❛❛APOCALYPSE❜❜ [tua]¹

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.: SILENCE CAN MOCK :.

nothing made me happen, i happened.

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15 YEARS AGO

El cielo estaba nublado ese día, aunque no parecía que fuera a llover.

La avioneta de su padre los dejó en un campo seco, cerca del hospital abandonado donde se escondía el Doctor Verdammten, un médico búlgaro que era perseguido por el gobiernos por sus experimentos en humanos.

El Doctor V. era solo un hombre, un prodigio de las ciencias que, de una forma que nadie creía era ética, sino más bien cruel, Había una razón por la que la policía no pudo encargarse y, en su lugar, enviaron a la Umbrella Academy, una razón que ellos no supieron hasta que ya era muy tarde.

Entrarom juntos al hospital, un edificio de dos pisos cubierto de hierbas y moho, por los años de descuido. Minutos después, a través de la radio, su padre les dijo que debían separarse: envío a Klaus, Allison y Diego al segundo piso, dónde debían estar los rehenes y demás víctimas de los experimentos; Luther, Ben y Lyra fueron al sótano, por el doctor Verdammten.

Luther, como casi siempre, iba al frente, con una linterna. Lyra y Ben le seguían en silencio, atentos a su entorno. Revisaron los quirófanos, con lo que parecían ser manchas de sangre seca en el suelo. Luego los consultorios vacíos, llenos de papeles viejos y marcas de lodo de una inundación. En ninguno de esos lugares encontraron rastro del Doctor V.

Al final, llegaron a la morgue. De ellos tres, Lyra era la única que había entrado a un lugar como ese, en la prisión Leontine Woolridge, donde su padre la llevaba de vez en cuando para practicar sus poderes.

Luther abrió la puerta, aunque se tomó su tiempo para entrar y encender la luz. Luego, retrocedió asustado y estuvo a punto de chocar con Lyra. Ben se llevó una mano a la boca para contener las arcadas.

En la morgue, al centro de la habitación, sobre la mesa plateada, estaba el cuerpo de una persona. El pecho y el rostro estaban cubiertos por una sábana; las piernas, en cambio, estaban descubiertas, dejándoles ver los cortes, desde las rodillas a los tobillos, dónde faltaban varios centímetros de piel.

Lyra, a diferencia de sus hermanos, observó la escena con curiosidad. Esos cortes se veían muy parecidos a los que papá le hacía en sus experimentos mensuales, pero mucho, mucho más grandes. La persona en ese camilla, además, estaba muerta. Sir Reginald nunca le haría eso a ella, ¿verdad?

Al ver a sus hermanos pálidos y con muecas de asco, Lyra forzó una sonrisa.

–Alguien está jugando a Él Silencio de los Inocentes –dijo.