Capítulo: 07.

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SeHun duerme a mi lado, momentos atrás llegó totalmente ebrio pidiendo que estaba vez entrara yo en él. Esto solo sucede cuando él está bajo los efectos del alcohol ya que siempre es él quien me lo hace a mi.

Me pregunto que...¿Pasa por su mente?. SeHun y yo comenzamos a salir al poco tiempo de conocernos, nisiquiera sabíamos mucho el uno del otro pero la atracción fue inevitable por eso comenzamos una extraña relación sin nombre hasta que un día me pidió salir formalmente. En ese momento fui el chico más feliz creyendo que había encontrado a la persona indicada pero, los celos en exceso y maltratos de SeHun se hicieron evidentemente presentes y aún así he permanecido a su lado estos tres años. Sin saber cómo terminar esta relación sigo esperando que cambie, que sea sincero conmigo.

—SeokJin...— murmura jalándome para que me acueste entre sus brazos.

¿Porqué me permití estar con él desde un principio cuando ya sabía que no sería un noviazgo normal?

Sin poder dormir me escabullo hacia mi celular, agregue el número del muchacho peligris pero no me he atrevido a enviarle ningún mensaje y es que si hablo más con él me gustará más de lo que ya me gusta, no quiero equivocarme de nuevo, me atrae porque es atractivo y ha sido amable pero no debo confundirme, tiene novia y la amabilidad debe ser porque él es así con todos.

—¡Jinnie vuelve a la cama!— el grito de SeHun me saca de mis pensamientos. Y regreso a meterme a la cama sin enviar ningún mensaje.

En primer lugar, ¿Porque me dió su número?. Querrá ser mi amigo y por eso se atrevió a dármelo, si, eso debe ser. Soy yo quien está malinterpretando la actitud del chico.






—Las flores se venden muy bien, debe ser porque a las chicas les gusta venir a verte— bromea mi jefe con una gran sonrisa.

Niego de inmediato, —No, no. Los arreglos de esta tienda son los más bonitos.

—Bueno no negaremos que tu cara bonita también atrae clientes—, él señor Hwang rie yendose hacía la parte trasera de la floristería.

Me quedo acomodando al frente las rosas cuando de pronto la puerta se abre anunciando un cliente nuevo y casi se me resbalan las flores de la mano al ver al chico peligris ahí.

—Tú...¿Has venido por mi?— nisiquiera pienso antes de hablar y cuando me doy cuenta de lo que he dicho me avergüenzo.

Él sonríe negando con la cabeza, —No, de hecho vengo a comprar una rosa amarilla.

Y no se si este sentimiento sea decepción o algo parecido pero desechó la idea de inmediato, —¿La pongo en papel?— le pregunto.

—Si, por favor. Y...¿podrías prestarme una hoja y una pluma?— cuestiona sin dejar de sonreír. Rápidamente le doy lo que me pide y me siento estúpido, «seguramente esa flor es para su novia y yo pensando que había venido aquí por mi»

El escribe algo, paga por la flor y se detiene metiendo el papel entre el papel que lleva la rosa, después de acomodarlo se acerca estirándola hacia mí, totalmente sorprendido parpadeo sin saber que hacer pero él toma mi mano obligandome a tomarla, —Para ti.

—¿Para mí?—, se que debo estar sonrojado hasta las orejas y agradezco infinitamente cuando se marcha sin decir nada más.

Una vez abandona la tienda, con mucha curiosidad desdobló el papel sintiendo de nuevo aquellos sentimientos florecer en mi.

“Déjame verte una vez más con aquel sweater amarillo”

¿Será posible que también le guste como él a mí?

El chico del sweater amarillo| TAEJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora