su uniforme, estaba frío. La sangre en su vientre no estaba tibia, a pesar de que todo había sucedido menos de dos minutos atrás.

Lyra lo sacudió un poco, la sangre se filtró en la nieve y ella chilló. Ben, su hermano, aún tenía esa expresión como de horror.

Luego, llegaron sus hermanos, todavía gritando.

Diego la apartó bruscamente, mientras él y Luther trataban en vano de ayudar a Ben. Allison, que también lloraba, abrazaba a Klaus para evitar que viera a Ben así.

Luther subió la sudadera de Ben, dejando a la vista la abertura en su abdomen; por dónde no salían los tentáculos ni ninguna otra de las criaturas, solo la sangre y lo que parecían ser sus intestinos. La caída no había sido desde un lugar muy alto, y el golpe se suavizó a causa de la nieve, de modo que eso no lo había matado.

–¿Qué pasó? –chilló Klaus.

Luther miró a Lyra, que estaba a solo un par de metros del cuerpo de Ben, seguía llorando y meciendose en la nieve, con las rodillas contra su pecho. La sangre de Ben en sus manos frías y temblorosas.