❛❛APOCALYPSE❜❜ [tua]¹

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.: S-A-T-U-R-D-A-Y NIGHT! :.

happy birthday, kenny

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Después de un rato, se encontraron en el boliche que frecuentaban cuando eran niños.

Del otro lado del salón, varios niños, acompañados por sus padres, celebraban una fiesta. Había globos de muchos colores, cajas de regalos y un enorme pastel con velas azules esperando a ser devorado por esos niños.

En el boliche, la vida transcurría como si no fuera el fin del mundo pero, para Klaus, sí que lo era, incluso si lograban hallar a Vanya y detenerla, su mundo ya había terminado, se había roto en mil pedazos.

–Oye, ¿estás bien? –preguntó Diego, que estaba sentado a su lado en uno de los coloridos sillones.

Klaus apenas y lo miró.

–Sí, claro –dijo y se encogió, de ese modo en que hacía desde pequeño, como si nada le importara–. Estoy bien.

Luego, volvió a mirarse las manos y se quedó callado. Hablar de ello lo haría más real.

A diferencia de todos los últimos días, sus hermanos no dejaban de mirarlo, a la espera de que se rompiera. Klaus pensó que ojalá hubiera sido así dos horas atrás, cuando Vanya y Lyra estaban en ese sótano; cuando Lyra aun estaba...

Haciendo como que en verdad no importaba, tomó el periódico de la mesa frente a él y fingió leerlo, aunque lo único que hacía era pasar las páginas ruidosamente, sin fijarse en el contenido.

–Escuchen, odio decir esto pero todos deben prepararse –dijo Luther de repente.

Klaus tampoco quiso mirarlo.

–¿Para qué? –preguntó Diego.

–Para detener a Vanya a como dé lugar.

Allison le dio un golpe con su cuadernillo y Klaus lo miró escandalizado, arrugó el periódico entre sus manos.

–No hablarás en serio, Pie Grande –exclamó Klaus, lo habría golpeado, pero sabía que Luther iba a vencerlo. 

Ya habían perdido a Grace, Pogo y a Lyra esa noche, y Luther hablaba como si estuviera dispuesto a matar a su otra hermana.

–Tal vez no haya opción –dijo Luther, molestó, aunque tampoco se atrevió a mirarlos.

–Púdrete –siseó Klaus.

–Siempre hay opción –lo apoyó Diego.

–¿Tienes otra idea? –preguntó Five.

Diego se lo pensó un momento, luego negó.