Giyu caminaba con normalidad por aquel bosque, su vista estaba fija en la salida. De pronto sintió una rama partirse en su espalda. El chico solo bufo para girarse.-¿Hasta cuándo vas a seguirme? -Cuestiona arto, ella sólo sonríe y sin decir nada sigue caminado.
Al pilar no le quedó más remedio que proseguir en suviaje, tenía una misión muy importante. Desde que la había salvado la chica lo segura día y noche, mantenía su distancia y evitaba hablar. Llevaban dos semanas en esa rutina, nisiquiera se acercaba por hambre ni sueño, parecía hecha de hierro.
Siguieron caminado, él debía deshacerse de ella, tenía una misión, y no podía cargar con aquella demonio, además de que estaba prohibido. ¿Qué les diría a los demás pilares? «Es una chica que recién conocí y no puedo matar». Definitivamente tenía que pensar algo.
-¿Por qué no te vas con los demás demonios? -Volvió a girarse, ya se estaban acercando al pueblo.
-Es por mi apariencia, parezco una humana -Las primeras palabras que había dicho en todo el viaje, se notó bastante triste.
-Entonces con los humanos....-Dijo esperanzado.
-Mis ojos -Se señaló los ojos, eran de un color rojo brillante -Me aborrecen, no pertenezco a ningún lugar.
Sus ojos se cristalizaron y sus pupilas se movieron levemente, Giyu corrió la vista del hipnotizante lugar, a él jamás le llamo la atención algo, siempre veía todo de la misma forma y nada le parecía hermoso, hasta que su mirada chocó con la de esa chica.
Resignado a tenerla consigo se arrancó un trozo de tela de su vestimenta para lanzarselo, ella lo tomo impresionada y lo miro curiosa.
-Estamos a punto de entrar a una aldea de humanos, ponte eso en los ojos y hasta la ciega -Explica tan serio como siempre.
La castaña miró con una sonrisa la tela y luego la puso sobre sus ojos, cuando se lo había temrinado de amarrar sintió como alguien tomaba su mano. Fue lo más cálido que haya sentido en su vida, jamás un humano la había tocado, aunque siempre supo que la raza tenía una extraña calidez, esto sobrepasaba sus expectativas.
-No hace falta que te molestes, soy un deminio, puedo caminar y ver en la oscuridad -Sintió como el comenzaba a caminar arrastrandola consigo.
-Lo eres, pero ellos no lo saben, y de preferencia prefiero que siga así -Su voz sonaba tan cortante.
Caminaron por la ciudad, para Giyu todo aquello era normal, pero ________ sentía a las personas hablando, los herreros haciendo su trabajo, las multitudes riendo, era como un paraíso, lo que había soñado toda su vida.
De pronto Giyu se había detenido y ella lo hizo igual.
-Bienvenido sea señor -Era lo voz de una dama joven -Usted debe ser el asesino de demonios.
El pilar asintió en aprobación y ella hizo un gesto para que entraran a la posada, ambos lo hicieron. Los resivieron una señora mayor y una niña pequeña.
-Hola mi nombre es Alma, soy la dueña de esta posada y estas son mis nietas -Las dos se pusieron al lado de la vieja.
El lugar era bastante amplio, con dos caminos diferentes que posiblemente llevarán a las habitaciónes, en el centro había un gran jardín, con rocas, flores y un mini arrollo. El lugar tenía un toque rural y era bastante acojedor, se veía que esa familia estaba bien posicionada.
-Dice usted que tiene un demonio poderoso en su posada.
-Si señor -Asintió la vieja -Ataca a las parejas. Nuestra posada ha perdido prestigio por su culpa, le ofrecemos alejamiento y comida a cambio de expulsarlo.
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ʀᴏsᴀ ᴄᴏɴ ᴇsᴘɪɴᴀs °|ᴛᴏᴍɪᴏᴋᴀ ɢɪʏᴜᴜ|°
Hayran Kurgu❝Sus ojos eran realmente hermosos, su brillante mirada era de un intenso color carmesí, al igual que una rosa. Y siendo tan parecida a aquella flor, ella se encontraba rodeada de espinas, tan crueles y dolorosas que hasta el más fuerte sangraría al...