¡Quién soy yo!

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Hace algunos meses antes, me encontraba con mi hermano Manuel el único que podía entender mi relación con el mundo; él me entendía en el aspecto de no minimizar lo que sentía solo escuchaba y me daba consejos, creo que son de esos momentos que se te quedan gravados para toda la vida.

Cuando nuestros padres se divorciaron llego un meteorito a nuestras vida sin previo aviso, sabíamos que no era parte de nuestros problemas pero si de nuestra vida; regularmente nos comportábamos como chicos "maduros", tratábamos de ver las cosas positivas de aquella situación, doble regalo en cumpleaños, menos peleas entre semana, de alguna manera se podría ver algo positivo, pero al observar la otra parte de la historia caí en un profundo llanto de nostalgia de los pequeños momentos que tuvimos en familia, al ver a mi padre haciendo aquellas maletas de color café con todas sus cosas dentro, se desmorono una gran parte de mí, sabía que aquel hombre que se iba dejaría todo en el pasado para comenzar una nueva vida, estaba segura de que al momento de irse solo dejaría caer lágrimas de dolor en mi rostros con ansias de salir y decirle que regresara con todas mis fuerzas hasta quedarme sin voz, pero solo esa idea quedo en mi mente, esa noche fría de marzo, de oscuridad y soledad quedara para siempre en la persona que solía ser. Quedándome quieta en mi habitación me hice la preguntan ¡¿Quién soy en realidad?!; una persona que no sabe quién es, es como andar en carretera sin GPS y eso me ocurría, la parte más importante ya se había ido, mi familia. Tan solo me ponía a pensar que no era la única sin GPS en carretera; Manuel, mi Madre y mi Padre se encontraba en una isla desierta donde no podían salir, de alguna manera los entiendo. No puedo imaginar lo que pasaba en la mente de mi padre para que hiciera lo que hizo aquel día, esas son las consecuencias de no saber quién diablos somos.

Conforme pasaba el tiempo Manuel se tornaba muy distante ya no hacíamos las mismas actividades de antes, salir a patinar, platicar de sus relaciones toxicas, hacer ejercicio o tener una plática constructiva de lo que pensábamos del uno al otro; simplemente se esfumo de la noche a la mañana; me preguntaba si eso era parte de crecer, pero lo dudaba ya que apenas habían pasado dos semanas de aquel comportamiento inexplicable.

La madrugada del viernes me desperté por una cobija, estábamos a diez grados mis piernas apenas podían moverse de lo congelados que estaban, al subir de nuevo a mi cuarto escuche una llamada privada entre mi hermano y un tipo que en realidad era la primera vez que escuchaba su voz; la ignore por completo lo único que pensaba era en mi cama suave llamándome a gritos para poder abrigarme de nuevo, pero sentía una angustia de que aquella persona que estaba hablando con mi hermano a las tres de la madrugada era posiblemente que esa persona fuera la razón por la cual Manuel tuviera esa conducta tan extraña.

En la hora del desayuno busque cualquier excusa para sacar el tema de esa llamada, mi madre había salido a la tienda para comprar las cosas del mandado y sabía que tardaba entre diez a quince minutos en llegar. Cuando quise hablar Manuel tomo la palabra primero diciéndome que era lo que había escuchado, lo único que vio en mi cara era un gesto confundido, al ver tal gesto en mi rostro quiso componer las cosas diciéndome que solo era una simple broma; desde aquel instante supe que aquella persona en la llamada era el detonante de su conducta de preocupación durante las dos semanas pasadas, en unos pocos instantes llego mi mamá ella se encontraba ajena de todo lo que ocurría con nosotros, era demasiado trabajo para ella poder ver el tema de un divorcio y trabajar dos turnos para conseguir más sueldo era posible que se volvería loca si le contara sobre los problemas de Manuel, sabía que era difícil contar con ella solo quedaba observar más allá para poder encontrar la verdad ante la situación planteada en la mesa. 

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