~*~Acendrado II; "Confesion"~*~ ✔︎

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El ruido de la calle silenció y los alrededores se volvieron un lugar donde mi vista no alcanzaba. El aire que entraba por la ventana revolvía su cabello ferozmente, mas oír el sonido tan característico del viento fue algo que no sucedió.

No sé si el mundo se ha detenido, o es mi mente que no me permite enfocarme en otra cosa que no sea ella, y tampoco estoy muy seguro de cómo en estos momentos estoy parado a casi un metro de la cama si hace unos segundos permanecía acostado plácidamente.

Innumerables preguntas sin desarrollar invaden mis pensamientos, mi cuerpo se estremece ante la única interrogante que mi cerebro puede formar; ¿Que ha dicho?. Estaba claro, ella aseguró que yo estaba aquí, solo que la pregunta nació más por el impacto que por duda.

Como si hubiera escuchado mis pensamientos repitió las palabras que habían aniquilado mi tranquilidad.

— Se que estás ahí. — su expresión fría se perdió en su sonrisa mientras sus ojos bajaban a sus dedos los cuales jugueteaban entre sí entrelazándose.

>>¿Acaso esta hablándome a mi?<<

>>Esto es imposible, no puede estar sucediendo. <<

>>Se supone que ella no debe de verme, ni siquiera sentirme.<<

Mis pies tomaron su dirección inconscientemente, estaba hipnotizado, nunca creí que un demonio podría explotar todas estas cosas que siento y pienso.

Solo me detuve a centímetros de ella, procedí a agacharme para estar a su altura ya que aún permanece sentada en la cama. Mi rostro está a milímetros de su mejilla y aprovecho la situación para apreciar su perfil.

>>¿Como puede ser tan hermosa?<<

Interminables segundos de silencio..... su respiración agitada, nerviosa, era el único sonido que podía distinguir.

Aunque un poco más tranquilo, seguía confundido. Ella no habla, está sudando, temblando, no sé si me teme o si es solo que la situación la pone altamente nerviosa.

La espera me atormenta, ni siquiera se porque me siento tan ansioso.

— Toda mi vida te he sentido, y... sé que esto no es normal. — mi cuerpo tiembla al escuchar que había continuado, que hablaba, que me hablaba a mi, sus ojos perdidos en la pared frente de ella, como si no supiera exactamente donde mirar.

— Siempre me he sentido ansiosa con tu presencia, a todas horas del día te siento..... — su cabeza bajó lentamente y la sonrisa volvió a apoderarse de su rostro. — ... pero de alguna manera me siento protegida al saber que estás ahí. —

>>¿Como puede sentirme?<<

>>¿Que he hecho para que ella me sienta? <<

>>Esto no está bien...<<

— Antes pensé que eras una especie de amigo imaginario, al menos dicen que eso es normal a esta edad, pero, sinceramente no creo que lo seas... — sus palabras son tan reconfortantes que me es imposible creer que sienta esto... esto es una locura. —... con los amigos imaginarios se juega, y uno los crea en la mente para no sentir soledad. — su cabeza giró a mi dirección, más sé que sus ojos solo miraban la pared atrás de mi espalda. — Tú no eres algo que yo haya creado, estoy segura que ni siquiera inconscientemente lo he hecho, solo siento tu presencia, y sé que mis ojos te encuentran aunque no son capaces de verte. —

Sus oraciones parecen poemas; es increíble como un ser de tan poca edad pueda hablar su dialecto de forma tan hermosa como ella lo hace, los libros la han hecho madurar, sin discusiones; una niña de su edad no se expresaría de esa forma.

La tensión que cargaba el ambiente era evidente, y, mis nervios; crecientes cada vez más en cada segundo que pasaba, no me dejaban digerir bien lo que está aconteciendo, mi atención sólo se limita a observarla y centrarme en sus labios, cada vocal, consonante, movimiento de sus finos labios dedicados para mi era como la más hermosa melodía de la que he sido testigo.

Su mano cambió de lugar rápidamente y empezó a acercarse a mi... me es difícil reaccionar,nunca había pasado por esto... ¿Que pasará cuando su piel choque con la mía?

Mis ojos se abrieron, mi única reacción antes de que su delicada mano traspasara mi hombro.

Inmediatamente sus dedos se recogen formando un puño que lleva lentamente a su pecho y protege con su otra mano abierta, su vista no descansa, ni siquiera parpadea y se mantiene en mi dirección, nuestros ojos hacen contacto por unos segundos.

La decepción era clara en su rostro, y yo, inmediatamente noté que compartía su desilusión... tal vez dentro de mí un sentimiento rebelde deseaba que pasara, pero anhelaba más allá que el simple contacto con su piel, anhelaba lo que podría pasar gracias a ese contacto, sus suposiciones se volverían hechos y mi existencia no sería solo perceptible por su extraordinario sexto sentido.

Solo por un momento me dieron ganas de mostrarme ante ella, darme a conocer y hablarle, decirle que si, que estoy aquí, que siempre la he cuidado y la acompaño, que nunca está sola, que la quería... pero... sabía que eso está contra de lo natural y de cualquier regla que me habían hecho seguir por milenios, así que, en contra de mis sentimientos, me abstuve.

Nuestro cruce de miradas solo duró unos segundos ya que se vió nterrumpido luego de que su cabeza bajó acompañada de un profundo suspiro

— Saber que estás no me incomoda y nunca lo ha hecho, supongo que la costumbre a ti me ha hecho... — su silencio repentino es una prueba de que busca la palabra más adecuada, aunque sé que no es tarea fácil, debe ser tan confuso para ella como lo es para mi. — ... quererte. —

Una sensación caliente en mi interior hace presencia una vez más, la diferencia con las demás que he sentido; intensidad.

Sé que esto no está bien... un ser como yo no debería de sentir, de querer, amar, y nunca imaginé que un demonio me haría sentir estas cosas que para mi no tienen explicación.

Ella se ha apodero de mis pensamientos y me hizo olvidar el odio que sentía a su especie.

Esto es tan confuso... pero, por primera vez en mi existencia, me siento feliz.

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