❛❛APOCALYPSE❜❜ [tua]¹

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.: FROM FEAR I FALL :.

so you're moving without moving

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15 YEARS AGO

Lyra subió a ese yate vestida con el traje de Odette, del Lago de los Cisnes.

Su misión era eliminar a Sergei Zelenkov, un hombre relacionado con el narcotráfico en Polonia. Su padre la había hecho pasar por una bailarina profesional para que pudiera colarse a la fiesta en su yate y hacer de "espectáculo". También la acompañaron un par de agentes encubiertos, solo para asegurarse de que todo salía bien.

La primera parte Lyra la disfrutó. Tuvo que pararse en medio de todos los amigos del señor Zelenkov e interpretar las coreografias que le había enseñado su maestra de ballet. Le gustaba la música, bailar, pero odiaba cuando esos mismos movimientos delicados y graciosos servían para matar. La danza de la muerte, como ella lo llamaba.

Al final de la fiesta, alguien la llevó a un camarote, como al resto de los invitados; regresarían al muelle en Sopot. Lyra no durmió, el constante movimiento del barco la mareaba y la idea de lo que tenía que hacer la inquietaba de sobremanera. Ni siquiera se quitó el traje.

Cerca de la media noche, alguien fue a buscarla y le dijo que el señor Zelenkov la esperaba en su camarote privado. Lyra no se asustó, no tanto, eso era justo lo que debía pasar.

La habitación estaba a oscuras; la cama en una esquina, con las sábanas blancas arrugadas. El señor Zelenkov estaba en una silla, con la camisa desabotonada y un vaso de whisky en la mano. Los demás muebles estaban contra la pared, dejando en el centro un espacio libre, en donde estaba Lyra.

–Taniec –masculló él, con una sonrisa torcida, y se llevó el vaso de whisky a los labios.

Lyra respiró hondo, cruzó una pierna detrás de la otra y estiró las manos con una pose delicada. Su corazón latía desquiciado. Sin embargo, antes de que comenzara a bailar con música imaginaria, el señor Zelenkov rio.

–Rozbieraj –dijo.

Lyra supiró, a la vez pálida y sonrojada y se quitó el leotardo y la falda de tul blanco, quedando solo con su ropa interior, las medias blancas y las zapatillas. Zelenkov asintió satisfecho y le dijo que volviera a bailar.

Lyra lo hizo, con tanta precisión que uno pensaría que en verdad era una bailarina profesional y no una chica a la que habían enviado para matarlo. Zelenkov no notó la diferencia, ni la determinación en su mirada cuando, como parte de su coreoi, Lyra se acercó a él, hasta que estiró su brazo y tocó su cuello. Luego dio una pirueta.