~*~ Perdición o salvación ~*~ ✔︎

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" ... y si me reclama el cielo o el infierno te juro que aunque me arrebaten la vida, seguiré cuidando de ti"
— David Sant

>Lex<

~ 5 - marzo - 2019 ~

— La he vuelto a ver Maik ... estaba tan cerca de mi... podía sentir que la tenía en mis brazos, podía palparla, se sintió tan bien, tan... real. —

Maik no me miraba, seguía con su vista ocupada mientras preparaba el desayuno. Aún ni siquiera había cambiado su pijama y sus pies descalzos andaban por el frío piso. Termina su sándwich con calma y luego de finalizado se apoya de la meseta con el inicio de las palmas de sus manos, de su boca sale un suspiro mientras su cabeza está gacha y de un momento a otro sus ojos azules se enfocan en mi dirección.

Bajo mi cabeza apenado, esperando el regaño, se lo que saldrá de su boca...

Lex.... no entiendo porque carajos aún no acabas de entender, llevo mas de 6 puñeteros años explicándote la misma mierda día a día. Es bastante molesto y no se si sabrás pero me estoy cansando... así que te lo diré por última vez, la próxima tendrás un puño en tu cara... —

Estaba a punto de abrir su boca de nuevo pero me le adelanto — Sueños son sueños, no realidad —

Maik me mira aún con la boca entre abierta, levanta una de sus rojas cejas, me da la espalda y se dirige al refri para seguir con su labor. Sirve un poco de jugo de manzana en un vaso y lo sitúa frente a mi junto con el sándwich que anteriormente preparaba con tanto afán.

Gira una de las sillas que se encuentran frente a mí en el desayunador, se sienta con sus piernas a los lados de la banqueta y descansa las manos en el espaldar.

— Si sabes lo qué es y ya te sabes mi charla de memoria, no entiendo cuál es tu afán con seguir empecinándote en creer que es verdad. —

La verdad, sus palabras son lastimosas pero no menos ciertas, su timbre de voz era ligero, pausado y amable, sentía lástima de mí y ni siquiera se esforzaba en ocultarlo.

Lex, te estás volviendo vulnerable, debes de olvidarte de ella, sé que no es fácil pero necesitas hacerlo. —

No me atrevía a mirarle a los ojos, no sé si es por rabia o si tal vez estaba apenado, pero mi mente no respondía a los mandatos de mis pensamientos de levantar la vista, mi mirada seguía fija en el plato en frente de mi, mientras que de vez en cuando deleitaba mi paladar con la comida.

No quería hacerlo, no quería esforzarme y aunque lo intentara sabía que simplemente no podía, ella no es algo que solo pueda olvidar de la noche a la mañana o con el paso de los meses o los años, hacia tiempo que ya no estaba aquí para poder contemplarla, pero su recuerdo seguía plasmado en mi mente, ella vivía dentro de mi. La amaba y nunca dejaría de hacerlo, siempre he sido feliz amándola aunque se que será una maldicion con la que siempre cargaré hasta el fin de mi existencia.

Subo mi cabeza y lo enfrento con la mirada, levanto una de mis cejas luego de mirarlo de arriba hacia abajo, retándolo.

— ¿Y si no quiero? —

Maik frunce el sueño y las pequeñas pecas en su nariz y abajo de sus ojos se arrugan.

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