Capítulo 9

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Nota: Quiero que olviden por completo la batalla final del manga, por que este es otro escenario y la orquesta la estoy dirigiendo yo. Aclarar también que el nombre de la protagonista fue cambiado a Namae, lo que significa: Nombre en japonés. ¿Por qué? Porque me es más cómodo :v

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La castaña observó el escenario delante de ella, viendo la devastación en donde quiera que mirara, y que sus esfuerzos por querer ayudar no parecían dar frutos. Los demonios se habían vuelto demasiado fuertes y con Kibutsuji como su líder el caos y la destrucción eran aún peor, aún sabiendo eso sólo había una verdad en todo eso: que cualquiera podía ser el ganador de tan encarnizada batalla.

Con el cansancio inundando su cuerpo se puso de pie para dirigirse hacia la Pilar del amor, notando la profunda herida que había en su pecho, la sangra salía a borbotones y en su rostro se observaba el dolor y cansancio que sentía.

—Déjame ayudarte — habló al ponerse de rodillas junto a ella.

El olor de la sangre la hizo detener cualquier movimiento o acción de su parte, llevando una mano a su boca, evitando que el aroma le afectará demasiado, pero eso no evitó que se estómago diera un vuelco y las ganas de devorarla aumentarán.

—No — respondió la Pilar, sacándola de sus pensamientos —. Me encuentro bien, los que necesitan tú ayuda son Iguro-san y Tomioka-san.

—Pero yo... usted es una mujer realmente valiente, no deje que alguien más le diga lo contrario — reveló sorprendida, aquellas palabras la habían regresado un poco de su cordura —. Me doy cuenta de que es capaz de sacrificarse por amor, ¿Verdad?

—No por nada soy la Pilar del amor — contestó con una sonrisa en sus labios—, ¿O esperabas algo más, Namae-chan?

—Siendo sincera no lo sé, pero te diré algo, ya he perdido demasiado en esta vida, Mitsuri-san — la joven de cabellos verdes se sorprendió al saber que ella conocía su nombre, pues en ningún momento lo había mencionado —. Y no importa si es por amor, no permitiré que nadie muera.

—Pero debes ir con ellos — respondió tratándose de poner en pie, pero las frías manos de Namae se lo impidieron —, Kibutsuji es la prioridad.

—Lo sé, pero estoy segura que Giyuu podrá. Confío en él, y usted debiera confiar un poco más en Iguro-san — contestó tranquila, dejando que una sonrisa surcara sus labios — Ellos estarán bien, al igual que usted, además, después de esta batalla hay una que vivir.

—Namae-chan...

—Mitsuri-san, por favor no se mueva — pidió amablemente.

La castaña cerró sus ojos y de sus manos salió un brillo carmesí potente, haciendo que las heridas de la Pilar sanaran lentamente, la peli-verde observó con sorpresa aquella técnica de sangre.

—Listo, con esto será suficiente — murmuró, poniéndose de pie para observar la encarnizada pelea que los cazadores y Kibutsuji mantenían — Mitsuri-san, por favor evite los movimientos bruscos, y de ser posible evita ser devorada.

Esa fue la última petición que le hizo a la Pilar, para empezar a caminar en dirección a Kibutsuji, viendo como el amor de su vida peleaba con su progenitor. ¿Acaso esa pelea podía terminar bien? Lo dudaba demasiado, pero tenían que ganar, aunque sea Giyuu debía de hacerlo, no por ella, sino por su hija y su futuro. El ver a su padre en esas condiciones le hizo sentir una opresión el pecho, ella sabía que significaba esa sensación, pero no había nada que hacer, la decisión ya estaba tomada.

ʀᴏsᴀ ᴄᴏɴ ᴇsᴘɪɴᴀs °|ᴛᴏᴍɪᴏᴋᴀ ɢɪʏᴜᴜ|°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora