~ Acendrado I ~✔︎

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~Fecha no disponible ~

> Pov Lex <


Los odiaba.... los detestaba....

Yo y muchos iguales no entendíamos porque debíamos ayudarlos, porque debíamos equilibrar sus oscuras almas, nunca ganábamos nada y de igual forma lo debíamos hacer

Era como una prision.... un castigo.

Pero castigo... ¿Por que?

Nunca nos quisieron dar explicaciones, nunca respondieron nuestras dudas, porque, aunque se nos era prohibido pensarlo y preguntarlo, las dudas rondaban por nuestras cabezas y de eso ellos eran concietes.

Nuestra inmortalidad no sirve de nada, pasar nuestras existencia como lo estamos predestinados a hacer no es reconfortante para nada.

Pero... supongo que eso para el universo nos creó... o, al menos eso nos hacen creer;

"El universo los ha creado por una razón"

"Su misión está escrita en hojas de oro"

"Es un orgullo para ustedes ser elegidos por el universo"

Nada de quejas... nada de enfados

La palabra odio debía ser cambiada por orgullo, la palabra sufrimiento por deber.

Seguir la doctrina como si fuera un regalo del universo, de lo contrario el infierno sería nuestro hogar.

El infierno... los demonios que tanto odiábamos.

La idea de permanecer en su dimensión, en su mundo, convivir día a día con ellos... terminar convirtiéndome en uno... No... no puedo dejar que pase.

Me considero maldito porque todo de mi depende de ellos, prefiero pasarme medio millón de años mas espantando su oscuridad, no dejando que caigan en la tentación, que convertirme algún día en uno de ellos.

Demonios... asquerosos y repulsivos demonios...

Nunca hubiera pensado que me convertiría en uno de ellos...

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Estaba embobado... hasta la más mínima luz dentro de mi ser dejo de funcionar correctamente...

>>¿Que es esto?<<

>>¿Que está pasando?<<

Su aura no se siente igual, es muy diferente a cómo usualmente son las de sus iguales.

Paz, pureza, amor...

Una ola de sensaciones me invaden y yo no entiendo nada. Nunca en mi existencia he sentido algo parecido, nunca en mi existencia me he topado con algo igual.

No lo encuentro... no lo palpo... la oscuridad en ella no la puedo encontrar, la maldad que acostumbro a sentir no hace presencia.

Aún estoy inmóvil en un extremo de la pequeña y cuadrada habitación rosada, mientras ella recoge en una coleta su largo cabello castaño con agilidad.

Toma su carpeta a un lado y desaparece al otro lado de la puerta con pasos apresurados.

No me ve... es normal que no lo haga, no compartimos la misma dimensión; la mía es mucho más superior, sus ojos no son capaces de verme.

A sus ocho años ya debería de tener su primer brote de sus demonios internos, pero no, no los siento, esto me descoloca.

>>¿Como... puede ser?<<

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