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.: EXTRA ORDINARY :.

sorry to dissapoint you

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5 YEARS AGO

En un día normal, Vanya caminaba por las calles de la ciudad de vuelta a casa, luego de un ensayo; llevaba colgada al hombro la correa del estuche con su violín, a cuyo peso estaba tan acostumbrada que apenas y podía sentirlo. Ya era una parte de ella.

Ese, como cualquier otro en la vida de Vanya, era un día ordinario. Las personas iban y venían a su alrededor sin notarla, el cielo era de un azul brillante y el viento se volvía cálido bajo los rayos de sol. Un día ordinario, eso era lo único que Vanya tenía porque, al no tener las mismas habilidades que sus hermanos, ella había sido condenada a vivir como una persona común y corriente, según lo que su padre solía decirle.

Vanya había llegado a pensar que, si uno no era de la Umbrella Academy, pues no tenía nada. Muy en lo profundo de su ser, una parte de ella que nunca lo admitiría, odiaba a sus hermanos por eso: por tenerlo todo y no darle ni un poco de las migajas. Vanya, la chica ordinaria.

Todos esos recuerdos salpicados de rencor se hicieron presentes cuando pasó frente a una casa de empeño, la que ella y sus hermanos visitaban de niños, en cuya vitrina principal se exponían varios ejemplares de revistas e historietas sobre The Umbrella Academy, con los rostros de sus hermanos en las portadas. Ella jamás había aparecido en una de esas portadas. Su padre ni siquiera le permitía aparecer en las fotos familiares.

Algo dentro de ella le gritaba que hiciera algo, pero no sabía el qué. Era como una de esas canciones, que se repetían una y otra vez en su cabeza pero le llevaba horas enteras poder recordar el nombre. Luego, se le ocurrió que, tal vez, era hora de escribir su propia canción.

Entró a la casa de empeños decidida –tanto como Vanya podía estarlo–, repitiéndose una y otra vez que no podía echarse atrás, no otra vez. Pagó por una máquina de escribir con todo el dinero que llevaba encima, de modo que tendría que caminar hasta su apartamento, cargando el violín y la máquina.

Tardó solo diez minutos en llegar a casa, con la respiración agitada y gotas de sudor escurriendo por su frente, pero esos diez minutos fueron suficientes para que comenzara a replantearse su idea. Pensó en llamar a Lyra, en parte porque era la única de sus hermanos con la que tenía contacto y también porque, de niñas, siempre podía ir con ella para pedirle algún consejo. Sin embargo, no había sabido nada de ella en las últimas dos semanas, de modo que era poco probable que su hermana respondiera el teléfono.

Entonces, y como siempre, Vanya estaba sola.

Sintiendo el hormigueo de la furia debajo de su piel, Vanya sacó su frasquito de medicinas y se llevó dos pastillas a la boca. Tal vez, para variar, alguien más querría escucharla esa vez.

❛❛APOCALYPSE❜❜ [tua]¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora